Marcelo el unico activo politico es haber dado la guerra en forma poco leal a Joaquin Lavin. Pero eso no hubiera sido problema pero lo hacía con fondos públicos , desde un cargo público y eso es sumamente grave. No es ni ha sido un payaso ha sido un politico sin escrúpulos , de aquellos que degradan la política y la democracia.
MARCELO TRIVELLI Y SU PROCLAMADA CANDIDATURA PRESIDENCIAL
"Las encuestas dirán en 2009 que puedo ganarle a Piñera"
Asegura que no bajará su postulación por la alcaldía de Santiago y ni se inmuta ante los que lo consideran un payaso. Asumiendo mejor que nadie que la política es una realidad mediática, apuesta todo al veredicto de la opinión pública, y se niega a hablar de la incomodidad que su movida ha causado en la DC.
Mirko Macari |
Nación Domingo |
"Compra en verde, yo lo hice", me comenta seguro uno de los asesores del recién lanzado candidato, convencido de que las fichas de esta apuesta darán buenos dividendos. Por buen clima laboral nadie se puede quejar en el comando del ex intendente de Santiago, una vieja casa de un cité de Bellavista reconvertida en loft de madera, que por lo ondero más bien parece oficina de arquitecto o publicista joven. Un grupo de gente trabaja concentrada frente a sus monitores, mientras Trivelli posa sonriente tras cambiarse la camisa, porque "con ésta ya me saqué fotos para otro medio".
Sin un asomo de ponchera "nunca dejo de salir a trotar", el ex socio de Marilú y Pilar Velasco en Extend Comunicaciones enfrenta la vida con un optimismo casi evangélico, digno de manual de superación personal.
Primer candidato presidencial en el oficialismo que asume su condición de tal, este ingeniero civil decidió echar mano a sus ahorritos e invertirlos "en este proyecto de emprendimiento político". "Nos ha ido bien a mi señora y a mí. Hemos tenido las oportunidades que muchos chilenos no han tenido y además nuestros tres hijos ya salieron de la universidad", acota.
Su señora, Andrea Zondek, acaba de renunciar a su puesto en la Agencia de Cooperación Internacional.
Claro, es un tema de transparencia.
¿Algún conflicto de interés?
No, ninguno, pero por la transparencia es mejor estar libre. Que nadie la vaya a acusar de que sus viajes, propios del cargo, son usados en la campaña. El que uno de los funcionarios de la Presidenta la pudiera involucrar en una tergiversación de sus actividades es también defender a la Presidenta.
¿Es un error de los políticos mantener parentela en el Estado?
Lo importante es buscar talento, y cuando lo hay debemos volver a la meritocracia. En la intendencia llamamos a concursos públicos de manera abierta. Creo que hay harto pituto, y esta es una señal contra el pituto.
¿Podría bajar su candidatura si lo nominan para disputar la alcaldía de Santiago?
No.
¿En ningún caso?
Respecto de la alcaldía de Santiago, en ningún caso.
Se dice que esta candidatura es justamente para asegurarse como candidato de la Concertación por Santiago.
Esa es la política tradicional, que juega con el tejo pasado.
Hay encuestas que dicen que usted es el único del oficialismo que le puede ganar a la derecha en la capital.
Y el 2009 habrá encuestas que van a decir que yo soy el único que le puede ganar a Piñera.
¿Y si la Concertación le pide a usted ser el candidato por Santiago?
Soy precandidato a la Presidencia de la República.
¿Son incompatibles ambas cosas?
Sí, porque sería dar la espalda a la ciudadanía de Santiago si es que uno va por una cosa y también por la otra.
¿No consideraría el bien superior de la Concertación?
Es que yo creo que el bien superior de la Concertación es el proyecto país que queremos construir a futuro es volver a recuperar la transversalidad. Y para eso hay que ganarle a Piñera.
Santiago es una buena plataforma.
Pero es que esa es la política tradicional. Concejal, alcalde, diputado, senador, Presidente de la República, y se desviven por eso.
Parece que no quiere hacer una carrera larga.
Creo que están las oportunidades para hacerla corta.
¿Quedó sentido por lo que pasó en 2004, cuando lo bajaron de la candidatura por Santiago?
No, no, esa es la realidad política. Acepté la decisión y no corrí por fuera. Por eso estamos planteando una primaria abierta, donde participen los proyectos políticos y la ciudadanía decida, no entre cuatro paredes.
