Por Dr. Eduardo Filgueira Lima
"El Estado es una institución humana, no un ser sobrehumano. Quien dice: debería haber una ley sobre este asunto, quiere decir: la fuerza armada del gobierno debería obligar a la gente a hacer aún lo que no quiere hacer. Quien dice: esta ley debería ser puesta en vigor, quiere decir: la policía debería obligar a la gente a cumplir esa ley,… pero cuando el estado interviene en general lo hace mal y por ello - además - finalmente resulta ineficiente,… "
vonMises, Ludwig, "El Estado Omnipotente" (1944)
El 4 de mayo de 2011 el Congreso Nacional terminó finalmente por aprobar un controvertido proyecto de regulación de los Seguros Privados de Salud" (conocidos como Ley de regulación de la Medicina Pre-paga).
Y cuando las instituciones del Estado movilizadas por ideologías que se presentan como "progresistas" – en este caso: "la supuesta defensa de los consumidores" – se equivoca, no solo por errar en los valores que dice sustentar, sino por ignorancia.
Resulta rayano en lo increíble la inconsistencia conceptual de nuestros legisladores, que a través de sus exposiciones dejaron traslucir una supina ignorancia en un tema tan sensible y preciado por nuestra sociedad, a pesar que sus voces no se hagan sentir porque supone que lo que se le brinda es lo que merece recibir y lo que se le propone (con esta norma) defiende sus legítimos intereses.
En realidad el gobierno tiene intereses que no se explicitan detrás del tratamiento de esta ley, además de la consideración básica sobre que esta intervención vulnera un primer principio básico de la ciudadanía: poder contratar libremente con quien y como le plazca, mientras no vulnere derechos de los demás. Es decir: se interviene en la libertad de elección privada de los contratos que cada uno entiende mejor garantizan la satisfacción de sus necesidades.
Colocados en el papel de Estado "protector" se expresa que los ciudadanos no saben,.. que existe asimetría de información,.. que los afiliados son explotados y que por las imperfecciones del mercado de la salud, se debe intervenir a los efectos de su protección. Parecen olvidar que en términos comparativos no existe mercado más imperfecto que "el mercado político" y que los que suponen tener información demuestran una terrible ignorancia, que además de violar preceptos fundamentales, puede conducir a resultados indeseables.
¿Se han preguntado acaso: porque existen los seguros privados de salud?, ¿Se han preguntado: porque mucha gente hace ingentes esfuerzos para pagar un contrato con una aseguradora de salud privada que le permita elegir como y quien puede resolver sus problemas de la mejor manera?
Pues es muy sencillo: la gente busca satisfacer sus necesidades,.. y cuando ello no ocurre por los caminos que "se le dice que lo van a hacer", busca caminos alternativos, que le permitan elegir,… que le permitan decidir,.. y optar e incluso de cambiar en algún momento si no son satisfechos sus requerimientos. El mercado se hace así competitivo, quiere decir: que los seguros privados para retener u obtener nuevos afiliados y ampliar su cartera, deben esforzarse por pagar mejor a los profesionales y servicios, mejorar la calidad de los servicios ofrecidos y ello al menor costo posible para los asegurados.
Lo que esconde y oculta esta Ley es que los servicios médico asistenciales públicos adolecen de enormes fallas,… la población de menores recursos se encuentra cautiva de ellos,… debe soportar "las listas de espera",.. debe soportar el maltrato de la negligencia y la impericia,.. así como las limitaciones explicitas a la accesibilidad,.. debe soportar la carencia de recursos y de las complicaciones que – por déficit creciente en la calidad asistencial – terminan por sufrir quienes no pudiendo elegir deben obligadamente ser tributarios del hospital público. No por nada el Ministro de Salud intenta ahora llevar adelante una denuncia y registro de "infecciones intrahospitalarias",.. seguramente se va a sorprender al enterarse de donde y como ocurren, cuestiones graves, que con buenos servicios pudieron ser evitadas, o no debieron ocurrir.
