20 de agosto.- Un poderoso lobby está actuando en el Brasil para lograr la firma, en el Parlamento, de tratados internacionales relacionados con marcas comerciales. Las empresas multinacionales necesitan ampliar las fronteras de sus negocios en crisis.
El Protocolo o Acuerdo de Madrid, es un convenio que le permite a las empresas multinacionales, la presentación de una única marca comercial en varios países y al mismo tiempo, pagando tasas más bajas y vulnerando el examen y análisis de los registros por parte de las oficinas nacionales de propiedad industrial.
Las discusiones sobre la conveniencia o no de que Brasil adhiera al protocolo de Madrid se debaten en el Congreso.
En un seminario- debate sobre la participación de Brasil en tratados internacionales relacionados con marcas comerciales, se reunieron en ese país algunos Diputados como Arlindo Chinaglia (PT-SP), Bilac Pinto (PR-MG) y Bruno Rodrigues (PSDB-PE), también estuvo presente el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, Comunicación e Informática da Cámara, Eduardo Gomes (PSDB-TO).
Junto a sus colegas del congreso, deben analizar la propuesta de adhesión al acuerdo de Madrid cuando fuera enviado por el Poder Ejecutivo; lo que podría ocurrir en este semestre.
Para el diputado Eduardo Gomes, la realización del seminario fue significativamente importante, pues la Cámara no tiene familiaridad con el tema, ya discutido en el Poder Ejecutivo. Según él, los parlamentarios necesitan debatir el tema para que "Brasil se inserte en el actual contexto internacional con propiedad".
La necesidad de esta "inserción", de acuerdo con el presidente del INPI-BR, Jorge Ávila, es evidente, considerando que en los últimos 20 años, el mercado interno quedó pequeño para las empresas brasileñas. Según Ávila el desarrollo de la competitividad internacional se tornó fundamental hasta para mantener posiciones en el mercado interno. En este escenario el país no puede menospreciar mecanismos que faciliten la vida de los empresarios brasileños, afirmó Ávila (alineado con las posiciones de OMPI y las grandes empresas extranjeras)
Brasil en realidad, no es signatario de ningún acuerdo en materia de marcas, y nunca lo ha necesitado. El seminario tuvo por objetivo "hacer lobby" a favor de las grandes marcas comerciales líderes del mundo y provocar la adhesión de Brasil a una serie de tratados favorables a las transnacionales marcarias.
De acuerdo con el sub-director general de OMPI, Ernesto Rubio, Brasil es hoy el quinto país en registro de número de marcas, después de China, Estados Unidos, Japón y Corea, pero este dato es válido, si se contabilizan las marcas de las empresas extranjeras en Brasil.
El gran país del sur, no ha adherido al Tratado de Singapur, relativos a los procedimientos de registros de marcas; el sistema de La Haya, relacionado a los Diseños Industriales, los acuerdos de Viena y Niza, sobre las clasificaciones de marcas y el acuerdo de Lisboa que trata sobre indicaciones geográficas.
De acuerdo con el director de Comercio Exterior de la federación de las Industrias del Estado de san Pablo (Fiesp), Roberto Gianetti da Fonzeca, la adhesión al Protocolo de Madrid y de otros tratados relacionados con marcas comerciales debe facilitar la inserción de empresas brasileras en el mercado externo; que a pesar datos suministrados por las propias oficinas de marcas indican que este tipo de tratados globales solo benefician a las empresas que comercializan desde países centrales y tienen como destino mercados en desarrollo o poco desarrollados.
Otro de los efectos logrados por el Protocolo de Madrid es frenar el desarrollo marcario nacional, pues, la gran cantidad de registros provocados por el tratado mundial, impide el desarrollo de marcas locales.
Por otro parte, el sistema global de marcas permite espacir productos armonizados e "inflar" sus precios al crear calidades artificiosas que se correspondiente con nuevas marcas de fantasía. Este modus operandi es frecuentemente utilizado en productos de consumo masivo, como alimentos y medicamentos, donde una pequeña variación en sus componentes "gatilla" la elevación de los precios.
Para el director regional de OMPI en Brasil, José Graca Aranha, el sistema beneficia a los pequeños y medianos empresarios, al contrario de lo que muchos creen y sospechan en la mayoría de los países latinoamericanos y demás signatarios y usuarios del Protocolo de Madrid en todo el mundo: "el tratado es un negocio para pocos"
