RSE VA A CLASES

La RSE va a clases

 

La responsabilidad social empresarial es un nuevo tema en el currículo de las escuelas de negocios de todo el mundo, y en Venezuela también se incorpora al ámbito de la reflexión académica. Prueba de ello es el libro Ética y práctica de la responsabilidad social empresarial: el aporte de la empresa al capital social, en el cual Víctor Guédez ofrece elementos clave para gerenciar exitosamente la relación

Carlos Delgado Flores

Hay una razón de fondo para explicar el auge académico reciente por la responsabilidad social empresarial: que siendo ésta una filosofía de gestión y no sólo filantropía y branding, a la hora de formar emprendedores es necesario incorporar a los saberes administrativos de los planes de estudio de las escuelas de negocios, esos otros conocimientos que explican las motivaciones de los grupos de interés (stakeholders) asociados a la empresa en sus áreas de desempeño, sea política, social, ambiental, educativa o cultural, entre otras. En esta visión, la RSE es una opción ética en la empresa para reconstruir la confianza y la solidaridad dentro de las sociedades liberales, mediante aportes que incrementen el capital social de las comunidades, que le brinden un beneficio intangible determinante en nuestros días de globalización: una buena reputación en lo local y en lo global.

Esta es, en parte, la tesis principal de Ética y práctica de la responsabilidad social empresarial: el aporte de la empresa al capital social (Planeta, 2006), de Víctor Guédez: un alegato a favor de sistematizar el conocimiento necesario para alinear estas tres órdenes de la actividad empresarial: la dedicación al negocio, la ética necesaria para el diseño de sus políticas y la creación de nexos de solidaridad y confianza en la sociedad, que entendemos como capital social.

Dicho en sus palabras: “Nos referimos a la necesidad de reputación, confianza y posicionamiento. En efecto, la ética y la responsabilidad social de la empresa tienen como origen y propósito la reputación que promueva admiración y valoración, la confianza que incentive la credibilidad y el posicionamiento que determine preferencia y selección por parte del público (...) La ética y la RSE deben orientarse a hacer más humano al ser humano y generar capital social que favorezca el alcance sustentable del desarrollo” (p. 16, 17).

Siguiendo esta ruta, Guédez ofrece, en tres capítulos, una reflexión que pasa revista a los valores de la ética empresarial contemporánea, plantea un modelo que denomina Triángulo de la contemporaneidad, cuyos vértices identifica como Sustentabilidad (desarrollo sustentable), Gobernabilidad (democracia gobernable) y Cooperatividad (convivencia integradora), y en el cual se integran los ámbitos concurrentes de la acción institucional, tanto en la construcción de reputación, de legitimidad para sí mismas, como de capital social para la sociedad. Un segundo capítulo dedicado justamente a la manera de “gerenciar” la RSE, y uno --el tercer capítulo-- a establecer funcionalidades en la relación ética-responsabilidad social empresarial-capital social.

No está de más decir que Víctor Guédez tiene suficientes credenciales y trayectoria para ser considerado el gurú gerencial venezolano por excelencia: doctorado en educación en La Sorbona (Francia), vicerrector académico de la Universidad Nacional Abierta, ex secretario ejecutivo del Convenio Andrés Bello, asesor académico del desaparecido CIED de Pdvsa, presidente de la firma consultora Cerse y actual coordinador del diplomado en responsabilidad social empresarial de la Universidad Metropolitana.

RODRIGO GONZALEZ FERNADEZ

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