En el otro extremo quienes pueden o quienes hacemos grandes esfuerzos – porque por saber cómo funciona el sistema, en muchos lugares que se nos ofrecen como garantía del tan mentado "Derecho a la Salud", con seguridad no entraríamos ni a cortarnos las uñas – están quienes contratan un seguro privado de salud, porque les resulta el mejor camino para asegurarse la posibilidad de cubrirse de la imprevisibles contingencias y riesgos de padecer una enfermedad.
Me refiero a los seguros privados de salud de cierta importancia (que aseguran a casi el 70% de los afiliados a este sistema), porque hoy es frecuente que cualquier establecimiento asistencial por pequeño (y en cualquier lugar del país) que sea tenga su propio seguro pre-pago, para lograr compensar ingresos que de otra manera no obtiene de los seguros sociales – incluyendo el PAMI – o logra tarde y mal.
Y en ese camino la pretensión de la gente es la satisfacción de sus necesidades con la mejor calidad y al mejor costo (aunque ello signifique un sacrificio), porque el valor salud es un importante componente del "capital humano" y nadie quiere ser asistido en servicios que por no garantizar calidad en la atención le adicionan correr riesgos evitables.
Lo que esconde esta Ley es la intención de focalizar que la culpa de los problemas en salud se debe a los excesos de los seguros privados y omite referirse a que su existencia es forzada por la ineficiencia de los servicios públicos.
De la misma manera las Obras Sociales Sindicales una vez puesto en marcha el Decreto que habilita la "opción de cambio" de los beneficiarios, vieron con horror como los afiliados cautivos cambiaban de seguro social, en búsqueda de mejores opciones. Esta situación les condujo precisamente a asociarse con seguros prepagos a fin de ofrecer servicios mejores que los que ellos podían ofrecer y de esta forma muchos "crecieron" de la nada y otros adoptaron otras estrategias de sobrevivencia (que no viene el caso su descripción en este momento) y a esto lo llamaron "descreme" y constituyen la mayor parte de las asociaciones corporativas, representando casi el 55% de los afiliados a los seguros privados.
Me pregunto: ¿es tan malo que los que pueden busquen mejores opciones?,.. ¿Porqué el Estado "omnipotente" en vez de limitar estos caminos alternativos de libre búsqueda de mejor asistencia, no ocupa su tiempo y recursos en mejorar los servicios a los que se ven forzados a concurrir los que menos tienen?
¿Por qué no se mejoran también las condiciones de prestación y asistencia del PAMI, que teniendo suficientes recursos son empleados como caja política y gasto social, pagando tarde y mal a los prestadores?,.. ¿Nadie ha escuchado hablar de las penurias de los afiliados a este seguro social?,.. ¿Nadie explicita que casi el 12% de los afiliados al PAMI tienen a su vez un seguro privado de salud y utilizan a aquel solo para garantizarse los medicamentos?
De ninguna manera puede argumentarse – como por ignorancia se ha hecho – que cuando uno contrata un seguro privado y por ser joven no consume, esa situación le genera "un crédito a futuro". Esta concepción desconoce la naturaleza de los contratos.
Los seguros privados de salud son "contratos entre privados", que se fundan en una póliza en la que se explicitan deberes y derechos de las partes, por un tiempo determinado y con un costo de cobertura mensual (u otras), que en el caso de las empresas permite "diluir el riesgo financiero" en la masa de asegurados, pero que en ningún caso agrega derechos de consumo futuro y muy por el contrario deben soportar las consecuencias del "moral hazard" de los asegurados, que por estar pagando una alícuota mensual se creen "obligados" a consumir – aún lo que no necesitan (más allá de otros excesos) – afectando con ello no solo a la empresa sino a todo el universo asegurado.
Los seguros privados de salud existen (y crecen) a pesar que nuestra población es solo de "ingresos medios" en el contexto mundial, porque quienes tienen que brindar buenos servicios no lo hacen y eso es lo que se pretende ocultar.
Los seguros privados de salud cubren a casi el 12% de la población del país. Casi el 65% de esa población asegurada se encuentra en Buenos Aires y GBA, el resto en el interior del país, en especial en las ciudades más grandes.
