Alberto Espina - Piñera y yo dijimos la verdad
Cuando el ministro del Interior se molesta porque Sebastián Piñera le representó que no estamos ganando la batalla contra la delincuencia y el subsecretario Harboe tiene la misma actitud cuando le señalé que no tiene el respaldo del gobierno para hacer bien su trabajo, demuestran intolerancia, falta de autocrítica y respeto por las más elementales normas de convivencia democrática. Esta arrogancia les impide rectificar los errores que se han cometido en materia de seguridad ciudadana.
No solo queremos, sino que estamos seguros de que es posible disminuir drásticamente la delincuencia. Basta tener la voluntad política para avanzar paralelamente en la prevención, el control del delito y la rehabilitación, particularmente de los jóvenes.
¿Dónde están los errores del gobierno y cómo se corrigen? En la prevención, según el Conace, el 43% de los estudiantes reconoce que dentro de su colegio se prueba, se pasa o se trafican drogas. Sin embargo, el gobierno destina sólo $1.674 al año por alumno para prevención, a pesar de que existen 178.000 jóvenes consumidores abusivos y que el 73% de los delincuentes reconoce que cometió el delito bajo los efectos de alguna droga.
En el control del delito, según el Ministerio Público, el 56% de los condenados por robos violentos y el 60% de los condenados por tráfico de drogas no pasa un día en la cárcel y quedan sujetos a medidas alternativas, como la libertad vigilada. El propio Ministerio de Justicia reconoce que el sistema está colapsado y, por lo tanto, no puede hacer un seguimiento de ellos y menos rehabilitarlos y reinsertarlos socialmente. Por eso siete de cada 10 detenidos reconoce ser reincidente.
Firmamos un acuerdo con el gobierno que recoge gran parte de nuestras propuestas: la creación de un nuevo Ministerio del Interior y Seguridad Pública; la defensoría jurídica y atención sicológica de las víctimas; la reestructuración del Sename para la atención de los menores; la entrega de información con nuevos índices de gestión para evaluar los planes de seguridad ciudadana; un cambio de fondo a las medidas alternativas al cumplimiento de penas en la cárcel; incentivos tributarios para las donaciones que se destinen a la prevención del delito y a la rehabilitación de los delincuentes, y la focalización de recursos y programas en las familias que presentan alto riesgo social, por vivir en ambientes de violencia intrafamiliar, drogas, extrema pobreza o parientes presos.
Han transcurrido nueve meses y ninguna de estas medidas se ha cumplido. El gobierno ha perdido una gran oportunidad para corregir los errores que han impedido disminuir la delincuencia.
Creer que se está ganando la batalla a la delincuencia cuando existe un 35% de chilenos que reconoce que alguno de los miembros de su hogar ha sido víctima de un delito violento es menospreciar la gravedad de la delincuencia. Más aún cuando los estudios de victimización de instituciones prestigiosas como Flaco, Latinobarómetro y la Oficina contra las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas indican que Chile tiene cifras más altas que México, Brasil, Colombia, Ecuador o Guatemala.
Le hemos dado al gobierno las herramientas para disminuir la delincuencia. Lamentablemente, su falta de compromiso y conciencia frente a esta realidad se demuestra en que el martes, cuando el Senado realiza una sesión especial para tratar el tráfico de drogas en el país, ni el ministro del interior ni el subsecretario asisten, a pesar de ser citados y tener la obligación constitucional de hacerlo.
Cuando el ministro del Interior se molesta porque Sebastián Piñera le representó que no estamos ganando la batalla contra la delincuencia y el subsecretario Harboe tiene la misma actitud cuando le señalé que no tiene el respaldo del gobierno para hacer bien su trabajo, demuestran intolerancia, falta de autocrítica y respeto por las más elementales normas de convivencia democrática. Esta arrogancia les impide rectificar los errores que se han cometido en materia de seguridad ciudadana.
No solo queremos, sino que estamos seguros de que es posible disminuir drásticamente la delincuencia. Basta tener la voluntad política para avanzar paralelamente en la prevención, el control del delito y la rehabilitación, particularmente de los jóvenes.
¿Dónde están los errores del gobierno y cómo se corrigen? En la prevención, según el Conace, el 43% de los estudiantes reconoce que dentro de su colegio se prueba, se pasa o se trafican drogas. Sin embargo, el gobierno destina sólo $1.674 al año por alumno para prevención, a pesar de que existen 178.000 jóvenes consumidores abusivos y que el 73% de los delincuentes reconoce que cometió el delito bajo los efectos de alguna droga.
En el control del delito, según el Ministerio Público, el 56% de los condenados por robos violentos y el 60% de los condenados por tráfico de drogas no pasa un día en la cárcel y quedan sujetos a medidas alternativas, como la libertad vigilada. El propio Ministerio de Justicia reconoce que el sistema está colapsado y, por lo tanto, no puede hacer un seguimiento de ellos y menos rehabilitarlos y reinsertarlos socialmente. Por eso siete de cada 10 detenidos reconoce ser reincidente.
Firmamos un acuerdo con el gobierno que recoge gran parte de nuestras propuestas: la creación de un nuevo Ministerio del Interior y Seguridad Pública; la defensoría jurídica y atención sicológica de las víctimas; la reestructuración del Sename para la atención de los menores; la entrega de información con nuevos índices de gestión para evaluar los planes de seguridad ciudadana; un cambio de fondo a las medidas alternativas al cumplimiento de penas en la cárcel; incentivos tributarios para las donaciones que se destinen a la prevención del delito y a la rehabilitación de los delincuentes, y la focalización de recursos y programas en las familias que presentan alto riesgo social, por vivir en ambientes de violencia intrafamiliar, drogas, extrema pobreza o parientes presos.
Han transcurrido nueve meses y ninguna de estas medidas se ha cumplido. El gobierno ha perdido una gran oportunidad para corregir los errores que han impedido disminuir la delincuencia.
Creer que se está ganando la batalla a la delincuencia cuando existe un 35% de chilenos que reconoce que alguno de los miembros de su hogar ha sido víctima de un delito violento es menospreciar la gravedad de la delincuencia. Más aún cuando los estudios de victimización de instituciones prestigiosas como Flaco, Latinobarómetro y la Oficina contra las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas indican que Chile tiene cifras más altas que México, Brasil, Colombia, Ecuador o Guatemala.
Le hemos dado al gobierno las herramientas para disminuir la delincuencia. Lamentablemente, su falta de compromiso y conciencia frente a esta realidad se demuestra en que el martes, cuando el Senado realiza una sesión especial para tratar el tráfico de drogas en el país, ni el ministro del interior ni el subsecretario asisten, a pesar de ser citados y tener la obligación constitucional de hacerlo.
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CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
www.consultajuridicachile.blogspot.com
www.el-observatorio-politico.blogspot.com
www.lobbyingchile.blogspot.com
www.biocombustibles.blogspot.com
www.calentamientoglobalchile.blogspot.com
oficina: Renato Sánchez 3586 of. 10
Teléfono: OF .02- 8854223- CEL: 76850061
e-mail: rogofe47@mi.cl
Santiago- Chile
Soliciten nuestros cursos de capacitación y consultoría en LIDERAZGO - RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL – LOBBY – BIOCOMBUSTIBLES , y asesorías a nivel internacional y están disponibles para OTEC Y OTIC en Chile
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