Reina indiscutible del pop, Madonna se transformó anoche en rockera durante el concierto privado que ofreció en el Olympia de París para presentar su último disco, Hard candy.
La cantante besó a una mujer desconocida para enloquecer al público. La imagen recordaba mucho a la que ella misma y Britney Spears protagonizaron en 2003, durante la gala de entrega de los premios MTV.
Las 1.500 personas que asistieron al show privado, alucinaron con la escena. Pero éste sólo fue un detalle del espectáculo. La chica material irrumpió en el escenario sobre en un fantástico trono negro, vestida con un pantalón de seda, botas altas con cordones y una varita en la mano que le daba un toque de hada siniestra.
"Es realmente un momento único para mí cantar en el mismo escenario que Edith Piaf, Mistinguett, Juliette Gréco o Marlene Dietrich", dijo al público la artista, antes de comenzar la polémica. "¿Quién les gusta más? ¿Los Rolling Stones o yo?", preguntó mientras tocaba la guitarra y cantaba un estribillo célebre de los Rolling. "Ah, ya sabía yo que dirían eso", respondió a la gente, que gritaba "¡Tú!". Acto seguido, interpretó una versión explosiva de su éxito Hung Up.
Madonna eligió el Olympia para el segundo de tres conciertos privados organizados para el lanzamiento de su disco, después de Nueva York, el 30 de abril pasado; y antes de Londres, el próximo 11 de mayo.
A pesar de las críticas poco entusiastas de su undécimo disco, en el que ha contado con la colaboración de Justin Timberlake, el álbum ya es superventas en todo el mundo.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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