¿Su candidatura presidencial sigue la estrategia de Bachelet, de imponerse a las cúpulas vía las encuestas?
Más bien diría de diálogo y conversación, más que de una imposición. Y por eso la anticipación, para darnos el tiempo de conversar y de convencer.
¿A quién quiere convencer?
A muchos chilenos y chilenas.
Primero tiene que convencer a las cúpulas.
Creo que eso se hace en paralelo.
¿Quiere convencerlas ofreciendo cambiar el estilo de la política?
Es que el diagnóstico que hemos hecho es que estamos en un cambio de época. Esto genera incertidumbre y desconcierto y, como consecuencia, desorden y pesimismo. Esa lógica no ha sido asumida por nuestra clase política toda: el Gobierno, la Alianza, los grupos extraparlamentarios. La política ha ido por detrás de la realidad y el objetivo es ponerla al día, en sintonía con la gente y la realidad.
Bachelet también llegó siendo una promesa de cambio.
Creo que la Presidenta va a cumplir su programa y lo va cumplir con creces. Sin embargo, dado este desconcierto, le están exigiendo a la Presidenta cosas que corresponden a otros.
¿Como qué?
Como el proyecto de futuro del país. A la Presidenta le corresponde hacer su programa.
Y a su juicio, ¿Bachelet pertenece a la política antigua o a la nueva?
A la nueva. Y por eso es criticada tan injustamente.
Mucha gente en la Concertación no tiene una buena opinión de usted. ¿Está consciente de eso?
No, no comparto la hipótesis.
Lo encuentran payaso.
Ah, bueno, es que esa es una manera distinta de hacer política. Cuando hablamos del cambio de época, el diálogo se produce a través de los medios de comunicación. Antes, la comunicación política se hacía a través de los partidos, pero la sociedad ahora es mucho más democrática y no necesita intermediarios. Ese diálogo se hace a través de los medios y los periodistas interpretan el sentir de la gente.
Los editores, en todo caso.
Y los periodistas también.
En la página editorial de un diario se reían de usted por haber lanzado su candidatura en el programa "Animal nocturno", de TVN. Decían que podría ofrecerle un cargo a Felipe Camiroaga en su "segundo piso".
Prefiero mirar el futuro, que es más entretenido, más interesante, más desafiante.
¿Quiénes lo apoyan hoy en la Concertación?
Muchos.
¿Soledad Alvear?
Muchos.
¿No va a dar nombres?
No, porque eso sería injusto con gente talentosa que está adhiriendo a esta precandidatura. Si te nombro a alguien de Concepción, que pa' Concepción es relevante, pa' ti no va a significar nada. Y con eso agudizamos el centralismo, en vez de abrir el país a todas las regiones.
¿Ha hablado con Soledad Alvear?
No.
¿Ella no lo ha llamado?
No.
¿Soledad Alvear es de la política antigua o de la nueva?
No me corresponde evaluar a la gente. Vuelvo a decir: estamos en un proyecto de futuro.
¿No le está revolviendo el gallinero a la persona a la que usted mismo le dirigió la campaña?
Lo que yo creo es que estamos haciendo un aporte a Chile. Levantando la mirada, saliéndonos del pesimismo y el negativismo.
Alguna vez dijo que era más fácil ganarle a Lavín que ser nominado por la DC. ¿Mantiene esa opinión?
Ya le gané a Lavín, ahora toca que me nomine la Concertación. Creo en las primarias multipartidos, multicandidatos. Tenemos que recuperar la transversalidad perdida. La opinión pública tiene claro que yo fui el que le gané a Lavín.
¿No es una contradicción hacer una política de futuro desde los partidos y desde la política de siempre? ¿No sería más consecuente pensar en la política del futuro desde fuera de la Concertación?
Creo en la Constitución Política del Estado, que consagra a los partidos políticos como base de la institucionalidad.
¿Podría ser en un partido nuevo, como Chile Primero, por ejemplo?
Me siento cómodo en la Concertación. Y ojalá en una Concertación más ampliada.
¿Lo han invitado a participar de Chile Primero?
Me reservo las conversaciones privadas entre dos personas.
O sea, sí conversó con ellos.
No, no he conversado con Fernando Flores.
¿Qué le parece el proyecto de Chile Primero?
Me parece interesante. Lamento que lo hagan al margen de la Concertación, porque eso es lo que nos dio origen, y hemos llegado al punto en que nos encontramos porque hemos sido militantes de partidos de la Concertación.
