La vendedora de ilusiones
Publicado el 25 de April, 2007 en Editorial, Columnistas, Susana Sechi Con un equipaje repleto de cuentas de colores, egocentrismo, petulancia y estuches conteniendo fantasmas del pasado, la Señora Kirchner arribó a Méjico.
Haciendo alardes de diva popular realizó la triunfal aparición entre contoneos de melena y cotorreos permanentes sacudiendo las manos de los funcionarios que se prestaron para el recibimiento
El hacer uso de su título de Primera Dama para cumplir sus sueños de popularidad, por más que este sea un compromiso explícito, tiene relativa importancia para la señora, Quién le quita lo bailado, tal vez no tenga otra oportunidad y un poco de publicidad aunque acotada parece reforzar su megalómana personalidad.
En las diferentes apariciones públicas, dentro de su habitual parloteo rimbombante se notó su poca experiencia en temas económicos, que intuitiva manejó desde una supuesta maravilla argentina que preside su consorte.
Una creativa muestra publicitaria formó parte de los actos protagonizados por la Senadora Cristina, quien explicó sin titubear en una bochornosa magnificación las excepcionales cualidades del Primer Mandatario, haciendo parecer tan deplorable gestión como una ópera prima del progresismo del Siglo XXI.
Entre violentas sacudidas de pelos y gesticulaciones exageradas, apeló a la buena voluntad de los empresarios presentes desde novelados pasajes de ciencia ficción, como parte de una política de convencimiento que muestra una ejemplar administración de un país en serio que avanza a un futuro de primer mundo.
Pero hay una realidad celosamente escondida por obsecuentes medios de comunicación que representa la cara obscura de esos promisorios triunfos, cosa que no sería de utilidad para la inversión de grupos extranjeros los que huirían despavoridos ante un país sin seguridad jurídica, con créditos vedados y sin ningún tipo de garantías constitucionales.
Esa Primera Ciudadana en su irresponsabilidad sigue con su desmedida autopromoción por los países que visita llevando el bochorno en nombre de los sufridos argentinos, sin límites no deja espacio libre para exponer absurdos mensajes y al igual que el monarca caribeño utiliza la verborragia intentado confundir a sus ocasionales interlocutores.
Exposición va, exposición viene, fue ampliando el panorama hasta el punto de mostrar como exitosos los fracasos gubernamentales, insuflando al equipo que compone el ejecutivo como si fueran ilustres personajes admirados por el pueblo argentino, que gozoso alimenta la pasión por un nuevo período de cuatro años de alguno de estos integrantes de la delirante pareja conyugal.
Palabras y más palabras en la representación de la tragicomedia de regresión monotemática a los años 70, con los jóvenes idealistas que ya viejos hoy componen la planta oficial ocupando todos los discursos de la Señora en el lugar que se encuentre.
Tampoco estuvieron ausentes en su alocución las abuelas y madres de Plaza de Mayo, señoras que tienen como capital sus odios con el cual abrieron un negocio altamente redituable basado en la mentira y apoyado por grupos vinculados al terrorismo vernáculo e internacional.
Estos amigos de la Señora que no representan a los ciudadanos pero que sin embargo nunca ignora en sus presentaciones, haciendo culto de un pasado vergonzante disimulado por una historia reescrita para poder presentarlos en sociedad.
Mientras la venta de ilusiones la tiene como representante, la Argentina se desmadra en conflictos sucesivos y la crisis se extiende en forma violenta hasta en la provincia que vio nacer al Presidente, ufanada en sus libretos y haciendo flamear los trapos rojos del marxismo, la Señora Cristina se encuentra lejos de la inflación, el descontrol de precios, el desabastecimiento, los ataques a la libre expresión, la ausencia de justicia, la Constitución apócrifa, la desaparición del estado de derecho y el paraiso de una delincuencia beneficiada por extraños derechos humanos.
