Más de 900 millones de personas pasan hambre en el mundo
A la hora de recoger las cosechas, solo los productos que cumplen ciertas "normas de calidad" son despachados al mercado. Lo demás se bota, aunque estén buenos.
Más de 900 millones de personas sufren hambre en el mundo hoy día, mientras un billón de dólares se pierde anualmente, debido al despilfarro de un billón 300 mil millones de kilos de alimentos sanos, utilizables, que sin embargo, son arrojados a la basura.
Algunas exigencias de los consumidores, como la estética de los alimentos que compran, las plagas, las compras excesivas, o la falta de almacenamiento adecuado, son las causas que explican el que más de un tercio de todos los alimentos que se producen en el mundo ni siquiera llegue a la mesa.
Según proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, fundamentadas en tendencias actuales de producción y consumo, la producción de alimentos en el mundo debería incrementarse en 70 por ciento hasta el año 2050, si se quiere satisfacer la demanda de la población para ese entonces.
Pero estas estimaciones no toman en cuenta las espectaculares cifras que muestran la cantidad de alimentos que se desperdicia, aun en condición de alimentos consumibles, aprovechables.
Estimaciones formuladas al respecto, indican que con los alimentos que actualmente se pierden en América Latina se podrían alimentar 300 millones de personas, y con los que se desperdician en Europa, se podría atender a 200 millones más, mientras que otros 300 millones se alimentarían con lo que se pierde en África.
Incluso, se ha calculado que si solo pudiera recuperarse un cuarto de los alimentos desperdiciados en el mundo, sería suficiente para alimentar 870 millones de personas hambrientas en todo el mundo.
Ese desperdicio de alimentos, hoy significa desaprovechar la oportunidad para el logro de la seguridad alimentaria mundial, pero además, tiene un alto costo en su influencia en el medio ambiente.
Desperdicios causan problemas
La FAO se propone investigar exhaustivamente, y cuantificar, las repercusiones que sobre el medio ambiente tiene la gran cantidad del desperdicio de los alimentos que se cultivan y que no se consumen, lo cual no se detalla aún técnicamente.
Sin embargo, ya se aprecian efectos muy negativos, empezando con la gran cantidad de recursos naturales que fueron usados para cultivarlos, y que de hecho también son desperdiciados.
Por ejemplo, cada año se destinan más áreas de bosques para usar la tierra en ganadería y agricultura, lo que representa 80% del total de la deforestación en el mundo, con lo cual se causa directamente pérdida de biodiversidad.
Del mismo modo, la agricultura demanda grandes cantidades de agua, cerca de 70% del gasto total mundial, así como un consumo de energía en forma de electricidad y combustible para la producción y transporte.
Y también, los alimentos que terminan de descomponerse en los vertederos de basura, generan emisiones importantes de metano, un gas de alto efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.
Desde el punto de vista económico, la pérdida de alimentos utilizables genera un incremento de precios, y en consecuencia, más gente se aleja de la posibilidad de alimentarse bien.
La FAO asegura que la tendencia durante todo el siglo XX fue el bajo costo de los alimentos, pero esta podría estar llegando a su final. De hecho, el aumento de los precios del último año (2010) provocó que 110 millones de personas más cayeran en la pobreza.
Cálculos de la agencia estiman que los precios de los alimentos en el comercio mundial, aumentarán entre 30 y 50% en los próximos 20-30 años, mientras que, simultáneamente, se prevé que en ese lapso, la población mundial pasará de 7 mil millones de personas a 9 mil.
Estadísticas
Sólo para tener en cuenta y considerar acciones personales en favor de evitar al máximo el desperdicio de alimentos, parte de nuestra tarea en beneficio del planeta, suministramos algunas cifras que son consideradas en el análisis de la FAO:
Cada año se desecha cerca de un tercio de la comida que se produce en todo el mundo, unos 1,3 mil millones de toneladas.
Los consumidores de los países ricos tiran casi la misma cantidad de comida (222 millones de toneladas) que la cantidad total producida de alimentos en el África subsahariana (230 millones de toneladas).
Cada año se regresan al mar, por inconformes, unos 30 millones de toneladas de pescado. Generalmente ya están muertos o moribundos.
En Estados Unidos se desecha cada año 30% de todos los alimentos que produce ese país, calculado en 48,3 millones de dólares.
El desperdicio de alimentos en los países industrializados, asciende a unos 680 mil millones de dólares y a 310 mil millones en los países en vías de desarrollo. Ambos grupos de países, desperdician casi la misma cantidad: 670 y 630 millones de toneladas, respectivamente.
Se pierde anualmente en el mundo, 30% de la producción de cereales; 40-50% de los cultivos de raíces, frutas y hortalizas; 20% de oleaginosos, carne y productos lácteos; y 30 % de pescado.
La cantidad de alimentos que se pierde cada año, es más o menos la mitad del total anual del cultivo de cereales en el mundo (2 mil 300 millones de toneladas en 2009/10).
El desperdicio por persona es de 95 a 115 kg/año en Europa y América del Norte, en el África subsahariana y Asia meridional y sudoriental es solo de 5.5 kg/año.
La producción per cápita total de alimentos es de unos 900 kg en los países ricos, casi el doble de lo producido en los países más pobres, unos 460 kilos.
En los países en desarrollo, 40% de las pérdidas ocurre en la poscosecha y procesamiento. En los países industrializados, más de 40% se pierde en el comercio minorista y el consumidor.
– La acción conjunta de todos los factores implicados en la producción, distribución, comercialización y uso de alimentos en el mundo, puede reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos para mejorar la sustentabilidad y la seguridad alimentaria, así como para minimizar el impacto ambiental, según declaró el director de la división de Infraestructura Rural y Agroindustrias de la FAO, Gavin Wall.
Humberto Contreras
- En supermercados, la manipulación no cuidadosa de los víveres, produce roturas en los empaques, o fracturas en envases de vidrio o de plástico. Esos alimentos se botan.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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