juez va por millones a Estrados Unidos .... ¿los irá a donar la poder judicial? Exclusivo: Juez Cerda explica su premura por procesar a los Pinochet | | "Ojalá podamos derribar todas las suspicacias, porque yo sé que hay un sector de la ciudadanía que no ve en mí un juez, porque no me atribuyen independencia, imparcialidad ni objetividad".
"Yo sabía que iba a ausentarme a partir de mañana sábado (para ir a Estados Unidos a recibir una distinción). La resolución no podía tardar más...".
| | Por Oscar Pinto G.
El juez Carlos Cerda está consciente de que una parte de Chile no lo ve como juez, pero espera que con el tiempo se convenzan de que es independiente e imparcial y que los $ 88 millones que recibirá en Estados Unidos de la Fundación Gruber no son una "dádiva" por sus resoluciones en un caso en particular.
El masivo procesamiento a la familia Pinochet despertó una serie de críticas y, esta mañana, en medio del trabajo para contestar los recursos de amparo presentados por las defensas, respondió a La Segunda algunos de los cuestionamientos que se le hacen.
-La defensa de los Pinochet se queja de que usted trabajó en el caso mientras estaba inhabilitado...
-No. es una conclusión inexacta. La Corte Suprema me nombró en el 2005 para reemplazar a Sergio Muñoz, la causa comenzó su tramitación por el desafuero del general Pinochet y cuando eso estaba a punto de resolverse yo comencé a trabajar, pues tenía la convicción, ya en esos días, de que debía procesar a don Augusto y a muchos de sus colaboradores como autores de este delito (malversación). Pero justo cuando vuelve a mis manos el expediente, con el desafuero aprobado, ocurre todo este incidente de implicancia. A mí me parecía en verdad que no era ideal procesar a las demás personas mientras no estuviera desaforado don Augusto.
-¿Por eso retoma la causa y procesa de inmediato?
-Cuando recuperé la competencia, declaré inadmisible el planteamiento de inhabilidad y, si bien considero que esa decisión es inapelable, esperé de todas maneras los tiempos normales de apelación, los que vencieron el sábado de la semana pasada. Desde entonces he estado trabajando 15 horas diarias, uno de esos días me fui de aquí a las 2 de la madrugada. Estuve trabajando de cabeza.
-¿Por qué tanta premura?
-Porque yo sabía que iba a ausentarme a partir de mañana sábado (para ir a Estados Unidos a recibir una distinción). La resolución no podía tardar más, porque estaba pendiente desde hace mucho tiempo. Es inexacto que haya trabajado mientras estaba alejado del caso. He trabajado como loco todos estos días y no he podido preparar nada de mi viaje, sino que lo han tenido que hacer mi señora y mis hijos.
-Usted dejó constancia de que el proceso estuvo paralizado un año, ¿para qué?
-Las normas aplicables indican que cuando se presenta una implicancia (impugnación en contra de un juez) el magistrado que lo subroga no puede avanzar. Eso significó que la causa sólo recibiera antecedentes de diligencias que yo había decretado previamente: exhortos internacionales, etcétera. La designación de ministro en visita en este caso data del año 2004, está fundamentada en la "pronta claridad de hechos de connotación pública". Este proceso ya va para los cuatro años y desde que fui designado he estado más tiempo suspendido como juez de la causa que en actividad: por esa razón me pareció necesario explicitar que ya se está violando la norma que dispone una rápida investigación, como los tratados internacionales que exigen que un debido proceso tenga una tramitación rápida y oportuna.
-Otra crítica que se ha escuchado es que esta resolución le dará más brillo al premio que recibirá en Estados Unidos y que ése es el motivo de que lo haya dictado ahora.
-¡Qué lastima! Uno no puede moverse a base de esos parámetros. El premio de la Fundación Gruber se conoció en junio, estaba fijada para esta semana la entrega y la competencia del caso volvió a mí en estos días. Si no hubiese resuelto ahora, la causa habría quedado paralizada otros 15 días porque a mi regreso voy a estar poco tiempo en actividad pues tomaré mi feriado legal. Postergar más habría sido la inoperancia absoluta de la justicia. Si alguien hace esa crítica, quiero decirle a la gente que lea La Segunda que no hay nada de eso.
-Hay suspicacias respecto a sus actuaciones....
-Ojalá podamos derribar todas las suspicacias, porque yo sé que hay un sector de la ciudadanía que no ve en mí un juez, porque no me atribuyen independencia, imparcialidad ni objetividad. Espero con el tiempo que ellos mismos se convenzan que soy juez y que me voy a sentir más legitimado cuando también ese sector de la ciudadanía me acepte. No es posible que se entienda que yo dicto una resolución nada más que por perseguir o por meter a la cárcel a una señora de 84 años, que es dignísima. Todas las personas son dignas, valiosas, bondadosas. De ahí el principio de inocencia y ningún juez puede pasar por encima de eso. Si en un debido proceso se demuestran pruebas de un delito, el juez tiene dos caminos: archivar para no causar molestias o hacer lo que le exige la Constitución. Yo quedo contento con lo segundo. Lo primero sería renegar de mí mismo, de mi vocación de la judicatura. Hacer, justamente, lo que Dios me prohíbe.
-También se le acusa de que abusa de la ley, ¿qué responde?
-Es un tema maravilloso. El premio de la Fundación Gruber radica justamente en eso: dos visiones de la jurisdicción y de asumir el derecho. ¿Es la ley una letra muerta para ser leída o el juez la vivifica y la hace decir lo que potencialmente ella anida? Estoy convencido de que somos los jueces los que tenemos que perfeccionarla a través de la aplicación concreta. Eso premia la Fundación Gruber. Estoy convencido de que es así: los jueces tenemos que traducir la ley en aplicaciones vivificantes.
-El premio trae 88 millones, ¿eso no contamina su trabajo porque podría ser considerado como un "incentivo"?
-Nunca pensé que pudiera interpretarse como una dádiva de una parte. Me viene muy bien porque es mucha plata. Nunca pensé que me iban a dar esa cantidad. No se puede pensar que el jurado responda a una tendencia política. Al principio pensé que se me podría estar utilizando, pero lo acepté porque concluí que es muy serio. No estoy recibiendo un pago por ser juez de una manera determinada. Si hubiese sido así lo habría rechazado. Le consulté al presidente de la Corte Suprema (Enrique Tapia) y me dijo: No es un premio a Carlos Cerda sino a un juez de Chile y, por lo tanto, es el Poder Judicial el beneficiado.
El Premio
Un peruano, un argentino y un chileno recibirán una medalla de oro y un cheque por 167 mil dólares cada uno, como reconocimiento de la Fundación Gruber por su aporte en temas sobre derechos humanos.
Junto al juez Carlos Cerda serán reconocidos la jueza de la Corte Suprema de Argentina, Maria Argibay, quien luchó contra la dictadura militar de su país, y la activista legislativa de Perú, Mónica Feria Tinta, torturada en 1992. | | | | | |
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