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Thursday, March 27, 2008

RANCAHUASO: RODRO CHILENO El embrujo irresistible del rodeo

60º Champion de Chile: El embrujo irresistible del rodeo

categorias: Columna - Sociedad - Local

Hoy el rodeo es una realidad social en la que participan disimiles actores sociales.

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Escrito por Corresponsales El Rancahuaso

¿Qué gran misterio tiene el rodeo que más y más personas se incorporan a él? Ya se quisieran muchos otros deportes poseer este magnetismo que ha hecho de las corridas de vacas algo irresistiblemente tentador para gente que no nació ni se crió en el campo ni cerca de los caballos.

Desde sus orígenes a la fecha, el rodeo ha ido en mutación constante, en especial a partir de la década del 60 cuando se consolidó como deporte. Gracias al permanente aporte de sus técnicos, con cierta periodicidad se adoptan cambios que tienden a agilizar el espectáculo y hacerlo cada vez más entretenido. Pero ello es en lo formal. La medialuna, la pista, el apiñadero, el toril, las puertas y los entornos han ido experimentado cambios, algunos impactantes como la construcción del anfiteatro natural de Rancagua, el más grandes escenario al aire libre en Latinoamérica no dedicado al fútbol
.


Pero en su contenido valórico, el rodeo mantiene una estrecha ligazón con las vivencias de comienzos de la Patria. El caballo, su música, sus costumbres y sus artesanías constituyen una herencia histórica que atrae tanto como las mismas corridas.


Cuando las haciendas y los latifundios se fueron extinguiendo en el país, no pocos fueron los que presagiaron que el rodeo no iba a poder sostenerse en el tiempo, porque su raíz estaba en esos generosos, verdes y palpitantes campos distribuidos desde el Norte Chico hasta Puerto Montt. En ellos, los patrones -dando el ejemplo- eran los primeros en lucir orgullosos sus atuendos huasos para intervenir en la "fiesta de los campos chilenos", organizados en las propias medialunas de los predios para entretener a los campesinos.

Pero tales fantasmas se esfumaron. El rodeo mutó, se introdujo en los cascos urbanos y dejó de ser un patrimonio del campo para ser un patrimonio nacional. Ya no sólo fueron agricultores los que lo practicaron, sino hombres de la ciudad se pusieron mantas y botas para incursionar en el deporte.

La actividad hoy convoca a todo tipo de público, los Campeonatos Nacionales ven agotadas prematuramente sus entradas y, ahora, los avisadores más importantes del país aspiran a un lugar en las medialunas donde exhibir sus marcas. El publicista Daniel Walker reconoce que "hasta hace poco había que mendigar un auspicio; en cambio hoy, las empresas quieren estar presentes en nuestros espectáculos por la seriedad con que se maneja el deporte".

Un medio periodístico capitalino tiene una sección de entrevistas para personajes de primer nivel y cuando se les consulta el deporte que prefieren, junto a la vela, el polo y el golf…se consigna como alternativa al rodeo. ¿Qué fenómeno es éste? ¿El rodeo está de moda?

Para el investigador comunicacional Fulvio Ciaffaroni, de las universidades Andrés Bello y República, "es un buen síntoma el que una actividad primitivamente tan focalizada en el sector rural haya traspasado con éxito las barreras de lo urbano. Ello significa que el mensaje que transmite su gente tiene recepción".

Hasta los 60, las del rodeo fueron épocas que no volverán. Por más de un siglo, las corridas de vacas constituyeron una variedad de la jornada cotidiana en el campo. Todo, absolutamente todo, se hacía de a caballo y desde el patrón hasta el último de sus inquilinos montaban.

Grandes extensiones de alfalfales y campos lecheros, ganaderos y trigueros ocupaban kilómetros de la geografía desde el Norte Verde hasta Puerto Montt. Muchas estaciones del Ferrocarril estaban dentro de los fundos y los viejos salían a correr la vaca por días y días sin más que la tiara y un pilchero.de tiro.

