POLITICA EXTERIOR  CHILENA
  La nación  olvidada 
por  José Gabriel  Alemparte Mery * en El mostrador un muy buen artículo que compartimos con  nuestros lectores.
El 30 de noviembre, la Presidenta Michelle Bachelet viajará a la  ciudad de Abuja, Nigeria a lo que será la histórica Primera Cumbre  África-América del Sur. En esta inédita reunión, se encontrarán mandatarios de  ambos lados del Atlántico, los que a cada orilla del Océano sabrán encontrar  puntos comunes en la historia post segunda Guerra Mundial, respecto de la  explotación, y la falta de coherencia en las políticas internacionales de las  grandes potencias mundiales, es pues, el momento que el Gobierno chileno fije  líneas de acción claras respecto de su relación con África, y particularmente  profesionalice el trabajo de la Cancillería en torno al mundo africano,  exigiendo de paso una mayor coherencia a ciertos socios internacionales a fin de  intentar mitigar los atropellos del África olvidada. 
El mejor arquetipo  de la falta de importancia en torno al tema panafricano, es la falta de  conocimiento que Chile tiene respecto de un continente complejo, lleno de  sombras y luces que pareciera estar más lejos de nuestro país, que regiones más  lejanas a éste, como el Sud-Este Asiático, importante socio comercial de Chile.  
Dentro de las definiciones de consideración de la política exterior  chilena, fijadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno en  democracia, se señala como sustento de la misma, la intención de “insertar”  comercialmente a Chile, sobre la base de la apertura de nuevos mercados que  permitan sustentar una base mercantil donde Chile pueda exportar sus productos,  y por otra parte la posibilidad de contribuir a un mundo más seguro, donde el  multilateralismo de las organizaciones internacionales juega un papel primordial  en cuanto a la preocupación que Chile debe tener por difundir y auspiciar  procesos democráticos y de respeto por los derechos humanos. 
Sobre lo  primero, mucho se ha hecho y se ha escrito, los propios Tratados de Libre  Comercio con naciones como Estados Unidos, Corea del Norte, China, y bloques  comerciales como la Unión Europea, además de las negociaciones con Perú y Japón  entre otros son la mejor demostración de aquello. Pero así y todo, pese a que  “abrir” mercados para las exportaciones chilenas puede resultar económicamente  beneficioso, ello puede, en ciertas ocasiones verse incomodado por la capacidad  de Chile de exigir, por su propia historia política reciente, de una mayor  coherencia a las grandes potencias en cuanto a su verdadera intención por  contribuir a la democracia y el respeto a los derechos humanos en continentes  como África. 
Chile en los últimos dieciséis años ha hecho las cosas bien  en materia política, sabiendo resolver los conflictos de una sociedad dividida  por el rencor de luchas pasadas. Es por ello que está en posición de exigir  acciones concretas, particularmente a las naciones industrializadas por un  compromiso verdadero con el respeto por el estado de derecho, la democracia y  los derechos humanos en África, y por ello la visita de la Presidenta Bachelet a  África será un hecho histórico, que esperamos sea el primer paso a un cambio  verdadero en la forma de enfrentar el tema africano. 
Motivo de lo  anterior, es la denuncia sostenida que se ha hecho, particularmente, respecto de  ciertas naciones africanas donde los países industrializados, como antaño en  Latinoamérica, han gozado de la explotación cuasi monopólica de sus recursos  naturales, auspiciado el “laissez faire” y “laissez passer” con sangrientos  dictadores que les son útiles a los intereses de turno –algo de lo que los  latinoamericanos sabemos de sobra con ejemplos como los de Pinochet, Videla,  Stroessner, Somoza y más recientemente Noriega y Fujimori-. 
Resulta muy  importante, en la línea de lo anterior, que la Presidenta ponga en conocimiento  de la comunidad internacional la situación de Guinea Ecuatorial, antigua ex  colonia española ubicada entre las Repúblicas de Gabón y Camerún, en la costa  atlántica de África –que se independizó de Madrid en 1968- con la que Chile  comparte sus raíces hispanas, la cual, se ha convertido en la década de los  noventa en el tercer productor de petróleo del África Subsahariana.  
