¿Primer partido mapuche en Chile? | ||||
Quilaqueo está abandonando las aulas para fundar el primer partido político en representación del pueblo mapuche. Los mapuches son el principal grupo indígena de Chile y representan una población de aproximadamente 600.000 personas de un total de 16 millones de chilenos, según el censo de 2002. Quilaqueo ha lanzado una iniciativa política llamada Wallmapuwen (vocablo que significa "pueblo de las tierras mapuche") que está financiada por una pequeña parcela de su familia y por donaciones provenientes de los nueve directivos del partido. El foco de su actividad política está puesto en Temuco, la capital de la región sureña de Araucanía y el corazón de la tierra mapuche, donde nos citamos bajo un imponente monumento a los antiguos guerreros del territorio. Sin olvidar Qilaqueo, de 42 años, se aferraba a un pequeño libro negro, estampado con el logotipo del Partido Wallmapuwen. "Es un tokikura", explicó, señalando la ilustración de una piedra tallada. "Es el símbolo de la autoridad en tiempos de guerra". Desde el auto que iba desde la estación de autobús de Temuco pude ver el graffiti en pintura roja que ilustraba la representación circular del mundo para los mapuches. Allí se podían leer las palabras: "Ni perdón, ni olvido". El pueblo mapuche no ha abandonado del todo su enfrentamiento con el gobierno. Resistieron la colonización europea de Araucanía, conocida como La Frontera, hasta finales del siglo XIX cuando colonizadores alemanes ayudaron a extender el territorio chileno. Y un siglo después, entre los años 60 y 70, combatientes mapuche se unieron a las fuerzas del extremista Movimiento Izquierdista Revolucionario (MIR), buscando una reforma agraria. Ataques La zona rural de Araucanía sigue siendo el centro del activismo indígena de Chile, aunque se estima que 50% de los mapuches han emigrado hacia las ciudades en busca de empleo. A algunos militantes mapuche se les señala de ser responsables de varios incendios de camiones de carga en 2008. Además en la región se han registrado violentos enfrentamientos, incluyendo la matanza de líderes comunitarios, en relación con la lucha de tierras.
Estas divisiones y el legado de conflicto interno de lo que Quilaqueo describe como "un gran pueblo diverso" crea un problema de relaciones públicas para este nuevo político. Él quiere establecer lo que denomina un "partido legítimo y democrático", pero aún así no ha renunciado a la violencia. "Favorecemos el proceso político, pero no descartamos el camino de la violencia como último recurso", dice. Quilaqueo es renuente a denunciar a los elementos militantes que se perfilan como defensores de su pueblo debido a que quiere consolidar el apoyo de su comunidad. También está buscando ejemplos de autonomía regional. Por eso se ha entrevistado con altos funcionarios del movimiento nacionalista Sinn Fein en Irlanda del Norte y con representantes de otros partidos nacionalistas y separatistas en Europa. También ha estado en contacto con movimientos indígenas en Ecuador y Bolivia.
"Fase de ideas" Quilaqueo reconoce que su proyecto todavía está en "la fase de ideas" y "podría tomar generaciones antes de hacerse realidad". Afirma que encontrar formas de unir a los mapuches es clave para el éxito. El revivir el idioma materno -el mapudungun- y lograr el reconocimiento oficial de éste es un paso importante. Durante el gobierno de facto del general Augusto Pinochet entre 1973 y1990, los niños mapuches fueron supuestamente sometidos a castigos corporales por hablar mapudugun en clase. Actualmente existen pocas escuelas bilingües, pero el gobierno está tomando medidas para mejorar la educación de los indígenas como parte de los que denomina "el pacto social para el multiculturalismo".
No obstante, más o menos 75% de los que se describen como mapuches (en el censo más reciente) no hablan la lengua ancestral. Quilaqueo es uno de ellos. Reconoce que la limitación lingüística podría entorpecer sus aspiraciones de ser líder del primer partido de su pueblo. Ese no es el único obstáculo. Mauricio Painefil, portavoz de la comunidad mapuche del Lago Budi en la costa Araucanía, cree que lograr suficiente apoyo para un partido indígena es difícil. "Los mapuche tienden a votar por candidatos de derecha o cualquiera que sea el partido predominante en su área", dice. Otros rechazan cualquier participación en el proceso electoral chileno. Contradicción Cristian del Campo Carcamo, que trabaja en un programa de enseñaza de mapudungun en un canal de televisión en Santiago, dice que es contradictorio registrar a Wallmapuwen como un partido político chileno. "Muchos mapuches no reconocen las instituciones de Chile", arguye. Quilaqueo es mucho más pragmático. Después de registrar el partido con las autoridades locales, necesita recolectar 4.600 firmas de simpatizantes en tres de las 15 regiones del país antes de mediados de 2009. Además, está buscando alianzas en el Congreso con un ojo puesto en las elecciones generales de este año. Él sabe muy bien que los partidos pequeños sólo pueden sobrevivir en Chile como parte de una coalición. "Sin una transformación política y jurídica es muy difícil. Le tomó a Sinn Fein un siglo, pero nosotros estamos dando los primeros pasos", asegura. |
Rodrigo González Fernández
DIOPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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