Eran los tiempos de la fiesta de los campos chilenos, con tamboreo y huifa y con esas sinceras invitaciones de "quédese el tiempo que quiera". No son pocos los hoteles de pueblos en los cuales, a su segundo piso, varios huasos -ésos de tomo y lomo- subieron de a caballo a sus dormitorio…Todos por igual eran de mesas largas en los casinos de los rodeos y no aceptaban que nadie pagase alguna cuenta. No era de caballero hacerlo.


Con este tipo de bromistas, talleros, irónicos y "muy rediablos", el rodeo era un acontecimiento socio recreativo, casi ajeno a las ciudades y al mundo de las urbes. Pero terminó por traspasar los deslindes de un fundo, las zarzamoras divisorias y los caminos pedregosos. Hoy el rodeo es una realidad social en la que participan disímiles actores sociales que atrajo y atrae a los más diversos tipos de personas.

En la década de los 70 y 80 se produjo un masivo advenimiento de los abogados al rodeo y muchos presidentes de asociaciones de esos tiempos pertenecían al mundo de los expedientes y los códigos: Pedro Agurto, Jorge Menchaca, José Luis Moure, Gabriel Fernández y Jaime Florín.

Hoy, el rodeo es una caja de Pandora en cuanto al perfil de sus participantes. Pocos son los genuinos agricultores de toda una vida que siguen en la brecha, ello porque de los cultivos de ayer, se pasó a la rentable agroindustria. Dedicados con devoción a las corridas están quienes tienen como actividad central los más variados oficios: barcos pesqueros, transportistas de carga, ferreteros, médicos, comerciantes de autos, dentistas, estudiantes universitarios y escolares.

Si nos remitimos al último Campeonato Nacional (2007), en él estuvieron presentes con sus productos o decididamente corriendo personas como el gerente general de una salmonera, Agustín Ugalde; un empresario de naves pesquera, Iván Gallardo -Corral Gran Aventura-; las colleras del ingeniero comercial y ex presidente de ICARE Alfredo Moreno; estuvo la caballada de Ramón Ramos, un empresario panadero, transportista y maderero de Los Angeles y las del presidente del Grupo Security, Renato Peñafiel y del economista Felipe Lamarca; participó activamente Gustavo Rivera, comerciante del retail y ganadero de Talca; el empresario de maquinarias viales Agustín Fossatti, y Felipe Vial, de Dodge.

Ya son habituales las actuaciones de Roberto Dabed, propietario de una gran ferretería en Ovalle, y del exportador de paltas Mauricio Aninat. Por primera vez llegó la caballada de Roberto Bozzo, un importante ejecutivo pesquero y hotelero, dueño del Criadero Los Tacos de Rumai. El abogado José Antonio Urrutia lleva bastantes años figurando y varios colegas suyos debutaron en las medialunas, como Alvaro Baeza, Sebastián Reyes, Rolando Franco y Octavio Marfán. También estuvo en la pista rancagüina Gonzalo Silva, dentista que es hijo del propietario del Doña Dominga y el médico experto en transplantes, Carlos Buckel, de la Clínica Las Condes.

Sin duda que todos los nombrados estarán animando a las 120 colleras que competirán en el Champion de Rancagua este fin de semana.

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1 comment:

Anonymous said...

Yo creo que el rodeo se ha consolidado porque tiene dirigentes serios y no se ha sabido de corrupción, a diferencia de otros deportes. Ultimamente ha llegado gente con mucha plata al rodeo, creo que es bueno por un lado ya que le dan más recursos, pero igual me gustaría que no se perdieran las tradiciones del rodeo y espero que esta gente que son empresarios y no conocen mucho el campo, respeten las tradiciones de los verdaderos huasos, que nos las arreglamos en forma muy dificil para practicar el rodeo en forma competitiva.