apa condenó interrupción del embarazo y no descartó excomunión para quienes lo legalicen

 

Papa condenó interrupción del embarazo y no descartó excomunión para quienes lo legalicen

Benedicto XVI abrió su visita a Brasil con fuerte mensaje antiaborto

En el inicio de su primera visita a la región, el Pontífice abogó por el respeto a la vida en el país sudamericano, al tiempo que planteó una velada queja ante la legitimación de la práctica abortista en Ciudad de México.

La Nación/Agencias

Nada más puso ayer pie en suelo brasileño, Benedicto XVI entró sin mayores rodeos al área chica en uno de los temas más polémicos que planean sobre su primera visita a la región como jefe máximo de la Iglesia Católica: el aborto, un delicado asunto que, por lo demás, se ha instalado con fuerza en el debate público del gigante sudamericano. En este plano, el mensaje del Pontífice no dejó lugar a dudas ni a dobles interpretaciones.

En la ceremonia de bienvenida que le dio el Mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en el aeropuerto internacional de la megalópolis de Sao Paulo, el Papa instó a fomentar "el derecho y la cultura de la vida".

"Ruego fervorosamente porque en la Conferencia de Obispos de América Latina y el Caribe (Celam, que será inaugurada el domingo) se reitere el irrestricto respeto a la vida, desde su concepción hasta su natural declive, como exigencia propia de la naturaleza humana", dijo el Papa alemán en un claro mensaje contra la eutanasia y, en especial, contra el aborto.

Y es que Brasil también registra un agitado debate en torno a la legalización del aborto, con una propuesta del ministro de Salud, José Gomes Temporao, para someter el tema a plebiscito, y que está siendo debatida en el Congreso. Actualmente, esta práctica es permitida en el país sudamericano sólo en casos de violación, riesgo de vida para la madre o fetos sin cerebro, en los que debe ser autorizado previamente por la justicia.

El propio Lula ha afirmado que aunque personalmente no concuerde con el aborto, como gobernante no puede "cerrar los ojos ante esa realidad", y se ha comprometido a tratarlo como un problema de salud pública.

Pero la condena que Benedicto XVI efectuó respecto del aborto también tenía otro destino: Ciudad de México, cuyos legisladores aprobaron en abril la legalización de esta práctica.

A bordo del avión que lo transportó a Brasil, el jefe de la Iglesia Católica no descartó la amenaza de excomunión que efectuaron obispos mexicanos respecto de los legisladores que despenalizaron el aborto.

"La excomunión es una regla que no es arbitraria y que está prevista en el código de derecho canónico. Por ende, puede ser usada", dijo Benedicto XVI. En respuesta, diputados que votaron a favor de la despenalización del aborto en la capital mexicana dijeron estar tranquilos con su conciencia y aseguraron que no dejarán de ser católicos en caso de que sean excomulgados.

Sin embargo, el aborto no es el único tema complicado en la agenda del Papa en Brasil, donde permanecerá cinco días: varios colectivos han anunciado protestas contra el "conservadurismo" del Vaticano, que se opone al uso de preservativos y al divorcio.

Así, el Grupo Gay de Bahía (GGB), una activo grupo de homosexuales de Brasil, quemará en la ciudad de Salvador de Bahia de manera simbólica los documentos de la Iglesia Católica que critican la homosexualidad y convocará diversas manifestaciones en protesta por la visita papal, que comenzará oficialmente hoy, jueves, con una visita de cortesía al Presidente Lula da Silva. En la cita, ambos dignatarios conversarán sobre temas como la desintegración de la familia y la situación de la juventud.

El viernes, en una misa en la que se espera un millón de fieles, el Papa canonizará al primer santo brasileño, el monje franciscano Antonio de Sant'Anna Galvao, llamado Fray Galvao (1739-1822), adorado por sus curas milagrosas. Durante su visita a Brasil, el Papa hará siete recorridos en papamóvil, oficiará dos misas campales, tendrá un encuentro con jóvenes católicos en un estadio y se espera que atraiga a un mínimo de 1,2 millones de personas. LN

América Latina y la iglesia popular Al viajar por primera vez a Brasil, del 9 al 14 de mayo, el Papa Benedicto XVI va a descubrir un continente que para la Iglesia Católica siempre ha sido lugar de contradicciones y pasiones. De esto son testimonio los dieciocho viajes que hizo ahí Juan Pablo II. El Papa alemán, que llegará a Aparecida, cerca de Sao Paulo, para inaugurar la V Asamblea de la Conferencia Episcopal de América Latina (Celam), esperó más de dos años para visitar a su congregación más numerosa, pero enfrentada a situaciones inéditas, como el incremento de la competencia evangélica y la inclinación política del subcontinente hacia la izquierda. América Latina -que alberga al 40% de la población católica mundial- fue por mucho tiempo el laboratorio de una iglesia popular, comprometida, cercana a los pobres y los desheredados. Gracias a su teología de la liberación, a sus redes militantes y a sus comunidades de base -centros de enseñanza y resistencia-, a su acción en favor de los campesinos sin tierras y de la población indígena, esta iglesia apareció para los católicos y las fuerzas progresistas del mundo como una reserva de hombres y de ideas. Durante decenios, a imagen de un Dom Helder Camara, "el obispo de las favelas", esa iglesia estuvo en la brecha y se conserva el recuerdo de esos sacerdotes, religiosos y laicos que pagaron con su sangre el precio de su compromiso contra los regímenes militares (Chile, Brasil, etcétera) y los "escuadrones de la muerte". ¿Qué queda de ese modelo de Iglesia Católica? Un poco en todas partes, en Brasil, Colombia, Perú, episcopados timoratos han tomado el relevo. Las fuerzas conservadoras -como el Opus Dei y los Legionarios de Cristo- han impuesto el regreso al formalismo estricto en la formación de sacerdotes y el combate por la vida (en sus posturas contra la liberalización del aborto y de las medidas anticonceptivas). Los teólogos de la liberación, como Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff y Jon Sobrino, han sido objeto de sospechas, difamaciones y de condenas al silencio. La "iglesia popular" fue acusada de predicar un evangelio político y de desviar a los fieles hacia sectas y movimientos de corte pentecostal. Un bonito desastre. Otrora potente y casi monopólica, la Iglesia Católica de América Latina ahora está en crisis. Pierde fieles y, sobre todo, lucha por encontrar su lugar ante la explosión numérica de las iglesias evangélicas, ante el hecho de que los poderes públicos de todos esos países toman en cuenta el pluralismo confesional y ante las nuevas aspiraciones. Durante todo este tiempo, en virtud de la mundialización y del neoliberalismo triunfante, se ha agrandado vergonzosamente la brecha entre las categorías más ricas y más pobres. ¿Sabrá suscitar Benedicto XVI nuevos "profetas" para América Latina? ©Le Monde The New York Times Syndicate

SALUDOS CORDIALES
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
CONSULTAJURIDICACHILE.BLOGSPOT.COM
Telefomo: 5839786
CONSULTENOS, ESCRÍBANOS
TELEFONO: CEL. 76850061
RENATO SANCHEZ 3586 SANTIAGO,CHILE