Mi experiencia en ese sentido es agridulce. Supongo que doctores tiene la Iglesia y podrán dar explicaciones más sesudas, formales y contrarias a las mías. Pero yo quiero exponer aquí lo que he vivido.
- La web no vende. Hay muchas personas que me dicen que    tienen una página en internet o que consideran que es una de sus prioridades    al planear su negocio. Piensan que basta con tener algo virtual para que les    lluevan los clientes. FALSO. En la red hay millones de páginas interesantes y    llenas de contenido. Si no tienes nada que ofrecer, nadie va a ir a visitarte.    Y si lo tienes, posiblemente tampoco. ¿Cuantas webs de pequeñas empresas    conoceis que ofrezcan algo diferente? O mejor dicho, ¿Cuantas conoceis que    ofrezcan ALGO?
 - Una web chula no vende. La mayoría de los emprendedores    que conozco no nadan en la abundancia, sin embargo, parece que no reparan en    gastos a la hora de hacer algo "guay" en Internet. Mucho Flash, mucho color y    mucha foto. Pero todo muy estático. Las "pijadas" aburren. Es mejor tener algo    interesante y cómodo de visitar que un festival de luz y sonido.
 - Una web es necesaria. Va a parecer que me contradigo,    pero creo que no es así. Es necesario tener un sitio en el que contar quién    eres y explicar lo que puedes hacer por los demás. Pero no te compliques la    vida, al menos al principio, crea algo funcional que puedas ofrecer como    muestra de lo que haces. Es muy útil para los periodistas y los clientes    potenciales que no tienen tiempo de escucharte. Más vale tener algo feo pero    útil y controlado por ti ¡YA!, que la gran web gestionada por alguien ajeno a    ti en un futuro indefinido. Incluso un blog decente podría ser suficiente al    principio.
 - El blog no vende, crea tribu, amigos, evangelizadores, no    clientes. El blog tampoco vende. Simplemente te posiciona en la mente    del mercado. Te hace más accesible pero los clientes no te llueven por el    blog. Sin embargo, consigue algo mejor, atraer a "tu gente", a personas de    todo el mundo que piensan como tú. No llega al mercado, es el mercado el que    llega a ti.
 - El blog no crea Marca Personal, la consolida. El blog NO    es una herramienta de creación de Marca Personal, es una forma de    consolidarla, día a día. Para que sea útil, ya debes tener tu marca, si no es    así, el blog solo te servirá para desenfocarte más.
 - El blog posiciona en los buscadores. Esto ha sido una    sorpresa para mi. No pensaba que pudiese ser tan importante. Se llega a algo    tan absurdo como encontrarme en las primeras posiciones de Google solo por    escribir Andrés.
 - El blog ayuda a pulir las ideas. El blog es un    laboratorio. Te permite inventar cosas y ponerlas (o exponerlas) a la crítica    pública. Es duro, jodidamente duro y requiere mucho valor. Pero merece la    pena. Especialmente cuando tienes unos críticos tan sensatos y comprensivos    como los míos.
 - El blog te permite seguir la evolución de tu proyecto y tus    razonamientos. El blog es un auténtico cuaderno de bitácora    empresarial. Al menos para mi. Me permite seguir mis razonamientos en el    tiempo. Revisar mis muchas y enormes meteduras de pata y estupideces. Por eso    creo que aunque a veces diga tonterías, es bueno dejarlas ahí, como un estrato    geológico que diga, "ahí se produjo un cataclismo, vamos a impedir que se    repita".
 - El blog te permite experimentar, equivocarte y pedir    perdon. Como consecuencia de lo anterior, tienes la oportunidad de    pedir perdón a "tu tribu", especialmente cuando atacas temas más sensibles,    ideológicos o que van al fondo de las creencias.
 - El blog fomenta la creatividad. Te hace pensar nuevas    formas de contar las cosas. Crea el hábito de ver las cosas con otros ojos    para adaptarlas a tu proyecto. Al poco tiempo de empezar a escribir un blog    más o menos especializado, llegas a ver metáforas, ideas o sugerencias en casi    todo lo que haces o ves. Muchas cosas que antes no observabas, ahora se    manifiestan con facetas que jamás habías contemplado.
 - El blog te hace humano. Las personas necesitamos tener confianza o reducir la incertidumbre cuando vamos a contratar algo o a alguien. Si quieres saber con quién te vas a jugar "los dineros" posiblemente confíes más en alguien que se desnuda mentalmente todos los días. Alguien con el que casi convives.
 
Etiquetas: emprendedores, lecciones aprendidas
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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