Agenda incluye penas más duras para los reincidentes y la modificación de la semana laboral El flamante Jefe de Estado conservador de Francia quiere demostrar que no sólo preside el país, sino que también lo gobierna. Por esto, no piensa dar tregua alguna y nada más se constituya el nuevo Parlamento, tras las elecciones del 10 y el 17 de junio, piensa presentar una serie de iniciativas, algunas de ellas muy polémicas. Agenda incluye penas más duras para los reincidentes y la modificación de la semana laboral El flamante Jefe de Estado conservador de Francia quiere demostrar que no sólo preside el país, sino que también lo gobierna. Por esto, no piensa dar tregua alguna y nada más se constituya el nuevo Parlamento, tras las elecciones del 10 y el 17 de junio, piensa presentar una serie de iniciativas, algunas de ellas muy polémicas. Lluís Uría París Apenas desembarcado en el Elíseo -ayer cumplió ocho días en el poder-, Nicolas Sarkozy ya ha dejado meridianamente claras al menos dos cosas. Primera: el Presidente francés será quien va a dirigir a partir de ahora la acción del Gobierno y el Primer Ministro, François Fillon, va a ser un mero ejecutor. Segunda: piensa ir rápido, muy rápido. El nuevo Mandatario francés, que ya ha demostrado una velocidad inusitada en formar Gobierno, ha decidido aprobar una primera batería de reformas simultáneas a corto plazo, inmediatamente después de que se forme el nuevo Parlamento surgido de las legislativas del 10 y el 17 de junio. Las reformas previstas, incluidas en su programa, atañen a la seguridad, el trabajo y la fiscalidad. De entrada, el Gobierno tiene ya preparados dos proyectos de ley para endurecer el tratamiento penal de los delincuentes reincidentes: uno instaura unas penas mínimas, más elevadas, que deberán ser obligatoriamente aplicadas por los jueces (lo que ya ha sido criticado por algunos sindicatos de la magistratura), y otro rebaja en estos casos la edad penal a los 16 años, de forma que los menores reincidentes podrán ir a prisión. Un tercer proyecto afecta a la semana laboral de 35 horas, que se ha propuesto desactivar -sino derogar- al grito de 35 horas sí, pero como mínimo. La reforma que propone Sarkozy consiste en alentar la realización de horas extra suprimiendo las cargas sociales para las empresas y las cargas fiscales para los trabajadores, que además deberán cobrarlas a un 125% sobre lo normal. Finalmente, la agenda del Jefe de Estado incluye dos novedades en materia fiscal: la supresión -para el 95% de los contribuyentes- del impuesto de sucesiones, que sólo deberán pagar las grandes fortunas, y la deducción del impuesto sobre la renta de los intereses pagados por un crédito para adquirir por primera vez la vivienda habitual. Para pasar sin problemas el trámite parlamentario, el Gobierno necesita contar en la próxima Asamblea Nacional (Parlamento) con una mayoría confortable. Y nada indica que no vaya a ser así. Con Sarkozy en su máxima cota de popularidad -todos los gestos que ha realizado hasta el momento han sido plebiscitados por la opinión pública-, los sondeos otorgan a su partido, Unión por un Movimiento Popular (UMP, conservador), y sus aliados una amplia mayoría absoluta. A ellos, una encuesta de la consultora TNS-Sofres les otorga una intención de voto del 40% y una representación de 365 y 415 de los 577 diputados de la cámara, frente a un 28% de las preferencias y de 137 a 153 escaños para el Partido Socialista, la principal fuerza de la oposición. En la campaña electoral tendrá un papel fundamental François Fillon, que será a efectos de imagen el cartel electoral de la UMP. El Primer Ministro anunció que se presentará de nuevo a diputado por su circunscripción del departamento del Sarthe. Otro tanto harán 11 ministros. Pero si Sarkozy parece decidido a tener un papel secundario en la campaña, no va a ser así en el Gobierno. Más allá de los terrenos que son dominio reservado del Presidente -política exterior y defensa-, Sarkozy impone su dirección y su presencia en toda la acción gubernamental. Hace unos días lo volvió a hacer con motivo del gran pacto ecológico que promueve. Fillon, que ya teorizó tiempo atrás sobre la presidencialización de la V República y la transformación del Primer Ministro en una suerte de superdirector de gabinete de la Presidencia, lo tiene claro. El viernes lo expuso de forma diáfana en TF1: "El papel del Jefe del Gobierno y de los ministros es poner en práctica escrupulosamente el proyecto de Nicolas Sarkozy". © La Vanguardia The New York Times Syndicate
Sarkozy alista "plan de choque" con una batería de reformas simultáneas
Sarkozy alista "plan de choque" con una batería de reformas simultáneas
Lluís Uría
París
Apenas desembarcado en el Elíseo -ayer cumplió ocho días en el poder-, Nicolas Sarkozy ya ha dejado meridianamente claras al menos dos cosas. Primera: el Presidente francés será quien va a dirigir a partir de ahora la acción del Gobierno y el Primer Ministro, François Fillon, va a ser un mero ejecutor. Segunda: piensa ir rápido, muy rápido.
