(Secretario de Justicia reitera  compromiso de EE.UU. a una mayor
colaboración) (2480)
El secretario de Justicia de Estados Unidos Alberto Gonzáles  pronunció un
discurso en Río de Janeiro el 9 de febrero en el que declaró:  "Estamos en
un momento decisivo en la historia del cumplimiento de los  derechos
internacionales de propiedad intelectual. Los cambios en el mundo,  tanto en
el plano económico como en el tecnológico, han creado desafíos  sin
precedentes para esta tarea. Es, por lo tanto, de suma importancia  que
continuemos colaborando en la protección de la propiedad  intelectual".
A continuación una traducción del texto del  secretario de Justicia:
(comienza el texto)
Departamento de  Justicia de Estados Unidos
Viernes, 9 de febrero de 2007
Discurso  del Secretario de Justicia Alberto R. Gonzáles sobre los  derechos
internacionales de propiedad intelectual, tal como fue preparado  para su
lectura ante un grupo del sector empresarial brasileño
Buenas  tardes.
Me complace estar aquí con ustedes en Río de Janeiro y haber  tenido la
oportunidad ayer de charlar con mis colegas brasileños sobre los  diversos
aspectos que unen a nuestros dos países. Esta es mi primera visita a  esta
extraordinaria ciudad y en el poco tiempo que llevo aquí he empezado  a
comprender porqué se ha ganado fama con su espectacular belleza.
Los  dos últimos días he mantenido charlas fructíferas y francas con
funcionarios  del gobierno y líderes de la sociedad civil y me alegra saber
que compartimos  un enfoque común en numerosas cuestiones de importancia a
los pueblos de  Brasil y Estados Unidos.
Una de esas cuestiones que vengo a exponer hoy  aquí es la protección de los
derechos de propiedad intelectual.
Como  ya saben quienes están presentes hoy, la protección de los derechos  de
propiedad intelectual es sin lugar a dudas una preocupación  internacional.
Exige un nivel de cooperación y colaboración que concilie las  brechas
culturales y geográficas con la finalidad de alcanzar objetivos  comunes
para nuestros ciudadanos y nuestras economías.
Estoy aquí para  decirles que esta colaboración debe incluir también un
compromiso mutuo a  hacer cumplir los derechos de propiedad intelectual que
constituyen los  cimientos de nuestra dinámica economía mundial.
Me gustaría hablar un  poco hoy sobre la naturaleza de la cuestión tal como
lo entiendo yo; lo que  hemos comprobado que funciona, tanto en Brasil como
en Estados Unidos, y lo  que creo que podemos hacer a continuación,
conjuntamente.
Estamos en  un momento decisivo en la historia del cumplimiento de los
derechos  internacionales de propiedad intelectual. Los cambios en el mundo,
tanto en  el plano económico como en el tecnológico, han creado desafíos  sin
precedentes para esta tarea. Es, por lo tanto, de suma importancia  que
continuemos colaborando en la protección de la propiedad intelectual.  La
propiedad intelectual contribuye a impulsar nuestras economías y su  impacto
en la salud y seguridad de nuestros ciudadanos es demasiado  importante como
para hacer caso omiso de ella.
La gente en todo el  mundo disfruta los frutos del arduo trabajo de nuestras
comunidades  creativas, ya sea en la industria del cine, la música, los
programas de  computación empresarial, los videojuegos, la ropa, las piezas
de automóviles  o incluso los fármacos. La tecnología moderna otorga a
propietarios de  propiedad intelectual oportunidades sin precedentes para
distribuir su  trabajo a un público mundial.
No obstante, a medida que aumenta la  demanda de estos productos, los
delincuentes intentan aprovecharse del arduo  trabajo y la creatividad de
otros. Y la misma tecnología que ha facilitado  una distribución
generalizada y legítima al consumidor, ha hecho  relativamente fácil y
económico la venta de productos pirateados y  falsificados en todo el mundo.
Delincuentes ingeniosos utilizan Internet  para contravenir los derechos de
autor y de marca registrada creando y  vendiendo productos como programas de
computación, que parecen legítimos pero  no lo son.
