Todos eligen la energía nuclear, pero "España es diferente"
Mientras que el mundo desarrollado, casi en su totalidad, retoma la senda de la energía nuclear, empujado por la escasez y el precio del petróleo, que, en opinión de los expertos, puede alcanzar el los 150 dólares el barril, en la próxima crisis, "España es diferente" también en lo nuclear.
España, a pesar de que su déficit energético es de los más preocupantes de toda la Unión Europea, sigue cerrada a la opción nuclear porque nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, es un activo militante del "Nuclear No".
Recientemente, países como Egipto, Marruecos, Túnez, Jordania y hasta Argelia, dueña de enormes reservas de gas, han cambiado su política y optado por las centrales nucleares.
Los medios de comunicación, muchos de ellos presionados por el gobierno, quizás porque quita más votos de los que da, eluden el debate energético, vital para el futuro de España. Nadie dice que las energías alternativas son un timo y un callejón sin salida. Ni siquiera saturando el mapa eólico de España de turboventiladores gigantes (uno en cada cuatro kilómetros cuadrados) tendríamos energía suficiente para el 30% del consumo y su coste sería inalcanzable. La energía fotovioltaica, por ahora, es sólo un sueño, a pesar de las enormes reservas solares de España. Los biocarburantes son una esperanza, pero hay que producirlos en el Tercer Mundo, donde su precio se reduce casi a la mitad. Llenar España de plantaciones de biocarbaruntes y de ventiladores apenas nos permitiría alcanzar el 6% de los compromisos del protocolo de Kyoto.
Para España, la opción está clara: ser autónomos instalando ocho nuevas centrales atómicas o depender eternamente de una energía externa (petróleo, gas y electricidad) cada día es más insegura y costosa, lo que representa una hipoteca permanente sobre nuestro futuro como nación próspera y avanzada.
La construcción de ocho nuevas centrales atómicas modernas, del tipo de las que se están construyendo en Finlandia y Francia, es la solución más económica y rentable. Garantizarían más del 60 por ciento del consumo nacional sin tener que quemar combustibles fósiles contaminantes de la atmósfera.
España tiene 9 centrales atómicas, algunas de ellas paradas o en bajo rendimiento, mientras que Suecia tiene 11, Gran Bretaña 27 y Francia 58.
España, a pesar de que su déficit energético es de los más preocupantes de toda la Unión Europea, sigue cerrada a la opción nuclear porque nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, es un activo militante del "Nuclear No".
Recientemente, países como Egipto, Marruecos, Túnez, Jordania y hasta Argelia, dueña de enormes reservas de gas, han cambiado su política y optado por las centrales nucleares.
Los medios de comunicación, muchos de ellos presionados por el gobierno, quizás porque quita más votos de los que da, eluden el debate energético, vital para el futuro de España. Nadie dice que las energías alternativas son un timo y un callejón sin salida. Ni siquiera saturando el mapa eólico de España de turboventiladores gigantes (uno en cada cuatro kilómetros cuadrados) tendríamos energía suficiente para el 30% del consumo y su coste sería inalcanzable. La energía fotovioltaica, por ahora, es sólo un sueño, a pesar de las enormes reservas solares de España. Los biocarburantes son una esperanza, pero hay que producirlos en el Tercer Mundo, donde su precio se reduce casi a la mitad. Llenar España de plantaciones de biocarbaruntes y de ventiladores apenas nos permitiría alcanzar el 6% de los compromisos del protocolo de Kyoto.
Para España, la opción está clara: ser autónomos instalando ocho nuevas centrales atómicas o depender eternamente de una energía externa (petróleo, gas y electricidad) cada día es más insegura y costosa, lo que representa una hipoteca permanente sobre nuestro futuro como nación próspera y avanzada.
La construcción de ocho nuevas centrales atómicas modernas, del tipo de las que se están construyendo en Finlandia y Francia, es la solución más económica y rentable. Garantizarían más del 60 por ciento del consumo nacional sin tener que quemar combustibles fósiles contaminantes de la atmósfera.
España tiene 9 centrales atómicas, algunas de ellas paradas o en bajo rendimiento, mientras que Suecia tiene 11, Gran Bretaña 27 y Francia 58.
martes 05 Junio 2007
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