FUTURAMA
Llegamos a la parte de la entrevista que usted esperaba. ¿Cómo es el país del futuro?
Déjame decir antes que yo estoy orgulloso de ser de la Concertación. La Concertación ha cumplido con creces en la macrodemocratización del país y en la macroeconomía. El país de futuro que queremos construir es profundizando la democracia, haciéndose cargo de la microdemocracia y de la microeconomía, que son esos miles de empresarios que están desconcertados por el cambio económico que ha habido en Chile.
¿Y qué ha hecho mal la Concertación?
Pero si lo ha hecho muy bien. Lo que pasa es que estamos en un cambio de época, y ahora corresponde asumir ese salto.
Hay cosas que están mal, como la distribución del ingreso.
¡No, po'h! Es que esa es la diferencia con la política tradicional. El descontento, el desconcierto, el desorden y el pesimismo es porque estamos en un cambio de época que la clase política no ha sabido interpretar y seguir. No es porque lo haya hecho mal. La Concertación ha sido una coalición muy exitosa, y esa línea de argumentación tuya va en la línea de los pesimistas. La encuesta Casen, con la disminución de la pobreza, del desempleo, la mejora en infraestructura y en educación, son puras buenas noticias. A nivel macro, democracia y crecimiento. Plenamente logrados los objetivos. Ahora hay que bajarlos a nivel micro.
Okey, pero el poder se ha concentrado en todos los ámbitos. Es cosa de ver el mercado de fusiones y adquisiciones.
En Chile ha habido una concentración del poder y de las oportunidades. Y creo que el gran desafío de futuro es la redistribución del poder y la redistribución de las oportunidades. Lo que queremos es un Chile en que ganen todos.
Precioso eslogan, ¿pero cómo lo va a hacer? No se puede trabajar sobre la desigualdad sin subir impuestos a las utilidades de las empresas, por ejemplo.
No puedo aceptar la hipótesis de que no se han subido los impuestos. Porque se han subido, pero en un mundo globalizado, como en un globo, aprietas por aquí y se va por allá. La redistribución del poder se logra con más democracia.
¿Cómo?
Con una gran reforma al sistema municipal, con más recursos para la ciudadanía, para la sociedad civil. Para que se organice, para que sea capaz de ser contraparte del poder a nivel local. El mejor antídoto para las aventuras populistas y autoritarias es profundizar la democracia, y en Chile todavía tenemos una cultura bastante autoritaria. Tenemos que repensar las regiones. Partimos con 13, vamos en 15, probablemente en 10 años más vamos a tener 20 regiones.
Sigamos en el futuro. Problema de fondo: cómo dejamos de ser un país exportador de materias primas, indicador claro de subdesarrollo.
La primera vez que desde la intendencia hablamos de "Santiago, capital de clase mundial", dijeron que estábamos locos. En abril de este año se informó que la capacidad hotelera en Santiago estaba llena, cosa que nunca se había pensado que podía ocurrir en el mes de abril. Porque empezó el Santiago capital universitaria, Santiago capital de salud, Santiago capital de convenciones y congresos. Debe haber un complemento de una sociedad productora de bienes a una sociedad productora de servicios, porque tenemos todo el potencial para ser una sociedad de servicios.
¿El futuro contempla cruces políticos también? ¿Un Presidente de la Concertación podría tener un ministro que no fuera del bloque?
Sí. Creo que hay mucho talento en Chile.
Hasta el momento no ha sido así. ¿Eso indica que la Concertación es parte de la política del pasado?
No me vas a hacer responder algo que no creo. Lo que he dicho es que hoy la clase política está yendo por detrás de la realidad. Pero lo pongo de otra manera: creo que el único que está en esta onda y con una situación de mirar el futuro en la Alianza, es Pablo Longueira. Y en esas circunstancias, él desde la derecha, nosotros desde la centro izquierda, creemos que hay que atreverse a mirar el futuro. Yo puedo aparecer, como dicen por ahí, como un ñoño, que no me mojo por no emitir opinión, pero no lo vamos a hacer porque le hace mal a Chile.
¿Usted sería ministro de Longueira si él lo convocara a un Gobierno suyo?
Depende del proyecto, si concordara en el proyecto yo podría trabajar sin ningún problema con la Sara Larraín o con alguien de la Alianza, tal como lo hice cuando me convocó el Presidente Lagos.
Rodrigo González Fernández
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