Un estratega en el ámbito de las organizaciones  empresariales, trabaja para la colectividad de la organización que dirige, bajo  parámetros de una ética profesional que garantice el beneficio en la cuenta de  resultados. El Sr. Ramón Adell (Presidente de la Asociación Española de  Directivos) declaró en un medio de comunicación: es necesaria una mayor  formación en ética y valores.
  
 Ya sabe usted, que no pretendo dar lecciones sobre management y  liderazgo, sobre optimización del rendimiento organizacional, sobre comunicación  interna, etc. Mi intencionalidad al escribir éste, y otros textos, es la de  hacerle reflexionar sobre algunas cuestiones, conceptos,  circunstancias y vivencias, del día a día laboral, empresarial y profesional,  que le puedan ayudar a mejorar sus planteamientos y enfoques organizativos,  empresariales, y laborales.
  
 No crea, que cuando hablo de estrategia me refiero al concepto  que en estos últimos años han utilizado, egocéntricamente, demasiados  profesionales del ámbito de la gestión y la dirección empresarial. Ni se  preocupe si usted al acabar de leer el texto es consciente de que ha actuado  como uno de ellos. Lo importante es re-organizarse lo antes  posible; como se suele decir "más vale tarde que nunca"; aunque en estos  tiempos, el tiempo cuesta mucho y es difícil encontrarlo. 
  
 ¿Se considera usted un "mimético"? He escrito  algún texto sobre este colectivo de estrategas de salón, cuyo único objetivo es  el beneficio propio y el de alguno de sus simpáticos ayudantes, y colaboradores  externos, que juntos hilan la madeja del maquillaje corporativo, que triste y  lamentablemente, han situado a las empresas que dirigen en una posición de  debilidad corporativa, de quiebra técnica.
  
Un estratega en el ámbito de las organizaciones  empresariales, trabaja para la colectividad de la organización que dirige, bajo  parámetros de una ética profesional que garantice el beneficio en la cuenta de  resultados. El Sr. Ramón Adell (Presidente de la Asociación Española de  Directivos) declaró en un medio de comunicación: 
es necesaria una mayor  formación en ética y valores.   
 Los miméticos, no son  transparentes, cambian de color, de forma, y llegado el momento de  olor. Hay que reconocerles un cierto arte del camuflaje, de la  picaresca mediterránea. Construyen su discurso con las palabras "que tocan"  según su estrategia para esconder realidades negativas de una pésima gestión  empresarial, de un estilo de dirección y liderazgo enfermizo, contraproducente,  y causante de grandes pérdidas económicas.
  
 Usted puede preguntarse ¿Dónde esta el mimético? ¿Está en mi  empresa? ¿Es un compañero del equipo directivo? ¿Soy yo uno de ellos, y no me  identifico? En estos últimos tiempos de bonanzas económicas, de proyecciones  astrales, era difícil identificarles. Todo iba bien, todo se justificaba, todo  se maquillaba; que la Junta rectora de la Cooperativa, la Junta  de Accionistas de la sociedad conozca la realidad virtual, que  escuchen lo que quieren escuchar, y vean lo que quieren ver, ésta es la máxima y  el principio de todo comportamiento y acción profesional de un mimético.
  
 Sinceramente he de decirle que no me interesan los miméticos,  desde el punto de vista personal, parecen que han triunfado aunque en la  trastienda las medallas sean de hojalata. Lo que sí me interesa mucho, desde un  enfoque de mejora organizativa, profesional y empresarial es desmaquillar a este  tipo de profesionales que tanto daño causan a las empresas que gestionan y  dirigen, por sus actitudes, comportamientos y decisiones perjudiciales para la  salud corporativa, en su integridad.
  
 Las empresas enfermas, no sólo lo están en el aspecto  económico, sino que también lo están en el humano, afectando a la salud de  muchos trabajadores, generando pérdidas por absentismo, bajo rendimiento, y una  mala imagen corporativa.
  
 La reorganización estratégica debe llevarla a  cabo en primer lugar los profesionales del equipo directivo, para posteriormente  ponerla en marcha en toda la organización, con la participación de la Junta  Rectora (en el caso de una Cooperativa), o de la Junta de Accionistas (en el  caso de una sociedad). Es muy importante para garantizar el éxito de la  estrategia corporativa que todos estén y se sientan involucrados en la  RE-ORGANIZACIÓN de la empresa.
  
Ahora que sabemos lo poco rentables y peligrosos que  son los miméticos, deberíamos de trabajar para detectarlos, y adoptar medidas  personalizadas, siempre bajo el criterio de una ÉTICA profesional y empresarial,  y con las miras puestas en la colectividad, en el gran beneficio que genera una  empresa 
estratégicamente organizada, dirigida, y  gestionada.   
 Los mercados internacionales, la competitividad, la  inestabilidad financiera están desmaquillando a muchos profesionales que han  vivido (a cuerpo de rey), señores del reino del buen vivir; sin perjuicios de  sus egocéntricos comportamientos gerenciales.
  
 Volver a organizar estratégicamente las empresas, es desde mi  punto de vista profesional, urgente y necesario para afrontar las circunstancias  adversas en la que estamos inmersos. La estrategia comienza con uno mismo para  darse y servir a los demás. Es necesario en momentos de tensión profesional,  retomar la perspectiva de la situación. No hay que viajar a un país exótico, ni  aventurarse a volar en un parapente, ni tantas aventuras que nos quieren vender;  puede usted, y debe, encontrar espacios de reflexión, si es en la naturaleza  mucho mejor, y reorganizar sus planteamientos gerenciales: manteniendo todo lo  que ha funcionado, y corrigiendo los errores que halla detectado.
  
Puede asegurarse el éxito de la reorganización,  trabajando día a día en el cambio de CULTURA EMPRESARIAL y profesional, que  quiere implantar en la empresa que dirige, sin prisas pero sin pausas; poco a  poco, asentando los principios del nuevo estilo de dirección que usted va a  poner en marcha con su ejemplo de liderazgo colectivo, siendo un 
LÍDER  SERVIDOR.   
 Aprenda usted, el oficio de servir, y tendrá  garantizado el éxito como gestor de integración del equipo que dirige; generando  una cultura de empresa basada en la colaboración, en el compromiso laboral, en  la proactividad profesional, en la EXCELENCIA LABORAL.