América Latina
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Chile hoy es la economía más próspera de América Latina, y también es la democracia más consolidada de toda la región, a pesar de haber sido una dictadura hace tan solo 21 años
El analista del Instituto Cato, de Washington, dice que poner un negocio en América Latina es más difícil que en África.
Foto: Reuters
El costarricense Juan Carlos Hidalgo, analista económico del Instituto Cato (Centro de Investigación de Política Pública en Washington), viajó a Ecuador para impartir un seminario a 60 jóvenes universitarios ecuatorianos sobre el tema de la libertad económica y la prosperidad. No son buenos tiempos para los liberales en un país con un gobierno populista que cierra casinos y salas de juego, y que encarcela a los columnistas de opinión. Pero Hidalgo ya está acostumbrado, el analista económico ha impartido este tipo de seminarios en Buenos Aires, inclusive en Caracas donde dice que "Chávez nos mandó la Guardia Nacional para cerrarnos, pero no pudo porque llamamos a un canal de televisión y parece que no quisieron darle mucha publicidad al asunto".
En una entrevista exclusiva con Martí Noticias, Juan Carlos Hidalgo conversó sobre la filosofía liberal en la región, la crisis financiera mundial y cuáles fueron sus causas, así como del hecho de que en países con dictaduras la apertura económica propicia el inicio de la libertad.
¿Qué puede decirnos de la nueva crisis mundial que se avecina?
Ahora que estamos otra vez en un momento en que parece que la economía mundial se va al despeñadero es, en parte, porque la lección de la primera crisis financiera de hace tres años no se aprendió, las verdaderas razones no fueron diagnosticadas correctamente por la clase política. ¿Fue una crisis del capitalismo, como los políticos han querido presentarlo? ¿O fue una crisis del intervencionismo estatal?
Después de la crisis financiera del 29 hubo economistas de la escuela liberal que alertaron de un nuevo crack. ¿Qué se hizo mal, según su criterio?
En la crisis del 29 los gobiernos actuaron de la misma manera en que reaccionaron los del 2007, con una gran excepción, que fue imponer medidas proteccionistas al comercio exterior, erigir barreras comerciales a los bienes que vienen del extranjero. Muchos países creen que esas medidas proteccionistas, luego de la crisis del 29, fue una de las piedras angulares para que la recesión se convirtiera en una gran depresión, y que luego los países se fueran a la guerra. Cuando los países no comercian entonces son más proclives a declararse la guerra. Los gobiernos del mundo reaccionaron más o menos de la misma manera: aumentaron drásticamente el gasto público e intervinieron fuertemente en la economía. Un mito de ese entonces es que esas medidas funcionaron y que Estados Unidos, y otros países, salieron de la crisis con el aumento del gasto público.
¿Eso sucedió en tiempos de Roosvelt?
Con Roosvelt, pero la realidad es que la crisis se extendió durante toda la década de los 30, con un desempleo cercano al 20% donde millones de estadounidenses fueron enviados al frente en Europa y en el Pacífico. Eso fue lo que en ese entonces disimuló la salida de la Gran Depresión. En este momento vemos cómo los gobiernos han reaccionado básicamente igual.
¿Con el fortalecimiento del populismo en Latinoamérica se ha producido un retroceso de las doctrinas liberales?
Bueno, estos tiempos no son alegres en muchos países de la región para quienes creemos en la libertad. Vemos inclusive cómo un país que era un estandarte de hacer las cosas bien en los últimos años, como Perú, de repente hace una apuesta terrible a favor de Ollanta Humala. Supuestamente Humala se ha moderado, da señales un poco preocupantes, ciertos miembros de su gabinete todavía siguen hablando de modificar la constitución. Él jura por la Constitución de 1979, en un acto muy parecido a lo en su momento hicieron Chávez y el presidente Correa de Ecuador, y por eso hay mucha gente inquieta.
En la región hay muchos gobiernos populistas que amenazan no sólo las libertades económicas, sino las libertades políticas de los ciudadanos. Sin embargo, yo veo que hay una reacción especialmente entre los jóvenes, que están hartos de estas ideas socialistas y están buscando una alternativa. No son conservadores tampoco en su visión del mundo, y quieren ver un tercer camino que no sea el socialismo o conservadurismo. Es ahí donde el liberalismo se está presentando como una opción muy atractiva para ellos.
Tomando prestado un término de Mario Vargas Llosa, ¿cuáles cree usted que son los desafíos de la libertad en América latina?
El desafío más fuerte es evitar los cantos de sirena del populismo. Nuestra región es la más desigual del mundo, las diferencias son abismales y esto se presta para que el populismo tenga una caja de resonancias muy especial. Esta situación es aprovechada por los populistas que hablan de tener un Estado grande que le quite a los ricos para darle a los pobres. Hay que crear condiciones para que los pobres puedan salir adelante por sí mismos. En América Latina no permitimos que los pobres generen riqueza, tenemos un sistema de apartheid económico donde uno de cada dos latinoamericanos está en el sector informal. ¿Por qué está en la informalidad? ¿Por qué le da la gana y no quiere pagar impuestos? No, porque los costos de la informalidad son enormes. Si usted quiere poner su negocito, tiene que cumplir con 27 permisos, una licencia, pagar 'coimas' (sobornos), vistos buenos de diferentes funcionarios. Ya hay investigaciones que se ocupan de esto, por ejemplo una del Banco Mundial que se llama Haciendo negocio. América Latina es la región del mundo donde es más difícil poner un negocio, más que en África.
¿Más que en África?
Más que en África, al punto que un colega mío en Washington ha dicho que si usted se quiere hacer rico en un país desarrollado se pone un negocio, pero si usted quiere poner un negocio en América Latina necesita ser rico. Cumplir con la cantidad de permisos se le hace imposible a los pobres. ¿Entonces qué hacen? Se tiran a la calle a vender frutas, cigarrillos, a prestar servicios en la calle o ponen sus negocitos en la parte de atrás de la casa, donde nadie los ve. Este sistema de comercio informal si bien es bastante liberal, bastante capitalista es muy ineficiente también: no tiene acceso al crédito, al sistema jurídico, no puede firmar contratos, tener acceso a seguros, derecho a publicitarse; en fin, limita muchísimo las capacidades de desarrollo de un empresario. Si nosotros permitimos que los pobres salgan adelante con su trabajo, y no con los cantos de sirena que les promete el socialismo del siglo XXI, siento que tendremos un ambiente más positivo en la región.
En muchos de los países latinoamericanos con regímenes populistas hay empresarios haciendo muy buenos negocios, sin importarle que se estén restringiendo libertades políticas. ¿Cree usted que es posible la libertad económica sin la política?
Milton Friedman, el premio Nobel de Economía, decía que la libertad política y la económica son las dos caras de una misma moneda. Si usted no tiene libertad económica es muy probable que pierda la libertad política. Friedman decía que una economía libre en una dictadura tarde o temprano lleva a la democracia. Lo vimos en Chile. Lo cual nunca vimos en Cuba: la ausencia total de libertad económica está casada con un ausencia total de libertad política. Chile hoy es la economía más próspera de América Latina, y también es la democracia más consolidada de toda la región, a pesar de haber sido una dictadura hace tan solo 21 años. Corea del Sur y Taiwán también fueron dictaduras, pero se abrieron al plano económico.
¿Y en el caso de China?
Ese es el gran dilema de la clase gobernante china, ellos quieren seguir el proceso de liberalización económica, para seguir creciendo, el problema es que saben que mientras más crezca la economía más demandas políticas van a empezar a tener
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