El nuevo Mandatario francés, que ya ha demostrado una velocidad inusitada en formar Gobierno, ha decidido aprobar una primera batería de reformas simultáneas a corto plazo, inmediatamente después de que se forme el nuevo Parlamento surgido de las legislativas del 10 y el 17 de junio.
Las reformas previstas, incluidas en su programa, atañen a la seguridad, el trabajo y la fiscalidad. De entrada, el Gobierno tiene ya preparados dos proyectos de ley para endurecer el tratamiento penal de los delincuentes reincidentes: uno instaura unas penas mínimas, más elevadas, que deberán ser obligatoriamente aplicadas por los jueces (lo que ya ha sido criticado por algunos sindicatos de la magistratura), y otro rebaja en estos casos la edad penal a los 16 años, de forma que los menores reincidentes podrán ir a prisión.
Un tercer proyecto afecta a la semana laboral de 35 horas, que se ha propuesto desactivar -sino derogar- al grito de 35 horas sí, pero como mínimo. La reforma que propone Sarkozy consiste en alentar la realización de horas extra suprimiendo las cargas sociales para las empresas y las cargas fiscales para los trabajadores, que además deberán cobrarlas a un 125% sobre lo normal.
Finalmente, la agenda del Jefe de Estado incluye dos novedades en materia fiscal: la supresión -para el 95% de los contribuyentes- del impuesto de sucesiones, que sólo deberán pagar las grandes fortunas, y la deducción del impuesto sobre la renta de los intereses pagados por un crédito para adquirir por primera vez la vivienda habitual.
Para pasar sin problemas el trámite parlamentario, el Gobierno necesita contar en la próxima Asamblea Nacional (Parlamento) con una mayoría confortable. Y nada indica que no vaya a ser así.
Con Sarkozy en su máxima cota de popularidad -todos los gestos que ha realizado hasta el momento han sido plebiscitados por la opinión pública-, los sondeos otorgan a su partido, Unión por un Movimiento Popular (UMP, conservador), y sus aliados una amplia mayoría absoluta. A ellos, una encuesta de la consultora TNS-Sofres les otorga una intención de voto del 40% y una representación de 365 y 415 de los 577 diputados de la cámara, frente a un 28% de las preferencias y de 137 a 153 escaños para el Partido Socialista, la principal fuerza de la oposición.
En la campaña electoral tendrá un papel fundamental François Fillon, que será a efectos de imagen el cartel electoral de la UMP. El Primer Ministro anunció que se presentará de nuevo a diputado por su circunscripción del departamento del Sarthe. Otro tanto harán 11 ministros.
Pero si Sarkozy parece decidido a tener un papel secundario en la campaña, no va a ser así en el Gobierno. Más allá de los terrenos que son dominio reservado del Presidente -política exterior y defensa-, Sarkozy impone su dirección y su presencia en toda la acción gubernamental. Hace unos días lo volvió a hacer con motivo del gran pacto ecológico que promueve.
Fillon, que ya teorizó tiempo atrás sobre la presidencialización de la V República y la transformación del Primer Ministro en una suerte de superdirector de gabinete de la Presidencia, lo tiene claro. El viernes lo expuso de forma diáfana en TF1: "El papel del Jefe del Gobierno y de los ministros es poner en práctica escrupulosamente el proyecto de Nicolas Sarkozy".
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