Y las organizaciones delictivas que se benefician de la  sustracción de
propiedad intelectual se han vuelto más avanzadas y  organizadas. Se
esconden en las sombras de la economía clandestina y explotan  cualquier
debilidad de nuestras acciones para el cumplimiento de la ley,  empleando
las ganancias de su robo para financiar otras actividades  delictivas.
Si bien delitos como la sustracción de propiedad intelectual  pueden
parecerle inofensivos a algunos, la realidad puede ser terrible.  Los
delincuentes que fabrican y venden productos falsificados plantean  un
riesgo considerable a la salud y seguridad de nuestros  ciudadanos.
Imagínense a un paciente cardiaco que se somete a una operación  urgente en
un hospital que sin saberlo ha comprado equipos quirúrgicos  falsificados y
de calidad inferior. O un camionero que ha comprado pastillas  de freno que
ponen a riesgo su capacidad para evitar un accidente. O peor  aún, un
mecánico de aviones que sin saberlo comprar partes falsificados  para
reparar un motor a reacción.
Nuestra preocupación no es sólo  hipotética. En un caso en septiembre del
año pasado, el Departamento de  Justicia hizo pública la acusación contra
once personas y una empresa con  sede en Atlanta a quienes se les imputa
cargos relacionados con un ardid para  vender fármacos falsos por Internet.
Según el auto de procesamiento, los  acusados comercializaban cerca de 24
fármacos diferentes mediante anuncios  enviados como propaganda electrónica
no solicitada. Mientras que el cliente  esperaba recibir una versión
genérica auténtica y segura del fármaco recibían  en lugar de ello un
fármaco falso y adulterado que se había fabricado en un  hogar con
condiciones insalubres en Belice.
Hemos visto las  consecuencias reales y materiales del robo de propiedad
intelectual que  sustrae el negocio de los comerciantes honrados, estafa a
los clientes  inocentes y socava nuestros valores de competitividad y
creatividad. Esta  economía sumergida les cuesta miles de millones de
dólares a las empresas  legítimas todos los años y perjudica de manera
considerable las economías de  Estados Unidos y Brasil.
¿Qué pueden hacer nuestros respectivos  organismos encargados de aplicar la
ley para resolver el problema? A mi modo  de ver, nuestra labor ha de
realizarse en distintos frentes. Debemos reforzar  nuestras acciones de
cumplimiento en todo el mundo, velar por leyes de  propiedad intelectual
firmes, aumentar los recursos que se dedican a la  ejecución de los derechos
de propiedad intelectual e intentar incrementar el  número de operaciones
conjuntas entre Estados Unidos y Brasil.
Sé que  quienes están presentes entienden la importancia de estas acciones y
me  gustaría felicitar al gobierno brasileño, en particular la CNCP por su
ardua  labor y dedicación a combatir los delitos contra la propiedad
intelectual.  Mejorar el cumplimiento, sensibilizar a la opinión pública y
cambiar las  percepciones y conductas del público cuesta tiempo y
perseverancia. Queda  mucho por hacer pero me anima el progreso que se ha
logrado hasta la  fecha.
Se han hecho numerosas confiscaciones en las fronteras de  materiales que
contravienen los derechos de autor, han sido muchos los  seminarios públicos
de sensibilización sobre la antipiratería, la  capacitación continúa y hay
una cooperación cada vez mayor entre las  autoridades brasileñas de los
ámbitos federal y estatal encargadas de aplicar  la ley. Me complace en
particular ver la enorme colaboración que existe entre  el sector privado de
derechos de autor y la CNCP. Todo ello apunta a un  gobierno que se toma en
serio la aplicación de la ley sobre los derechos de  propiedad intelectual.
Y no faltan ejemplos de operaciones de  cumplimiento conjuntas entre Estados
Unidos y Brasil. Iniciativas de  colaboración recientes recalcan modos en
que podemos, mediante la  colaboración, desmantelar organizaciones
delictivas que se dedican al delito  de propiedad intelectual en ambos
extremos del continente  americano.
