Una economía a golpe de clic
La prueba de que la "attention economy", también conocida como "clic economy", ha adquirido ya carta de realidad la tienes no sólo cuando se constituye en un porcentaje superior al 90% de los 6.100 millones de dólares de ingresos de una compañía, sino cuando la prestigiosa The Economist le dedica artículos completos como este, "Truth in advertising" y este otro, "Trouble clicks" (que además ha tenido que enmendar en el número siguiente), ya no al tema de la publicidad online, sino al de los problemas que le aquejan derivados del llamado click fraud.
La semana pasada, en unas jornadas de El Nuevo Lunes en las que compartía mesa con Bernardo Hernández, Director de Marketing de Google, pudimos comprobar directamente la magnitud del tema: en una sala con asistentes que en muchos casos entraban seguramente por primera vez en contacto con las primeras nociones de la economía de la atención (con Bernardo en el plano práctico, conmigo en un enfoque algo más teórico), el tema del click fraud surgió ya en la primera pregunta. Artículos como los anteriormente indicados del Economist avisan: esto del click fraud es un tema serio, es sencillo hacerlo, está al alcance de todo el mundo, y las motivaciones para llevarlo a cabo son poderosas (beneficio económico directo propio o perjuicio económico directo ajeno). Mientras tanto, los actores implicados y a los que más les va el negocio en ello aparecen presuntamente tranquilos, se dedican a devolver el dinero cuando aparecen indicios de fraude, y trabajan en soluciones heurísticas y de otros tipos que permitan separar el grano de la paja. Y con click fraud o sin él, está claro que estamos hablando de una parte enormemente sustanciosa del Producto Interior Bruto, si se pudiese llamar así, de la red en el futuro.
Un tema fascinante.
Technorati tags: Google, Overture, Yahoo, attention economy, clic economy
La prueba de que la "attention economy", también conocida como "clic economy", ha adquirido ya carta de realidad la tienes no sólo cuando se constituye en un porcentaje superior al 90% de los 6.100 millones de dólares de ingresos de una compañía, sino cuando la prestigiosa The Economist le dedica artículos completos como este, "Truth in advertising" y este otro, "Trouble clicks" (que además ha tenido que enmendar en el número siguiente), ya no al tema de la publicidad online, sino al de los problemas que le aquejan derivados del llamado click fraud.
La semana pasada, en unas jornadas de El Nuevo Lunes en las que compartía mesa con Bernardo Hernández, Director de Marketing de Google, pudimos comprobar directamente la magnitud del tema: en una sala con asistentes que en muchos casos entraban seguramente por primera vez en contacto con las primeras nociones de la economía de la atención (con Bernardo en el plano práctico, conmigo en un enfoque algo más teórico), el tema del click fraud surgió ya en la primera pregunta. Artículos como los anteriormente indicados del Economist avisan: esto del click fraud es un tema serio, es sencillo hacerlo, está al alcance de todo el mundo, y las motivaciones para llevarlo a cabo son poderosas (beneficio económico directo propio o perjuicio económico directo ajeno). Mientras tanto, los actores implicados y a los que más les va el negocio en ello aparecen presuntamente tranquilos, se dedican a devolver el dinero cuando aparecen indicios de fraude, y trabajan en soluciones heurísticas y de otros tipos que permitan separar el grano de la paja. Y con click fraud o sin él, está claro que estamos hablando de una parte enormemente sustanciosa del Producto Interior Bruto, si se pudiese llamar así, de la red en el futuro.
Un tema fascinante.
Technorati tags: Google, Overture, Yahoo, attention economy, clic economy
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