| Patricia Mercado Sánchez México |
 Los fumadores en México empiezan a prepararse para dejar de fumar en lugares públicos cerrados. |
Para muchos fumadores, el momento de mayor placer es un "cigarrito" al terminar de comer.
Pero en la Ciudad de México eso cambiará pronto, luego de que el gobierno local aprobó una ley antitabaco, y el Congreso de la Unión está en sus últimos pasos para aprobar una legislación similar a nivel nacional.
Así, los fumadores en México tendrán que empezar a prepararse para no fumar en lugares públicos cerrados, y si viven en la capital lo podrán hacer sólo en lugares totalmente apartados de los no fumadores.
Las leyes y propuestas han causado una reacción en contra sin precedentes.
Los que fuman
Desde los dueños de restaurantes y bares, columnistas de algunos periódicos y hasta ciudadanos organizados en una asociación llamada "Yo Fumo", rechazan la idea por completo.
Los argumentos van desde violación a los derechos de los fumadores, pérdida de empleos, mayor polarización social, cierre de restaurantes y bares, y mayor corrupción. 
Otro aspecto que molesta a quienes rechazan esta ley es que las multas por fumar en un lugar prohibido alcanzan hasta los US$5.000 para persona y hasta US$50.000 para el establecimiento.
Mientras, por ley se establece que si alguien es sorprendido fumando un cigarrillo de marihuana la multa será de US$150.
La legislación en la Ciudad de México le dio seis meses a los bares y restaurantes para adaptar sus espacios, mientras que la ley a nivel nacional fue aprobada por la Cámara de Diputados la semana pasada, y se espera que sea discutida por el Senado a inicios del próximo año.
Restaurantes y bares dicen no
La Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac) ha sido una de las más activas en contra de las leyes antitabaco local y nacional.
Aunque Daniel Loeza, vicepresidente de la Canirac, asegura que no están en contra de la ley, si consideran que está mal hecha.
Para ellos, de nada han servido las reuniones con diputados locales y federales, porque son diálogos de sordos.
"No es posible que más de 100 millones de mexicanos estemos en manos de 500 ineptos. Todos luchan por a ver quien se cuelga la medallita a ver quien sacó la ley, pero al final de cuentas no nos están tomando en cuenta a la ciudadanía".
De acuerdo con información de la Canirac, sólo 3% de los restaurantes en la ciudad de México podrán hacer el cambio en sus instalaciones que obliga la ley.
Estamos en la moda de los limpios, los que comen ensaladas y no fuman, y nosotros somos los leprosos 
Loeza argumenta que estas leyes antitabaco están provocando una separación de clases, una segregación y les están quitando su libertad a los ciudadanos.
El gobierno local les ofreció incentivos fiscales y descuentos de impuestos a aquellos restaurantes que estén dispuestos a acatar las medidas.
Sin embargo, los restauranteros están listos para luchar, tal y como lo dice Daniel Loeza: "Ya es hora de que entiendan estos diputados de escritorio".
Yo Fumador
Hace cinco meses, unos días después de darse a conocer las intenciones de legislar para prohibir fumar en lugares públicos cerrados, Antonio Abasolo decidió, junto con otras ocho personas, iniciar la asociación "Yo Fumador".
El objetivo, explica Abasolo, es defender el derecho de los fumadores y ya hay 25.000 afiliados a la asociación.
"Ante esta fuerte arremetida exclusiva contra el tabaco decidimos organizarnos", dice.
Argumenta que las leyes son discriminatorias, y por lo tanto inconstitucionales. "A los fumadores nos segregan de la vida y la convivencia social", sostiene.
"En este país hay temas de salud más importantes y urgente que atender. Tenemos niños que se mueren todos los días de diarrea, mujeres que mueren cuando quieren dar a luz", agrega.
Abasolo tiene hijos y no quiere que ellos no fumen, aunque reconoce que él nunca ha pensado en dejar de hacerlo.
No es solo una situación de libertad, de "yo hago lo que quiero y a mi nadie me va a decir nada"; hay aspectos de salud pública involucrados
Cuando viaja a países donde se prohíbe fumar, entonces no consume cigarrillos, y dice que "el día en que nos den el nivel de vida que se tienen en esos países, a lo mejor cedemos".
"Estamos en la moda de los limpios, los que comen ensaladas y no fuman, y nosotros somos los leprosos", dice.
Abasolo y su organización están preparados para ir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación e impugnar la aplicación de esa ley.
Las tabacaleras
En toda esta discusión sobre las leyes antitabaco, las compañías tabacaleras han jugado un papel importante.
En cuanto se dieron a conocer las intenciones de prohibir fumar en lugares públicos cerrados, la British American Tobacco de México buscó evitar las restricciones de fumar, a través de un programa llamado "Convivencia en Armonía", en el que argumentan que tienen los sistemas para sanear hasta en 70% el aire de bares y restaurantes, sin necesidad de un muro o división dentro de estos negocios.
La afiliación al programa de convivencia es gratuita, pero es necesario que los empresarios inviertan en la instalación de los equipos de saneamiento de aire, que en promedio puede ser de unos 20.000 pesos para un local pequeño.
La industria tabacalera en México es un jugador poderoso en la economía. Contribuye con US$2.200 millones cada año al erario público.
Las empresas del sector argumentan que con las regulaciones que ya existen se ha reducido 15% el consumo del tabaco, y se han dejado de consumir 43 millones de cigarros en México.
Riesgos para la salud
"Esto no es una lucha personal, ni se trata de dividir a la sociedad", dice Juan W. Zinser, presidente de la Comisión Mexicana de la Lucha Antitabaco.
El también médico especialista del Instituto Nacional de Cancerología, está muy preocupado por la reacción tan fuerte en contra de éstas leyes antitabaco.
La preocupación principal, comenta, es que se ha comprobado que el tabaquismo pasivo -es decir, el que afecta a quienes no fuman, pero conviven con fumadores-, mata a millones de personas en el mundo.
"No es solo una situación de libertad, de 'yo hago lo que quiero y a mi nadie me va a decir nada', porque hay aspectos de salud pública involucrados".
Para Zinser, la población está confundida, pues durante muchos años la industria tabacalera se ha encargado de eso, de crear una controversia que no existe.
"Queremos informar mejor a la gente y tenga cultura sobre los peligros del tabaquismo".
Las legislaciones que se están proponiendo no son una exageración, son recomendaciones médicas internacionales de alta prioridad, asegura el médico.
"A lo que están apelando muchos es una conciencia muy poco responsable, particularmente cuando esto ya se está aplicando en otros países".
Al final, quizá en México tendremos que olvidarnos de la famosa frase "después de un taco, un buen tabaco", o por lo menos, decirla mientras salimos a la calle para fumar después de comer.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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