21 de agosto de 2011 • 12:43
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Ariel Vercelli*).-El mayor valor que tiene una sociedad se ubica en las nuevas generaciones, en los que vienen.
Los sistemas educativos tuvieron, tienen y tendrán como objetivo principal contribuir a la formación integral de los ciudadanos de una nación.
Los entornos educativos se diseñan para que los jóvenes aprendan y se formen para la vida adulta, para que se desarrollen como ciudadanos libres, para que se socialicen en el respeto mutuo, la igualdad y la diversidad.
El diseño de entornos educativos en la era digital se ha transformado en una necesidad y en un enorme desafío de cara a la formación de las generaciones futuras.
¿Cómo serán las sociedades en 20 o 30 años? ¿Cómo será la vida adulta de quienes egresan este año de los colegios secundarios en la Argentina? A pesar de que no hay respuestas ciertas a estas (y a muchas otras) preguntas, igualmente, los Estados deben diseñar y adecuar sus sistemas educativos a los tiempos que corren.
La República Argentina lanzó en 2010 el proyecto Conectar Igualdad, un ambicioso proyecto que busca incorporar tecnologías digitales en los sistemas educativos (a nivel nacional y provincial) y alcanzar mayores niveles de inclusión social.
Lejos de ser un enlatado más, Conectar Igualdad se diseñó en Argentina y, en pocos meses, se transformó en un modelo a seguir.
Actualmente, entrega una computadora a cada estudiante y docente de las escuelas secundarias públicas.
Una de las virtudes de Conectar Igualdad fue orientar el programa a las y los estudiantes de las escuelas secundarias públicas (de 1º hasta 5º año).
¿La inclusión digital en el nivel secundario fue azarosa? No, en ningún caso. ¿Por qué se orientó hacia este nivel del sistema educativo y no las escuelas primarias? Uno de los objetivos fuertes de Conectar Igualdad es dotar a los estudiantes de mayores posibilidades de inserción a la vida productiva y laboral.
El programa Conectar Igualdad establece que cada estudiante al finalizar sus estudios secundarios (nivel obligatorio en la República Argentina) recibirá una portátil en propiedad (con cargo de no enajenarla, venderla o cederla) si es que no adeuda materias al 1º de marzo del año siguiente.
En este sentido, la portátil será para los próximos egresados (y sus familias) un medio de inclusión social, un medio de comunicación y, sobre todo, un medio de producción en la era digital.
Ahora bien, ¿es posible aprovechar esta política pública para mejorar la inclusión laboral de los egresados de los secundarios argentinos? Dentro de Conectar Igualdad, ¿están previstas cuáles son las mejores formas de incluir a estos jóvenes en el mundo de la producción y del trabajo? ¿Es posible mejorar su inclusión social a través de emprendimientos económicos, sociales o culturales? Todo parece indicar que aún no se han planificado estos puntos.
Conectar Igualdad se creó a partir del Decreto 459/10 y articuló (inicialmente) el Ministerio de Educación de la Nación, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), la Jefatura de Gabinete de Ministros y el Ministerio de Planificación Federal de Inversión Pública y Servicios.
¿Sería conveniente que al proyecto puedan sumarse y articularse los proyectos e iniciativas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social? La respuesta es afirmativa.
Portátil en mano y conexión a Internet, ¿es importante que las pibas y los pibes egresados de los secundarios conozcan algo de teletrabajo? ¿Y qué tal si disponen de plataformas públicas donde buscar trabajo, asociarse con otras/os o, directamente, emprender proyectos económicos, sociales o culturales? De lo contrario, en la era digital, ¿no se corre el peligro de formar mano de obra barata para trabajos precarios, informales, en negro o de explotación? Los sistemas educativos deben formar a los estudiantes para la vida adulta. El mundo del trabajo y la producción es una parte central de la vida adulta que les espera. En la era digital la inclusión social también debe pensarse desde las relaciones de trabajo y la producción.
Conectar Igualdad es un proyecto vital para aumentar y mejorar la inclusión social. Argentina necesita más y mejor Conectar Igualdad, tanto en el sistema educativo como en el mundo del trabajo y la producción.
