SANTIAGO.- En medio de una de las crisis económicas más graves en los últimos 30 años, España elegirá este domingo un nuevo presidente que tendrá como misión principal reducir el desempleo, que llega al 20% y estabilizar las finanzas públicas, que tienen a la nación ibérica al borde del abismo al cual ya han caído Grecia e Italia.
Son dos los candidatos que aspiran a asumir este enorme desafío: Mariano Rajoy, del derechista Partido Popular. y Alfredo Pérez Rubalcaba, del Partido Socialista Obrero Español. Según las encuestas, Rajoy corre con el favoritismo para asumir la primera magistratura, debido a la mala evaluación del manejo de la crisis realizada por la ciudadanía a la gestión del actual mandatario socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
La gran experiencia política acumulada por ambos candidatos en los últimos 20 años es el gran plus que ofrecen a los españoles, ya que ambos ocuparon altos cargos de gobierno: Mientras Rajoy fue ministro del Interior, de Educación y Cultura, Presidencia y Administración Pública en el periodo de José María Aznar, Rubalcaba fue ministro de Educación de Felipe González y, al igual que el abanderado del PP, vicepresidente y vocero de Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Rajoy corre con ventaja
La tercera probablemente será la vencida para Mariano Rajoy: si las encuestas no mienten, será el hombre que hará volver al Partido Popular (PP) al Palacio de la Moncloa, gracias a la crisis económica que ha desgastado a su rival socialista.
Este aficionado al fútbol y el ciclismo no tuvo éxito en la carrera a la Presidencia del Gobierno en dos ocasiones anteriores. En la primera, en 2004, sufrió una dolorosa derrota después de los atentados islámicos del 11-M, seguidos por la atribución errónea a la ETA que hizo de ellos el entonces Presidente, José María Aznar. Luego, se rehizo pronto ya que en 2008 volvió a competir, pero esta vez perdió ante el actual Presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Gallego, nacido en Santiago de Compostela en 1955, Rajoy es licenciado en Derecho y con sólo 26 años fue electo diputado en las elecciones autonómicas de Galicia. Fue ascendiendo entre los populares hasta tener un rol central en la histórica campaña de 1996, cuando José María Aznar terminó con 14 años de hegemonía socialista.
Entre las ventajas de Rajoy, según analistas hispanos, está la imagen de seriedad y confiabilidad que proyecta, algo que los españoles buscan en medio de la intensa crisis económica que afecta a su país y a buena parte de Europa.
No obstante, este perfil moderado y dialogante también juega en su contra, pues lo aleja de la imagen de un hombre capaz de adoptar las decisiones drásticas que requerirá, probablemente, la difícil situación económica hispana.
Rubalcaba compite contra la crisis
Una carga difícil le tocó en suerte a Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno español. Debe lidiar de entrada con el rampante desempleo, que se empina sobre el 20%, y los problemas económicos que buena parte de la ciudadanía atribuye a la administración de José Luis Rodríguez Zapatero.
Nacido en Santiago de Compostela e hijo de un piloto de la línea aérea hispana Iberia que militó con los nacionales de Francisco Franco, su infancia no pudo estar más lejana a su actual adscripción a la izquierda. De niño fue monaguillo nada menos que en el convento de las carmelitas descalzas de El Escorial, donde está el monumental y severo palacio construido por Felipe II.
Ya en el PSOE, ascendió sin pausas en la estructura partidaria. Cuando Felipe González llegó al poder, asumió como director general de Enseñanza Universitaria, y luego ascendió a ministro del ramo, en 1992. Desde ese cargo le correspondió reformar y modernizar el sistema educativo español. Durante el "felipismo", Pérez Rubalcaba alcanzó gran poder dentro del partido, y pese a que prefirió apoyar a José Bono frente a José Luis Zapatero, fue aceptado de buena gana en las filas de este último.
Su larga cercanía con la cúspide del poder socialista fue retratada en una biografía no autorizada publicada este año por el periodista Julio Somoano, quien lo califica como "el monje del poder". A diferencia de su reservado rival, Pérez Rubalcaba "es un comunicador nato, de los pocos políticos que entienden que ellos deben adaptarse a los medios y no al revés. Su forma de gobernar es la del titular, no de la imagen o la estética", afirma Somoano.
Doctor en Química, Pérez Rubalcaba busca afanosamente la fórmula para tratar de revertir lo que parece una victoria segura del PP tratando de añadir a su tubo de ensayo el ingrediente de los "indignados". Así, para despertar simpatías y posibles votos entre ellos, ha planteado en su campaña propuestas de reforma al sistema electoral que abran más espacios de participación, así como la idea de establecer impuestos al sistema financiero y destinar los recursos así obtenidos a generar empleos para los jóvenes.