En una operación, el FBI descubrió que un ciudadano brasileño  estaba
copiando y publicando en Internet los programas de computación  propiedad de
una pequeña empresa estadounidense. Utilizando los contactos de  organismos
policiales brasileños que se establecieron durante consultas  bilaterales
sobre propiedad intelectual, el Departamento de Justicia y el  FBI
proporcionaron información detallada que dio lugar a una redada, registro  y
detención del ciudadano brasileño.
Este tipo de operación policial  conjunta para hacer cumplir la ley
contribuye a enviar un mensaje claro de  que ni Brasil ni Estados Unidos
tolerarán delitos de propiedad intelectual en  ningún lugar del mundo.
En Estados Unidos hemos estado trabajando con  ahínco también en esta
cuestión. Desde hace largo tiempo hemos reconocido la  importancia de la
protección de los derechos de propiedad intelectual y lo  hemos convertido
en una prioridad para el cumplimiento de la ley. Hemos  llevado a cabo, en
diversos frentes, una campaña decidida y exitosa contra el  delito de
propiedad intelectual.
A medida que la tecnología ha  aumentado lo que está en juego, hemos
respondido como corresponde,  estableciendo en el 2004 un equipo de trabajo
sobre la propiedad intelectual.  Este equipo lo integran altos funcionarios
y está encargado de hacer un  análisis de  modo en que el Departamento hacer
cumplir y proteger los  derechos de propiedad intelectual. Como consecuencia
de la labor del equipo,  hemos incrementado nuestra capacidad para poner
coto al robo de propiedad  intelectual y proteger los derechos de
propietarios en distintas  maneras.
Hemos aumentado la cantidad de fiscales en el país  capacitados  para
ocuparse de delitos de propiedad intelectual, lo cual  dio lugar el año
pasado a un aumento del 98 por ciento en la cantidad de  acusados procesados
por delitos de propiedad intelectual. Hemos colaborado  también con nuestro
Congreso para cerrar las lagunas de nuestras leyes de  propiedad intelectual
y hacer más duras las penas para los  delincuentes.
En un importante caso en agosto del año pasado,  desmantelamos una operación
en la Florida que administraba una página en  Internet que pirateaba
programas de computación. Las ventas ilícitas por  medio esta página
causaron pérdidas de casi 20 millones de dólares a los  propietarios de los
derechos de autor. Tras confesarse culpable en el  tribunal federal, el
líder de la operación fue condenado a seis años de  prisión y se le ordenó
restituir más de  cuatro millones de dólares.  Además, se confiscó una
enorme cantidad de activos comprados con las  ganancias de este delito,
entre estos: tres aviones, un helicóptero, un  Lamborghini, otros vehículos
deportivos, una lancha y una  ambulancia.
La dura pena que se imputó en el caso demuestra a los  "piratas" de hoy en
día que nos tomamos en serio estos delitos. Hemos  organizado conferencias
de las víctimas para sensibilizar al público sobre  las maneras de buscar
ayuda del gobierno. Y dirigimos nuestro mensaje a los  jóvenes para
asegurarnos de que entienden que el robo de propiedad  intelectual es
perjudicial y es una actividad ilícita.
Sin embargo,  firmes medidas de cumplimiento y sensibilización acerca del
problema no son  suficientes para combatir eficazmente esta amenaza mundial
que va en aumento.  Es imprescindible que los países colaboren entre sí para
garantizar un  cumplimiento firme en todo el mundo. No puede haber refugio
seguro para  delincuentes de la propiedad intelectual.
A tal fin, nuestra División  Criminal ha colaborado con fiscales de Estados
Unidos y extranjeros para  proteger los derechos de los propietarios de
propiedad intelectual y para  hacer cumplir la ley. De hecho, este año
pasado fiscales del Departamento de  Justicia proporcionaron capacitación y
asistencia técnica a más de 3.300  fiscales, investigadores y jueces
extranjeros en 107 países que trabajan en  investigaciones y procesos
judiciales relacionados con la propiedad  intelectual.
Además, en los dos últimos años el Departamento de Justicia  ha dirigido con
éxito dos de los más importantes operativos policiales  internacionales
jamás emprendidos contra la piratería de programas de  computación en
Internet. Las operaciones FastLink y Site Down englobaron más  de 16 países
en cinco continentes incluyendo a Brasil.
