Semana Santa: consejos para disfrutar del sol con precaución
Los cuidados deben extremarse para proteger la piel de los efectos nocivos de la exposición solar tras el largo invierno
Tras el invierno, si el tiempo acompaña, en seguida sacamos la manga corta, olvidando que el sol no se toma vacaciones, y quema todo el año.
Fieles a su cita, ya están aquí las primeras vacaciones del año, que este año aparecen antes en el calendario, lo que no impide que sigan siendo unas de las más deseadas tras el invierno sin paréntesis para el descanso. Muchas personas relacionan la Semana Santa con con los primeros y privilegiados baños en la playa, en disfrutar de los largos paseos por la arena o por la montaña o en aprovechar los últimos coletazos de la temporada de esquí. Tal vez muchos ya están disfrutando de las merecidas vacaciones pero, si aún le encontramos frente al ordenador, antes de emprender su viaje, tome nota: elija la opción que elija, no olvide tener cuidado con el sol.
Y es que no sólo en verano hay que extremar las precauciones. Es más, tras el invierno, si el tiempo acompaña, en seguida sacamos la manga corta, olvidando que el sol no se toma vacaciones, y quema todo el año. Cuando la piel acaba de salir de los meses más fríos, los cuidados deben extremarse. No quiere decir que no disfrutemos de los beneficios del sol ahora que los días se alargan, pero no debemos olvidar meter en la maleta cremas protectoras.
Si tenemos esto en cuenta, lo primero que hay que hacer es preparar la piel para conseguir un bronceado uniforme. Tener la piel limpia e hidratada antes de la exposición es un paso previo fundamental. Para ello, es buena una exfoliación.
El periodo más crítico para el bronceado se da durante los primeros días de exposición al sol, cuando la piel se enfrenta al sol después de muchos meses protegida, justo cuando intenta dejar atrás el color blanco: su grado de vulnerabilidad es inmenso. Aunque todo depende de cada tipo de piel. Por este motivo, la resistencia o fuerza de la piel ante el sol, es decir, su tono o color, determina cuál es el número de factor de protección solar que se debe usar en cada caso. Una piel sensible debe emplear, como mínimo, un factor 15, para evitar alergias y rojeces. Y, además, sombreros, gorras o pañuelos pueden convertirse en buenos aliados.
Pero no sólo en la playa hay que hacer uso de la crema protectora. Los cuidados se deben extremar en la nieve, pues los rayos del sol se reflejan y se convierten en peligrosos enemigos de nuestra piel. Y además, debe tener en cuenta que las horas de mayor intensidad lumínica y radiación solar son las que cubren la franja horaria del mediodía, de 13 a 16. ¡Evítelas!
No le resultará difícil, pues las firmas de cosmética han desarrollado en los últimos años una gran investigación en el campo de los protectores solares, y todas aprovechan la llegada de las vacaciones de Semana Santa para anticipar sus novedades. Sólo nos queda desearles ¡feliz descanso!
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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