Los sistemas educativos tuvieron, tienen y tendrán como objetivo principal contribuir a la formación integral de los ciudadanos de una nación.
Los entornos educativos se diseñan para que los jóvenes aprendan y se formen para la vida adulta, para que se desarrollen como ciudadanos libres, para que se socialicen en el respeto mutuo, la igualdad y la diversidad.
El diseño de entornos educativos en la era digital se ha transformado en una necesidad y en un enorme desafío de cara a la formación de las generaciones futuras.
¿Cómo serán las sociedades en 20 o 30 años? ¿Cómo será la vida adulta de quienes egresan este año de los colegios secundarios en la Argentina? A pesar de que no hay respuestas ciertas a estas (y a muchas otras) preguntas, igualmente, los Estados deben diseñar y adecuar sus sistemas educativos a los tiempos que corren.
La República Argentina lanzó en 2010 el proyecto Conectar Igualdad, un ambicioso proyecto que busca incorporar tecnologías digitales en los sistemas educativos (a nivel nacional y provincial) y alcanzar mayores niveles de inclusión social.
Lejos de ser un enlatado más, Conectar Igualdad se diseñó en Argentina y, en pocos meses, se transformó en un modelo a seguir.
Actualmente, entrega una computadora a cada estudiante y docente de las escuelas secundarias públicas.
Una de las virtudes de Conectar Igualdad fue orientar el programa a las y los estudiantes de las escuelas secundarias públicas (de 1º hasta 5º año).
¿La inclusión digital en el nivel secundario fue azarosa? No, en ningún caso. ¿Por qué se orientó hacia este nivel del sistema educativo y no las escuelas primarias? Uno de los objetivos fuertes de Conectar Igualdad es dotar a los estudiantes de mayores posibilidades de inserción a la vida productiva y laboral.
El programa Conectar Igualdad establece que cada estudiante al finalizar sus estudios secundarios (nivel obligatorio en la República Argentina) recibirá una portátil en propiedad (con cargo de no enajenarla, venderla o cederla) si es que no adeuda materias al 1º de marzo del año siguiente.
En este sentido, la portátil será para los próximos egresados (y sus familias) un medio de inclusión social, un medio de comunicación y, sobre todo, un medio de producción en la era digital.
Ahora bien, ¿es posible aprovechar esta política pública para mejorar la inclusión laboral de los egresados de los secundarios argentinos? Dentro de Conectar Igualdad, ¿están previstas cuáles son las mejores formas de incluir a estos jóvenes en el mundo de la producción y del trabajo? ¿Es posible mejorar su inclusión social a través de emprendimientos económicos, sociales o culturales? Todo parece indicar que aún no se han planificado estos puntos.
Conectar Igualdad se creó a partir del Decreto 459/10 y articuló (inicialmente) el Ministerio de Educación de la Nación, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), la Jefatura de Gabinete de Ministros y el Ministerio de Planificación Federal de Inversión Pública y Servicios.
¿Sería conveniente que al proyecto puedan sumarse y articularse los proyectos e iniciativas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social? La respuesta es afirmativa.
Portátil en mano y conexión a Internet, ¿es importante que las pibas y los pibes egresados de los secundarios conozcan algo de teletrabajo? ¿Y qué tal si disponen de plataformas públicas donde buscar trabajo, asociarse con otras/os o, directamente, emprender proyectos económicos, sociales o culturales? De lo contrario, en la era digital, ¿no se corre el peligro de formar mano de obra barata para trabajos precarios, informales, en negro o de explotación? Los sistemas educativos deben formar a los estudiantes para la vida adulta. El mundo del trabajo y la producción es una parte central de la vida adulta que les espera. En la era digital la inclusión social también debe pensarse desde las relaciones de trabajo y la producción.
Conectar Igualdad es un proyecto vital para aumentar y mejorar la inclusión social. Argentina necesita más y mejor Conectar Igualdad, tanto en el sistema educativo como en el mundo del trabajo y la producción.
Fuente:
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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