El gasto total en salud en la actualidad supera holgadamente los $ 110.000 Millones por año.
Gran parte de ese gasto (casi el 45% y en aumento) es gasto privado, pero la mayor parte es gasto directo de los hogares, co-pagos de la seguridad social y hospitales arancelados (incluyendo los bonos contribución), o bien las cuestiones que se deben afrontar por carencias en los servicios públicos, etc. y esta mala relación entre al gasto público y el gasto privado, pone en evidencia las limitaciones a la accesibilidad y las inequidades que se encuentran insertas en nuestro sistema de salud.
El universo mencionado de 4,6 millones de asegurados por este sistema, como mencioné es casi el 12% de la población total del país – que esta así asegurada porque le satisface y sino se va – gasta aproximadamente $ 12.400 Millones, es decir una cifra equivalente al 9% del gasto total en salud. ¿Es acaso esta relación desproporcionada entre los recursos y la calidad de los servicios que se brindan? Es solo cuestión de mirar un poco hacia los lados para ver qué ocurre en otros subsectores de mayúscula ineficiencia y pésimos resultados.
Los seguros privados de salud satisfacen las necesidades de mucha gente que puede optar, lo que introduce un incentivo a la mejora de los servicios, su calidad y con los mejores costos posibles. Esta perspectiva introduce la posibilidad de la "voz" y la "salida", que es lo que debe asegurar a la gente.
Las organizaciones de defensa de los consumidores – presionando para la aprobación de la Ley – se han hecho eco sin saberlo de aquellos que desean ir más allá del moral hazard (consumir más allá de lo que necesitan, porque por pagar creen tener derecho aún a lo que no les es necesario) y mantienen conductas oportunistas, exigiendo a título personal mayores derechos sobre relaciones libres de contratación entre partes. No advierten que como un boomerang esta actitud se les volverá en contra con el tiempo.
Desde el gobierno también la conducta es oportunista, pues cree poder incrementar su caudal de votos con el discurso (pseudo-progresista) de defender a los asegurados de la "voracidad" de los aseguradores. Los legisladores algunos motivados ideológicamente y otros por lealtad partidaria, pero todos ellos con una inaceptable incapacidad e ignorancia del tema y sobre las consecuencias: levantaron la mano y dieron el sí.
En el fondo de la cuestión está el "igualar para abajo".
Pero las consecuencias son imprevisibles, porque las limitaciones impuestas por un lado, se traducirán en limitaciones que sufriremos los asegurados a futuro. Los recursos limitados en las cuotas a personas mayores (y de mayor consumo), como otras restricciones e imposiciones de la Ley – ausencia de tiempos de carencia, la fijación del valor de las cuotas por parte de quien está capacitado ni tiene los medios para ello, etc. – limitará a su vez las contrataciones de servicios y profesionales, estos no tendrán incentivos, ni para brindar una mejora asistencia, ni obtendrán recursos para su capacitación y mejora profesional o la incorporación de nuevas tecnologías.
De esta forma la calidad de las prestaciones de la asistencia médica seguirá su pendiente negativa, agravando lo que viene sucediendo desde hace muchos años y que, dada la inoperancia muchos funcionarios del ejecutivo y/o del poder legislativo, será muy difícil de revertir.
Muchos países (y algunos muy cercanos) se ocupan de su sistema de salud, en el nuestro solo está en la agenda para resolver los intereses de la "política chiquita",… lo que suceda con la gente no es lo que importa.
Imaginemos un poco: "Ayer una amiga comentó ante otras que se había embarazado y no tenía ninguna cobertura, pero no quería ir al hospital público por razones que le parecían obvias y atendibles,.. al cabo de unos minutos otra le dijo: pero ahora está todo resuelto, es solo cuestión de esperar hasta el sexto mes de embarazo y allí te metés en una pre-paga,.. total ahora no te van a poder decir que no,…"
Se nos pide tener memoria,… y seguramente de las consecuencias que suframos también nos acordaremos que el Estado omnipotente lo hizo !!!
Dr. Eduardo Filgueira Lima
Mayo 11 de 2011.
www.cepoliticosysociales-efl.blogspot.com
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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