Paula Escobar Ch., Desde Davos
Es sabido que Davos es -y siempre ha sido- un club de Tobi, probablemente el más exclusivo del mundo, donde los más importantes empresarios -blancos, caucásicos, ricos, de Armani- se juntan cada año a ponerse al día y hacer networking. Ese es el negocio de Davos: es un secreto a voces que todo lo importante pasa en los cafés y pasillos de Congress Center, donde, sin ir más lejos, Koffi Annan estaba el jueves parado solo, Ana Patricia Botín tomaba un café más allá, mientras Jeffrey Sachs revisaba mails sentado al lado de un CEO top.
Pero cada vez más el club de Tobi se está abriendo. Y personalidades como Indra Nooyi, Ceo de Pepsi, y muchas otras, están teniendo más visibilidad en los paneles, comidas y, por cierto, pasillos. Hay un comité del foro económico dedicado a promover a la mujer dentro y fuera del foro. Y está lográndose. Sin cuotas, pero con voluntad. Y la hija del fundador y "dueño" de Davos, Klaus Schwab, lanzó el viernes su "gender equality global certificate", que permitirá dar un sello a las empresas que cumplan con la equidad de género.
Una de las conferencistas mujeres más prominentes y requeridas este año ha sido Michelle Bachelet, que debuta este año en Davos como mandamás de ONU Mujer. Ha participado en muchos paneles y debates sobre los temas globales más importantes: aumento de participación política, superación de la pobreza y discriminación, empoderamiento de las jóvenes a través de la educación, prevención de la violencia contra la mujer... Cada vez que termina de hablar, decenas de mujeres, pero también muchos hombres de negocios importantes, se le acercan en los pasillos para felicitarla, darle la mano, pedirle su tarjeta.
Después de una conferencia que dio junto a Michael Porter, entre otros, habló con "El Mercurio" de su nuevo rol.
-¿Qué recepción ha tenido de su nuevo cargo acá en Davos?
-Primero, he descubierto que en este mundo del sector privado, no todos sabían que existía esta nueva entidad. Hay muchas que sí, que están entusiasmadas de que yo haya aceptado liderar este proceso. Y he estado muy activa en paneles, seminarios, workshops en que se ha trabajado cuáles son los desafíos del mundo actual y cuál es el rol que la mujer puede jugar, entendiendo que ella es parte de la solución de esos problemas. Y también en cómo se genera más paridad de género al interior del sector privado, tanto desde el punto de vista de que aumente la cantidad de mujeres en la fuerza de trabajo, como también en los cargos de toma de decisiones. Y yo he planteado hoy que queremos construir alianzas con los empresarios. Como ONU Mujer también tenemos un programa que plantea que es un buen negocio generar igualdad para las mujeres al interior del lugar de trabajo, y estamos levantando siete principios para empoderar a la mujer, desde salud y educación, hasta cómo se enfrentan los obstáculos para que las mujeres puedan tomar responsabilidades mayores, y puedan compatibilizar mejor las responsabilidades familiares con las de trabajo.
-¿Y qué pasa con los gobiernos en este proceso?
-He estado insistiendo que junto con lo que tiene que hacer el sector privado, también es importante lo que los gobiernos hacen en términos de dar más oportunidades a las mujeres, y ayudar a generar más conciencia. Porque hay un grupo de empresarios muy convencido de que las mujeres son esenciales, hay estudios que demuestran cómo mejoraron esas empresas su rentabilidad al tener más mujeres en altos cargos de decisión. A esas empresas les fue mejor y, sin embargo, aún uno ve escasa participación de mujeres.
-¿Cómo ha sido el cambio de pasar de ser Presidenta a funcionaria internacional?
-Bueno, es muy distinto, porque, por más que sea secretaria general adjunta o director ejecutivo de una entidad nueva, los que tienen que aprobar las cosas son los países. Y eso yo lo entiendo como ex gobernante. Obviamente las agencias tienen ciertas autonomías, pero los grandes criterios son definidos. Entonces yo digo que me siento un poco como ministra, porque he tenido que ir a discutir el presupuesto, presentar las propuestas. Me ha ido muy bien, he tenido un gran apoyo, pero es muy distinto que ser Presidente, y sobre todo en un sistema presidencialista como el nuestro.
-"Pero también (el trabajo en ONU Mujer) tiene ese otro elemento de una causa noble que, si lo logramos hacer bien, vamos a mejorar la vida de mujeres y niños en todo el mundo, y eso es algo que llena de energía. Yo quisiera que algún día vivamos en un mundo sin violencia para la mujer, donde tengamos suficientes mujeres en todos los cargos de poder, de manera que este sea un mundo mejor. En esa dirección estamos trabajando".
-¿Fue difícil para usted dejar de ser Presidenta?
-No, para nada, fue nada difícil. A mí muchos me habían advertido del día siguiente a dejar de ser Presidenta... probablemente, por cómo nos tocó trabajar tan duramente por lo del terremoto. Pero no. Lo que sí me costó fue cuando iba a visitar a la gente que me había comprometido a volver a ver (después del terremoto), por no tener los instrumentos, los subsidios, o las políticas. No era echar de menos el poder para nada, sino decir: cómo puedo ayudar más, no tengo las herramientas que tenía antes. Bueno y también, claro, ese privilegio que tiene uno como Presidente de la República de estar tan cerca de la gente, que le abre a uno su corazón y su casa...pero también es cierto que adonde voy me siguen abriendo el corazón y las casas... Pero es más restrictivo, entiendo mi rol y no me desubico.
-¿Echa de menos Chile viviendo en Nueva York?
-Sí, echo mucho de menos Chile. A mi familia, sin duda. Y a la gente nuestra. Porque yo quiero a mi gente, a todos los chilenos. Y por cierto que Nueva York es una ciudad extraordinaria, tiene miles de cosas espectaculares, pero Chile está en mi corazón. Y ojalá pueda ir todas las veces que sea posible. Porque uno necesita no desarraigarse de su patria y de lo que la identifica. Y a mí me identifica mi gente, mi pueblo, mi patria.
-¿Usted está tranquila de que el legado de medidas pro mujer está siendo mantenido en Chile?
-Yo no he estado preocupada de eso, en realidad. Yo creo que los ciudadanos saben cuál fue nuestro objetivo, lo que logramos. Y conocen cómo trabajamos, poniendo siempre en el centro de la política a las personas. Y yo creo que los chilenos eso no lo olvidan.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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