Sarah Palin protagonizó un reality show para la cadena TLC, donde se propuso enseñar a los espectadores las bondades que representa, a su juicio,  el ciudadano medio americano; es decir, el orgulloso patriota, amante de las armas, que sale de su casa a cazar con los amigos y a talar árboles por el imponente paisaje natural de Alaska.

 

A lo largo de los episodios de este programa, Palin nos muestra las aventuras de su familia y reflexiona sobre su existencia. Sarah Palin se identifica con aquellos que viven una vida familiar religiosamente activa, estremecidos por el estado de su país y las amenazas extranjeras. A Sarah Palin no le gusta el ambiente neoyorkino, académico y cosmopolita que simboliza la Gran Manzana. Dice que los intelectuales la desprecian simplemente porque ella no acudió a una Universidad de la Ivy League, pero que, en realidad, estos profesores trasnochados son una minoría. Palin asegura que muchas personas decentes, cuando la observan, recuerdan quiénes son, lo que significan en la sociedad, y la importancia que tienen como ciudadanos.

 

Y puede que haya algo de verdad en eso, por lo menos, desde el punto de vista electoral.

 

Gracias a las políticas de asistencia social del New Deal ejercidas por el presidente Franklin Delano Roosevelt, el Partido Demócrata se convirtió en el partido de la clase trabajadora apropiándose de los votos de los blancos étnicos (descendientes de inmigrantes europeos) que residían en los estados industriales. Hasta que un día perdieron a "Joe Sixpack". Los periodistas John Micklethwait y Adrian Wooldrigde, de la revista The Economist, se sirven de este estereotipo electoral en su libro The Right Nation para ilustrar la pérdida de popularidad de los demócratas en este grupo demográfico.

 

Joe Sixpack (en referencia al pack de 6 latas de cerveza) es un hombre blanco, trabajador, sin título universitario, aficionado a la cerveza barata, las galletitas saladas y las retrasmisiones deportivas. Joe se consideraba un demócrata debido a su afiliación sindical y tenía la absoluta convicción de que los demócratas representaban mejor a los trabajadores. Sin embargo, Nixon y luego Ronald Reagan convencieron a Joe de que las clases sociales no se miden en términos de dinero, sino de valores, y que él no tenía demasiado en común con la élite liberal del Partido Demócrata. Los republicanos se encargaron de abordar en el estado de Joe Sixpack temas como el aborto (Joe es católico), el matrimonio homosexual (a Joe no le interesa), la pena de muerte (es un firme partidario de la pena capital) y las armas (le apasiona la caza) procurando no hablar demasiado de economía. De esta forma conquistaron el corazón de Joe y de un número significativo de votantes.

 

Cuando Sarah Palin mira a la cámara convencida del apoyo que la gente le proporciona, el cariño que le manifiestan, y la capacidad de este grupo de gente para decidir elecciones, está pensando en Joe Sixpack

 

 

Foto: Wikimedia