Cómo debel dirigente gremial 2.0 r elele ser el dirigente gremial 2.0 | ||
Andrea Tapia Mayer La apertura al mundo que inició la fruticultura nacional hace cerca de 35 años cambió a Chile. Lo convirtió en un productor de excelencia, donde tecnología e innovación se dieron la mano para obtener resultados que conquistaron los mercados globales. Pero no sólo lo cambió en el ámbito productivo. También modificó el rol de los dirigentes gremiales. Hasta ese momento sus tareas eran solucionar problemas más bien productivos. Pero con el crecimiento comercial, parte esencial de sus tareas fue apoyar el desarrollo internacional de su industria. Así de ser hombres que limaban asperezas o negociaban entre las asociaciones, pasaron a convertirse en claves para colocar la fruta, los vinos o los cerdos nacionales en los supermercados de los distintos países. Sin embargo, las condiciones de los mercados van cambiando. Chile ya no es casi único en esa carrera, las demandas de los consumidores cambian, los destinos son radicalmente distintos de los que habían. Además, a la canasta exportadora se suman productos que hasta ahora habían salido poco al mundo, como los lácteos y las carnes rojas, donde los dirigentes tenían en su foco tareas más locales. Así, surge la necesidad de un nuevo dirigente gremial, con un perfil más amplio y donde el pasaporte, los idiomas y la visión de futuro son parte de sus requisitos básicos. "Los dirigentes deben ir más allá de los intereses. Deben plantearse una visión de mediano y largo plazo, a pesar de que los problemas sean de corto plazo. Deben visualizar qué es lo que viene, cómo se está comportando el consumidor y cómo será el consumo en los próximos años. Eso es lo que hace la diferencia", explica Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex). La realidad es que el dirigente gremial ahora vive dividido en dos. Por una parte están los problemas locales, donde los jugadores ya no son sólo los productores, sino que se suma toda una cadena que incluso se amplía a las entidades de gobierno. Por ello, además de tener una mentalidad con miras al futuro, resulta clave que este dirigente tenga capacidad de generar diálogo entre los distintos actores de la cadena -que incluya incluso fiscalizadores-. Así lo enfatizan los líderes de los diferentes gremios consultados, que insisten en que esa es la forma de conocer a cabalidad cuáles son sus fortalezas y debilidades y la compresión de las distintas necesidades, desde fiscalizadoras hasta las sanitarias, e incluso fortalecer la competitividad del rubro. "Hemos organizado instancias de diálogo para luchar en contra de la pérdida de competitividad. En un mundo globalizado, se debe ser inclusivo, pues el dirigente no puede hacer todo solo. Debe haber un espíritu de cooperación y eso se logra a través del dialogo", recalca Bown. Y ese diálogo es lo que permite enfrentar situaciones críticas, como las que pasan en estos días y que tienen complicados a rubros como los de la fruta y el vino. "El foco es buscar el diálogo con las autoridades pertinentes, para así definir programas y acciones conjuntas que apunten a aumentar la productividad y competitividad. Idealmente, cada una de las principales cadenas agroalimentarias debería contar con un plan estratégico de desarrollo que incorpore metas, instrumentos y recursos. En ello, la participación de las organizaciones gremiales es insustituible", asegura Carlos Furche, director general de relaciones económicas internacionales (Direcon). Con el mundo en la mira Pero.... la tarea del dirigente gremial sobrepasa, cada vez más, las fronteras del país. Bien lo saben los encargados de los rubros como la fruta, el vino o las carnes blancas, que desde hace ya años convirtieron a los aviones y hoteles de los distintos países en casi sus segundas casas y al inglés en su segunda lengua, ya que buena parte del año la pasan recorriendo recibidores, importadores, supermercados; apoyando las negociaciones de protocolos fitosanitarios; sumergiéndose en las características de los consumidores de los mercados a los que se va. Pero por estos días con tareas se les intensifican y amplían. "Hoy el rol del dirigente gremial se focaliza en la representación de la industria y en el fortalecimiento de la competitividad y de la sustentabilidad en todos los ámbitos: en eficiencia productiva, en lo sanitario, en lo medioambiental y fundamentalmente, en la inocuidad de los productos", señala Juan Miguel Ovalle, presidente de las Asociaciones de Productores Avícolas y de Cerdo, APA y Asprocer. Eso porque por estos días los consumidores han cambiado radicalmente. con dotes de adivino Más allá de buscar un producto con buena apariencia y calidad, requieren que sea sustentable y socialmente responsable. Por ello, el dirigente gremial debe tener oídos y ojos puestos en