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En un país desarrollado,una buena idea no muere, y se implementa porque siempre va a haber capital disponible...eso permite la democratización de las capacidades de innovación de la gente. Paula Namur
Recientemente investido con el título doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Madrid, el profesor emérito de Sloan School of Management del MIT, Arnoldo Hax estará en Chile la próxima semana para exponer en Enade 2007 sobre las condiciones para el desarrollo de nuestro país.
Chileno de nacimiento, pero residente desde hace cuarenta años en Estados Unidos, Hax es uno de los chilenos más respetados en Estados Unidos por su trabajo en planificación estratégica. Con su modelo delta, con el cual se atrevió a desafiar el modelo competitivo de Michael Porter, propone una gestión de la empresa enfocada en el cliente más que en la rivalidad con otras compañías.
- ¿Cuáles son las condiciones para que Chile alcance el desarrollo?
- Hay que preservar un entorno en el cual el país continúe con su adhesión a esta apertura hacia los mercados y hacia la integración a la globalización, y el imperativo del crecimiento, que es la clave en la prosperidad económica.
La gran discusión es cuál es el rol que el gobierno puede jugar y cómo contener el problema que crea el libre mercado, que es la desigualdad del ingreso. En Chile se están creando dos polos: uno muy próspero y el otro que no está participando activamente de esta prosperidad, y eso hay que resolverlo con equidad y prudencia, de manera de no quebrar esta madurez que nos ha costado mucho conseguir en la historia del país. El tema es cómo buscar un consenso.
-¿Y cómo responde usted a esa pregunta?
- La variable dentro de las razones de la desigualdad en la distribución es la educación. La gente que tiene mayor conocimiento gana más que la que tiene menos conocimiento.
Creo que ese tema en Chile no se ha podido resolver bien. Aunque ha hecho esfuerzos de inversión, el país sigue mostrando una deficiencia educacional muy seria.
- ¿Ha mejorado la educación del emprendimiento y la innovación en Chile?
- Yo creo que sí, y ese es un tema que voy a tratar de plantear dentro de la audiencia. En Estados Unidos los grandes centros de innovación están en Massachussets, en Silicon Valley, en Texas y en Carolina del Norte, son centros importantes con una presencia mutua de la empresa y la universidad convergiendo hacia el desarrollo de conocimiento y tecnología que permite el avance. Eso en Chile todavía no se ha dado en la medida que debería darse. Esa vinculación y la toma de conciencia, de que el empresario tiene que tener una respuesta muy grande en la resolución del problema educacional, yo creo que es un temazo para el país.
- ¿Y está avanzando en Chile la educación de la mano de las empresas?
- En Estados Unidos el 30% del presupuesto del MIT proviene de donaciones, y no lo hacen por caridad, sino por su propio beneficio. Acabo de estar en Corea del Sur, enseñando en uno de los centros de estudio más importantes que hay allá, toda esa actividad está apoyada por Samsung, y no lo hace por caridad. Lo que una empresa necesita es talento para llevarla adelante.
Los chilenos deberían ir a Corea del Sur. Hace treinta años no tenía ninguna capacidad similar a la de los países latinoamericanos. Hoy tiene una presencia rectora en los grandes sectores industriales de tecnología avanzada, y lo ha logrado estrictamente a través de la colaboración con la universidad. Ese es un componente muy importante.
- ¿Usted cree que las empresas chilenas están haciendo este aporte?
- Al empresario chileno lo veo inteligente, exitoso, preparado, bien comunicado, me impacta la capacidad del chileno profesional, pero todavía no se han producido las condiciones. Me preocupa el ambiente chileno de descontento, desconcierto, fragmentación, y en eso hay que tener cuidado porque nos ha costado mucho tener esta madurez y este consenso que se había alcanzado, nadie puede jugar el partido solo.
-¿Se adapta la educación chilena a la realidad competitiva de las empresas?
- Los alumnos chilenos que vienen al MIT además de ser seleccionados- son muy preparados; desde que llegan están al mismo nivel de los mejores.
Sin embargo, a las buenas profesiones no hay acceso masivo. Entonces, el desafío más grande del país es el problema educacional, y creo que la gente lo sabe, pero hay que tener un enorme coraje para resolver esos problemas adecuadamente.
- ¿Qué le falta a Chile para ser un país de emprendedores?
- Hay una cosa muy endémica en Chile, que es la presencia activa de capitales de riesgo. En un país desarrollado como Estados Unidos, una buena idea no muere, y se implementa porque siempre va a haber capital disponible si la idea es buena. Eso permite la democratización de las capacidades de innovación de la gente. Yo no tengo que tener un tío rico, o ser miembro de la empresa más poderosa del país para tener acceso a capitales.
En el MIT tenemos el 100K. Los alumnos se organizan en una especie de juego donde el que gana es el que tiene la mejor idea para hacer un negocio. El jurado está integrado por personas de gran capacidad técnica y de gestión, empresarios exitosos y se han generado billones de dólares para crear empresas.
Entonces eso es una limitante, que no hay capacidad de apoyo, el gobierno está tratando de hacer eso, pero es distinto cuando la actividad en vez de ser una donación por parte del gobierno, está generada por el capital de riesgo a través de estas iniciativas privadas.
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