Guinea Ecuatorial ha sido gobernada con mano de hierro desde 1979 por el  general Teodoro Obiang Nguema, quién según reportes de Amnistía Internacional y  la ONU, ha violado sistemáticamente los derechos humanos, encarcelando,  torturando y persiguiendo a opositores políticos, además de enriquecerse  ilícitamente con los contratos de explotación petrolífera que éste ha firmado  con Corporaciones como Exxon-Mobil, Amereda Hess, Texaco y Repsol España, y que  lo ha llevado a que el Subcomité del Senado de los Estados Unidos, lo haya  declarado como uno de los depositantes – con el General Pinochet- de cerca de  700 millones de dólares en cuentas personales en el ex Banco Riggs de  Washington. 
Con lo anterior, mientras Obiang se enriquece, y  Transparencia Internacional declara a Guinea Ecuatorial como uno de los países  más corruptos del planeta, ello acompañado al extraordinario ingreso per cápita  de 50.000 dólares para una nación africana, el Departamento de Estado de Estados  Unidos, reconoce “que el producto del enriquecimiento de la explotación  petrolífera no pareciera estar llegando al pueblo de Guinea Ecuatorial”, y como  no, se estima que más del 80% de la población vive por debajo del nivel de la  pobreza (4 $ por día) y que cerca del 60% entre esos pobres, viven en la pobreza  absoluta (menos de 1 $ por día); además más del 75 % de esta misma población no  alcanza a satisfacer la canasta mínima de bienes. A lo anterior se suma que la  esperanza de vida al nacer de la población guineana es de 42 años en los hombres  y de 44 en el caso de las mujeres, conforme a cifras entregadas por la OMS en el  año 2004. El año 2003 sólo el 32, 6 % de los niños guineanos llegaba a quinto  grado de educación básica, existiendo profundas deficiencias de infraestructuras  en escuelas, hospitales y centros comunitarios en el país. Con lo anterior datos  del Banco Mundial permiten concluir que más del 80 % de la población guineana no  tiene acceso al agua potable. 
Pese a lo concluyente de los hechos  anteriores, en abril de 2006, Condoleezza Rice, recibió a Teodoro Obiang Nguema  en Washington D.C. señalando que éste “es un buen amigo de los Estados Unidos, y  un modelo para la región africana”, lo que equivale a señalar que Enron sería un  buen modelo de administración financiera y modelo digno de imitar – incluso  Rice, pareciera no haber leído el Informe sobre el caso Riggs- pero el motivo  para la “amnesia temporal” de la funcionaria norteamericana, es precisamente la  capacidad de asegurar el suministro de petróleo que proporciona Guinea  Ecuatorial frente al sombrío panorama del “entrampamiento de Irak” y la  convulsionada Venezuela de Chávez. 
Los gobiernos españoles no lo han  hecho mejor, por el contrario sólo la semana recién pasada, el Canciller español  Miguel Ángel Moratinos, anunció que el Presidente Rodríguez Zapatero recibirá a  Obiang Nguema en Madrid a fin de “relanzar” las relaciones con la ex colonia  africana que pasaron por un momento de enfriamiento momentáneo con Aznar. Y como  no habrían de hacerlo, asegurar a Obiang en el poder, significa, afianzar la  capacidad de firmar contratos de explotación petrolífera con capitales españoles  como Repsol-España. Este “relanzamiento” le ha válido a los opositores de Obiang  organizados en España bajo el “Gobierno en el exilio” ser despojados de sus  visados como “refugiados políticos”. 
Es por lo anterior que la  Presidenta debe tener una misión clara en torno a enfrentar posiciones y  denunciar situaciones como las de Guinea Ecuatorial, estamos seguros que por su  propia historia personal ella conoce de la importancia de la solidaridad  internacional como apoyo contra sangrientas dictaduras, asegurando una política  exterior chilena comprometida con el respeto por los derechos humanos y la  democracia, por sobre cualquier otro interés de corto plazo, y en cualquier  rincón del planeta. Por su historia Chile está en posición de enfrentar asuntos  como los de Guinea Ecuatorial y exigir una pronta ayuda en beneficio del  continente africano. 
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José  Gabriel Alemparte Mery. Egresado de Derecho de la UDP, ex vicepresidente de la  Federación de Estudiantes de la misma casa de estudios, fundador de Comité de  Solidaridad con Guinea Ecuatorial y el Continente Africano  (www.csge-chile.blogspot.com). Militante de la JDC.