Las  operaciones, dirigidas por Estados Unidos, sincronizaron la ejecución
de más  de 200 órdenes de registro, confiscación de cientos de computadoras
y centros  electrónicos de distribución ilícita e incautación de programas
de  computación, videojuegos, películas y música en canales de  distribución
ilícitos valorados en más de cien millones de dólares. Como  consecuencia de
esta operación, más de 80 acusados en Estados Unidos fueron  declarados
culpables de delitos de violación de derechos de autor, y nuestra  labor
continúa.
La lista de países que participan en este esfuerzo es  larga y nos hemos
comprometido a aprovechar estos éxitos y lograr una  cooperación mundial
futura más extensa aún. En la economía mundial cada vez  más conectada, solo
funciona este tipo de esfuerzo coordinado de cumplimiento  internacional.
La elaboración de casos transnacionales exige una red de  contactos
policiales sobre el terreno. Y nos hemos dado cuenta de la enorme  ventaja
que supone colocar en un país socio a un fiscal con extensa formación  en
materia de propiedad intelectual que trabaje y ayude a sus  homólogos
extranjeros encargados de la aplicación de la ley con aspectos  complejos y
singulares relativos a la protección de la propiedad  intelectual.
En la creación de los equipos internacionales que libran  esta lucha hemos
enviado un fiscal federal con experiencia al sureste  asiático a ejercer
como coordinador de aplicación de la ley en materia de  propiedad
intelectual, o IPLEC, y tenemos previsto enviar a otro fiscal a  Europa del
Este en los próximos meses. Estamos también explorando maneras de  enviar a
otro coordinador a esta región en un futuro próximo. Se enfocaría  en
actividades de cumplimiento de la propiedad intelectual en América del  Sur.
Consideramos que la presencia en esta región de fiscales con  experiencia
supondrá una ventaja importante, tanto como recurso para nuestros  dos
gobiernos así como de enlace vital a medida que continuamos  nuestras
exitosas actividades conjuntas de cumplimiento.
Ayer prometí  trabajar con mis homólogos aquí en Brasil en la continuación
de sus  actividades dedicadas a la región de la triple frontera.
En Estados  Unidos nuestro mensaje es inequívoco para los delincuentes que
desean  aprovecharse de la propiedad intelectual de ciudadanos y empresas
honrados  que trabajan con duro empeño: Estados Unidos está dedicando más
recursos para  hacer cumplir la ley que nunca, con fiscales e investigadores
del  Departamento de Justicia, para el cumplimiento de los derechos de
propiedad  intelectual.
En este viaje he alentado a que hagan lo mismo mis colegas  brasileños
encargados de la aplicación de la ley.
Estados Unidos y  Brasil tienen que tener, cada uno por su cuenta, fuertes
regímenes de  cumplimiento nacional. Apoyo y aplaudo las acciones de Brasil
con la  finalidad de aumentar su capacidad en este aspecto. No obstante, no
podemos  ni debemos trabajar en solitario. Nuestros organismos encargados de
aplicar  la ley han deben colaborar en la elaboración y el enjuiciamiento de
los casos  internacionales de piratería.
La era digital ha creado un mundo sin  fronteras para grandes conspiraciones
delictivas, por lo que nuestras  acciones para aplicar la ley han de ser
igualmente mundiales y sin fronteras.  Todos quienes participan en la
economía mundial tienen la responsabilidad de  no permitir que entren
productos falsificados en el mercado.
Mediante  la consolidación de nuestros exitosos esfuerzos de colaboración
podemos  cambiar completamente la situación en la lucha contra los delitos
de  propiedad intelectual y las organizaciones delictivas que se benefician
de  ellos y podemos contribuir a lograr un futuro justo y próspero para
Brasil y  Estados Unidos.
Gracias nuevamente por concederme la oportunidad de estar  con ustedes hoy.
(termina el texto)
(Distribuido por la Oficina de  Programas de Información Internacional del
Departamento de Estado de Estados  Unidos. Sitio en la Web:
http://usinfo.state.gov/esp)