¿Cuál es su herramienta gerencial predilecta?
En varias reuniones informales con empresarios, directivos y ejecutivos, les preguntamos cuál es -con base en su experiencia el concepto gerencial más importante para lograr sus objetivos. Sus respuestas han sido muy diversas, compartimos con nuestros lectores las que juzgamos más interesantes (no aparecen en orden de importancia):
* El Principio de Pareto. Hay que concentrar los esfuerzos en el 20 por ciento de las actividades que producen el 80 por ciento de los resultados.
* La construcción de Marca. El líder de una organización debe velar prioritariamente por el buen nombre de su empresa, la reputación en todo sentido -ética, calidad, servicio, eficacia es la clave del éxito.
* El pensamiento "fuera de la caja". Pensar de manera creativa, distinta a la convencional, es la fuente de oportunidades valiosas.
* El aprendizaje continuo. Aquellos que constantemente actualizan y amplían sus conocimientos y habilidades estarán siempre a la vanguardia.
* El poder del individuo. Es cierto que el trabajo en equipo es clave y que es necesario tener organizaciones sólidas, pero al final del día lo que hace la diferencia son los talentos individuales.
* La mente de Da Vinci. Como el genio italiano, lo ideal es conocer múltiples campos del saber, porque eso estimula la imaginación y facilita la búsqueda de soluciones.
* La fuerza de los sueños. Como lo dijo Walt Disney: "Si lo puedes soñar, lo puedes hacer".
* Descubrir el meollo del asunto. No hay que conformarse con los números; se debe conocer la historia que está detrás, lo bueno y lo malo que subyace, las tendencias, lo que las cifras no cuentan.
* La agenda propia. No hay que obsesionarse con lo que hacen los competidores, uno debe concentrarse en sus propias ideas y planes.
* Más arte que ciencia. Los humanistas son mejores líderes empresariales que los técnicos.
* Ojo con el "C.V.Y" . El "cómo voy yo" , o sea cómo una decisión afecta a un individuo, tiene un gran peso en su posición frente al tema. No hay que ser iluso subestimando el impacto de los intereses personales.
* Jefes que entrenan. Supervisar no es dar órdenes y exigir resultados. El buen jefe es un consejero, un removedor de obstáculos, un potenciador de fortalezas, un asesor para corregir debilidades, un entrenador que arma equipo aprovechando al máximo los talentos individuales.
* Líderes coherentes. La única forma de garantizar que una determinada conducta se vuelva una costumbre organizacional, es que sus cabezas apliquen lo que predican.
* El valor de los interrogantes. Preguntar con frecuencia, agudeza y profundidad es esencial para lograr el mejoramiento continuo. Un buen síntoma de inteligencia superior es la calidad de las preguntas.
* Gente autónoma. Los mejores profesionales no necesitan que los motiven, los controlen, los critiquen o les indiquen constantemente qué deben hacer. Hacen todo esto ellos mismos, todos los días, con gran seriedad.
* Las responsabilidades deben ser individuales, no colectivas. Es verdad que los resultados son el producto de la sumatoria de los esfuerzos de los integrantes de un equipo, pero es necesario que cada cado uno tenga muy claro y presente cuál es su responsabilidad personal . De lo contrario, toda acción se diluye, mermando así la capacidad de ejecución.
* No a la complacencia. Dormirse en los laureles es uno de los grandes pecados que se cometen en la vida personal y en el mundo de los negocios. Una variación de este pecado mortal es la arrogancia.
* Patos al agua. El análisis y la planeación son por supuesto tareas gerenciales indispensables. Pero hay que evitar que tanta "pensadera" paralice las acciones. Para aprender a nadar hay que lanzarse al agua.
* La audacia es el nombre del juego. Cuando se miran las grandes hazañas empresariales, siempre se encuentra un común denominador: gente audaz, que toma riesgos y explora sin temores nuevos territorios.
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