qué demandarán, incluso detectar hacia dónde gira el gusto en cuanto a tipos de fruta, cortes de la carne, o características de un lácteo. Es decir, ese dirigente debe tener la capacidad de sumergirse en un país y su gente y escuchar, casi con dotes de adivino, qué es lo que viene. Pero, no le basta con eso..... debe ser, además, capaz de transmitirlo y convencer a los productores de esas nuevas necesidades y que se incluyan en las producciones. "Estamos trabajando permanentemente para mejorar la competitividad del sector en un escenario altamente exigente. Esto significa un esfuerzo conjunto con las autoridades sanitarias para mantener los estándares de calidad e impulsar programas que nos permitan estar preparados para las eventualidades", enfatiza el dirigente de APA y Asprocer. En la fruta, los dirigentes ya han recorrido buena parte de ese camino, y es lo que ha permitido que el sector esté entre los líderes del mundo en muchos rubros. La industria vitivinícola también lo ha venido caminando. "Al tratarse de una industria tan representativa del país, debemos hacernos cargo de temas como el consumo responsable, el desarrollo del capital humano y sobre todo, la sustentabilidad y cuidado del medioambiente. Pues además, se quiere posicionar la imagen de Chile a nivel internacional, como el mayor productor de vinos premium sustentables y diversos del nuevo mundo", dice René Araneda, presidente de Vinos de Chile. Los que recién sacan el pasaporte Pero esos son rubros que hace ya tiempo que tienen el pasaporte sacado. Sin embargo, hay otros como los de la leche o de las carnes rojas, para los que, con producciones crecientes o con condiciones de mercados muy atractivas, recién comienza a transformarse en una necesidad la posibilidad de convertirse en pasajero frecuente, porque hasta ahora lo suyo ha sido concentrarse en lo local, aunque cumpliendo las demandas del exterior. Sin embargo, en el último tiempo sus líderes han adoptado nuevas estrategias. Así lo reconoce Eduardo Schwerter, presidente de Fedeleche, para quien una labor pendiente es el establecimiento de estrategias que potencien un mayor comercio internacional, las que deberían estar enfocadas en cuanto a mercados, volúmenes de leche y conformación del precio. Aunque ya están haciendo algo por enfrentar el problema, pues están trabajando con las exportadoras reunidas en Exporlac Chile, para crear una marca sectorial, para así potenciar al país como un proveedor confiable de lácteos en mercados internacionales. Eso, sin descuidar las tareas a nivel local, especialmente aquellas que permitirían que las relaciones entre industria y productores sean más fluidas. "Los principales desafíos gremiales apuntan a darle a la comercialización de la leche fresca mayores niveles de transparencia, especialmente, en cuanto a cómo se determina el precio del producto. Aquí hay una opacidad reconocida incluso por las autoridades del país, porque no hemos sido capaces de abordarla como cadena", asevera Schwerter. En cuanto a la industria de la carne, las técnicas para fomentarla están orientadas a generar programas que certifiquen su calidad e inocuidad. Pues los países desarrollados, a la hora de comprar este producto, son muy exigentes en esos ámbitos. "Hace algunos años la carne se comercializaba sólo en Chile, bajo el patrón que imponía el Código Sanitario de los Alimentos. En la actualidad hay muchas normas internacionales en torno al aseguramiento de la calidad, venta de productos, disposiciones en mataderos y exigencias en exportación e importación muy diferentes entre sí, por lo que hay que velar por ellas", explica Nicolás Allende, presidente de la Asociación Gremial de Plantas Faenadoras de Carnes de Chile (Faenacar). El experto, además, agrega que la mayor limitante del negocio de la carne en Chile y sus exportaciones actualmente radica en el tamaño de su masa ganadera. "En los últimos 45 años la faena se ha movido en torno a una media de 850 mil ton por año, sin detectarse un incremento significativo. Para este año se estima en unas 720 mil ton, lo que representa una caída de casi un 20% de la media. Una mayor disponibilidad de animales para faena mejoraría el negocio de las plantas y permitiría exportar a mercados de alto valor", dice Allende. Estas son algunas de las tareas a las que deben enfocarse los esfuerzos de los dirigentes 2.0. Un negociador global es la mejor definición para el dirigente gremial de hoy, pues sus tareas ya sobrepasan el resolver los problemas productivos del rubro. Ahora debe, además, posicionarlo en los mercados internacionales. Los envíosFruta fresca: El año pasado se exportaron 2.437.747 toneladas de fruta fresca. Eso representó US$ 3.105.690 FOB. El perfil |
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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