Desde aquel partido jugado en Berlín en el que se coronó como campeón de Alemania, el Bayern no gana en la Bundesliga. En sus últimos tres partidos ha perdido en dos ocasiones, y la oportunidad de romper todos los récords del fútbol alemán se esfumó.
Ahora, lo que está en riesgo es el cierre de una temporada en la que en Múnich se han propuesto hacer historia repitiendo el "Triplete". Los jugadores del Bayern se han relajado, ya no enfrentan los partidos con la misma intensidad, y aún les quedan dos importantes semifinales por delante: contra el Kaiserslautern en la Copa Alemana, y ante el Real Madrid en la Champions League, donde la meta es ser el primer equipo en defender el título.
Para entender cómo y por qué llega el Bayern a esta situación, Deutsche Welle conversó con el psicólogo deportivo Jürgen Walter, catedrático en las universidades de Colonia y Dresden, consultor de diferentes deportistas y clubes profesionales, y gestor del proyecto audiovisual "Psicología deportiva en la práctica", un estudio sobre la importancia de la fortaleza mental para tener éxito.
Deutsche Welle: Doctor Walter, ¿qué tan fácil es para un equipo tan poderoso como el Bayern asimilar las derrotas sufridas recientemente en la Bundesliga?
Lo importante en la situación actual del Bayern no es tanto cómo se recuperará el equipo de esos reveses, sino qué mensaje reciben sus rivales. Para los equipos que se van a enfrentar a ellos ahora está claro que sus oportunidades de ganar son reales, que perder puede ser una opción, quizás la más probable, pero en ningún caso la única.
¿Podría explicar esto en detalle?
Revisemos el desarrollo de la temporada. Hasta hace poco, los rivales del Bayern llegaban a la cancha casi derrotados. Los de Múnich infundían tanto respeto y temor que la incógnita más grande del partido no era quién iba a ganar, sino por cuántos goles. Al Bayern se lo enfrentaba no para vencerlo, sino para evitar una derrota abultada. Eso ya cambió.
¿Cómo pudo suceder algo así?
El Bayern mismo se puso en esa situación. Es como si todos en el club hubieran pensado "La Bundesliga terminó, ahora podemos relajarnos". Los jugadores del Bayern han demostrado ser muy fuertes mentalmente y ahora, una vez más, esa fortaleza se pone a prueba, pues el efecto normal de lo que están atravesando es que empiecen a dudar de si mismos. Especialmente la derrota ante el Dortmund debe haber sido una bofetada, no importa que ellos digan que ya no había nada en juego, lo cierto es que el traspié los hace reflexionar.
El psicólogo deportivo Jürgen Walter.
¿Entonces no pueden darse el lujo de perder?
Contra Dortmund el Bayern no regaló el partido. Era claro que quería ganar, pero el rival lo pilló mal, y cuando se pretendió revertir eso fue demasiado tarde. Entonces el Dortmund ya tenía todo controlado. Con seguridad, el 0-3 no estaba planeado, pues incluso con el equipo B el Bayern debería haber estado en posición de ofrecer mayor resistencia.
El entrenador Pep Guardiola ha asumido la responsabilidad de las derrotas y ha dicho: "Quizás cometí un error"…
Eso es algo muy importante, porque solo así se pueden corregir las cosas. De todas formas, en la cabeza de los jugadores queda la sensación de vulnerabilidad donde antes estaba la convicción de ser invencibles. En el caso de que el Bayern sufra otro revés, contra el Kaiserslautern en la semifinal de la Copa Alemana, o contra el Braunschweig en la Bundesliga, la gran temporada que se preveía se vendrá abajo. Y Kaiserslautern y Braunschweig saben ahora que el Bayern también pierde.
Propinarle una derrota al Bayern es considerado, hoy por hoy, un gran logro. ¿Por qué?
La simpatía que el equipo había conquistado en los últimos años se ha ido perdiendo. En los jugadores se percibe una cierta arrogancia que ellos no están preparados para manejar, y las directivas, por ejemplo Matthias Sammer, abogan por un tratamiento especial, por ser un equipo especial. Si uno le preguntara a los jugadores del Bayern si son arrogantes, ellos seguramente dirán que no, pero hay dos tipos de imagen: cómo se ve uno mismo, y cómo lo ven a uno los demás. Es muy importante tener en cuenta cómo uno es percibido, solo así se puede moldear la imagen.
¿Pero no hay ambientes hostiles que motivan?
En Alemania hay un dicho popular: "Muchos enemigos, mucho honor". Un ambiente hostil puede fortalecer, y los abucheos motivar a mostrar un mejor rendimiento. Pero solo cuando se gana. Cuando se pierde, la historia es otra: entonces se necesita una gran fortaleza mental para asimilar la derrota y la antipatía.
¿Le espera entonces una tarea muy difícil a Pep Guardiola?
Gaurdiola ha demostrado ser un gran entrenador, alguien que maneja muy bien el arte de la motivación, y que es capaz de preparar a sus jugadores para mantener el rendimiento al más alto nivel. Entrenar al Bayern es como conducir un gran barco a toda velocidad. Guardiola, por lo que uno percibe de él, tiene controlado el timón y conoce bien el rumbo.