Y la Primer ciudadana viaja en avión llevando su comitiva junto con las mendacidades de un régimen totalitario, únicamente preocupado en llegar victorioso a un nuevo período presidencial
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela
Email: SusanaSechi@gmail.com
La vendedora de ilusiones
Con un equipaje repleto de cuentas de colores, egocentrismo, petulancia y estuches conteniendo fantasmas del pasado, la Señora Kirchner arribó a Méjico.
Haciendo alardes de diva popular realizó la triunfal aparición entre contoneos de melena y cotorreos permanentes sacudiendo las manos de los funcionarios que se prestaron para el recibimiento
El hacer uso de su título de Primera Dama para cumplir sus sueños de popularidad, por más que este sea un compromiso explícito, tiene relativa importancia para la señora, Quién le quita lo bailado, tal vez no tenga otra oportunidad y un poco de publicidad aunque acotada parece reforzar su megalómana personalidad.
En las diferentes apariciones públicas, dentro de su habitual parloteo rimbombante se notó su poca experiencia en temas económicos, que intuitiva manejó desde una supuesta maravilla argentina que preside su consorte.
Una creativa muestra publicitaria formó parte de los actos protagonizados por la Senadora Cristina, quien explicó sin titubear en una bochornosa magnificación las excepcionales cualidades del Primer Mandatario, haciendo parecer tan deplorable gestión como una ópera prima del progresismo del Siglo XXI.
Entre violentas sacudidas de pelos y gesticulaciones exageradas, apeló a la buena voluntad de los empresarios presentes desde novelados pasajes de ciencia ficción, como parte de una política de convencimiento que muestra una ejemplar administración de un país en serio que avanza a un futuro de primer mundo.
Pero hay una realidad celosamente escondida por obsecuentes medios de comunicación que representa la cara obscura de esos promisorios triunfos, cosa que no sería de utilidad para la inversión de grupos extranjeros los que huirían despavoridos ante un país sin seguridad jurídica, con créditos vedados y sin ningún tipo de garantías constitucionales.
Esa Primera Ciudadana en su irresponsabilidad sigue con su desmedida autopromoción por los países que visita llevando el bochorno en nombre de los sufridos argentinos, sin límites no deja espacio libre para exponer absurdos mensajes y al igual que el monarca caribeño utiliza la verborragia intentado confundir a sus ocasionales interlocutores.
Exposición va, exposición viene, fue ampliando el panorama hasta el punto de mostrar como exitosos los fracasos gubernamentales, insuflando al equipo que compone el ejecutivo como si fueran ilustres personajes admirados por el pueblo argentino, que gozoso alimenta la pasión por un nuevo período de cuatro años de alguno de estos integrantes de la delirante pareja conyugal.
Palabras y más palabras en la representación de la tragicomedia de regresión monotemática a los años 70, con los jóvenes idealistas que ya viejos hoy componen la planta oficial ocupando todos los discursos de la Señora en el lugar que se encuentre.
Tampoco estuvieron ausentes en su alocución las abuelas y madres de Plaza de Mayo, señoras que tienen como capital sus odios con el cual abrieron un negocio altamente redituable basado en la mentira y apoyado por grupos vinculados al terrorismo vernáculo e internacional.
Estos amigos de la Señora que no representan a los ciudadanos pero que sin embargo nunca ignora en sus presentaciones, haciendo culto de un pasado vergonzante disimulado por una historia reescrita para poder presentarlos en sociedad.
Mientras la venta de ilusiones la tiene como representante, la Argentina se desmadra en conflictos sucesivos y la crisis se extiende en forma violenta hasta en la provincia que vio nacer al Presidente, ufanada en sus libretos y haciendo flamear los trapos rojos del marxismo, la Señora Cristina se encuentra lejos de la inflación, el descontrol de precios, el desabastecimiento, los ataques a la libre expresión, la ausencia de justicia, la Constitución apócrifa, la desaparición del estado de derecho y el paraiso de una delincuencia beneficiada por extraños derechos humanos.
Y la Primer ciudadana viaja en avión llevando su comitiva junto con las mendacidades de un régimen totalitario, únicamente preocupado en llegar victorioso a un nuevo período presidencial
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela
Email: SusanaSechi@gmail.com
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