El placer de disentir
El placer de disentir es el nombre del blog que publica el conocido economista mexicano Gerardo Esquivel. Es un blog libre que mantiene coincidencias de enfoque con Voto en Blanco, que también cree en el "placer de disentir" y en que un demócrata auténtico, en estos momentos de zozobra para la democracia, tiene que estar, necesariamente, en la oposición crítica.
En ese blog mexicano hemos encontrado una cita del politólogo italiano Michelangelo Bovero, discípulo del fallecido Norberto Bobbio en la Universidad de Turín, sobre la degradación de la democracia y la postura de la izquierda, que reproduzco para disfrutar de su lectura:
"Imaginemos que en una competencia electoral participa un partido o una coalición que tiene una orientación ideal y un programa político que puede ser aceptado con plena convicción por las personas que se consideran "democráticas y de izquierda". En el angulo opuesto se presenta un partido o coalición claramente de derecha, por si fuera poco apoyado por jerarquías eclesiásticas reaccionarias y por oligarquías económico-sociales inquietantes, peligrosas para la supervivencia de la democracia misma. La atmósfera está nublada, la campaña electoral es desagradable. Pero, por lo menos, las reglas elementales del juego, en el momento del voto, se respetan. El partido de izquierda pierde por un margen estrecho. ¿Qué hacer? No aceptar la derrota, desconocer el resultado, no frenará la degeneración de la democracia que las personas de izquierda temen que se verifique, o que se agrave, con la derecha en el poder. Por el contrario. La "lección de 1989", y paradójicamente la que puede obtenerse de las "desilusiones" que la siguieron, nos enseñan que no debemos tirar por la borda ni siquiera las apariencias de la democracia (énfasis en el original). Lo que se necesita es luchar para transformar esas apariencias en realidades -o, dicho de una forma más realista, para que la democracia sea menos aparente- generando movimientos de opinión a favor de la garantía de los derechos fundamentales de libertad, de educación adecuada y de información equilibrada; de la división y el equilibrio de los poderes; de una forma de gobierno que no sea proclive al autoritarismo y a la personalización de la vida política. Luchar con la única arma de la democracia: la persuasión. Incluso ante nosotros mismos. Para evitar que la democracia aparente, ya muy débil, empeore aún más, convirtiéndose en una democracia desmoralizada."
En ese blog mexicano hemos encontrado una cita del politólogo italiano Michelangelo Bovero, discípulo del fallecido Norberto Bobbio en la Universidad de Turín, sobre la degradación de la democracia y la postura de la izquierda, que reproduzco para disfrutar de su lectura:
"Imaginemos que en una competencia electoral participa un partido o una coalición que tiene una orientación ideal y un programa político que puede ser aceptado con plena convicción por las personas que se consideran "democráticas y de izquierda". En el angulo opuesto se presenta un partido o coalición claramente de derecha, por si fuera poco apoyado por jerarquías eclesiásticas reaccionarias y por oligarquías económico-sociales inquietantes, peligrosas para la supervivencia de la democracia misma. La atmósfera está nublada, la campaña electoral es desagradable. Pero, por lo menos, las reglas elementales del juego, en el momento del voto, se respetan. El partido de izquierda pierde por un margen estrecho. ¿Qué hacer? No aceptar la derrota, desconocer el resultado, no frenará la degeneración de la democracia que las personas de izquierda temen que se verifique, o que se agrave, con la derecha en el poder. Por el contrario. La "lección de 1989", y paradójicamente la que puede obtenerse de las "desilusiones" que la siguieron, nos enseñan que no debemos tirar por la borda ni siquiera las apariencias de la democracia (énfasis en el original). Lo que se necesita es luchar para transformar esas apariencias en realidades -o, dicho de una forma más realista, para que la democracia sea menos aparente- generando movimientos de opinión a favor de la garantía de los derechos fundamentales de libertad, de educación adecuada y de información equilibrada; de la división y el equilibrio de los poderes; de una forma de gobierno que no sea proclive al autoritarismo y a la personalización de la vida política. Luchar con la única arma de la democracia: la persuasión. Incluso ante nosotros mismos. Para evitar que la democracia aparente, ya muy débil, empeore aún más, convirtiéndose en una democracia desmoralizada."
jueves 01 Marzo 2007
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Saludos cordiales
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
CONSULTAJURIDICACHILE.BLOGSPOT.COM
Renato Sánchez 3586 dep 10
Santiago, Chile
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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