Tengo 50 años y me despiden, ¿es el fin del mundo?
Por Carmen Quijano
Tengo 50 años, y me han despedido. Al principio, sí que pensé que era el fin del mundo, después de 30 años trabajando desde el amanecer al anochecer, dedicando toda mi energía y mi ilusión en cada uno de los proyectos en los que me he involucrado. Había llegado incluso a descuidar en muchas ocasiones a mi familia y amigos.
Una vez analicé tranquilamente la situación, me di cuenta que el dicho de "no hay mal que por bien no venga", tiene mucho de cierto. A esta conclusión se llega con la ayuda de la propia familia, que en estos momentos son el mejor apoyo para aceptar la nueva situación y para transmitir lo positivo de ella, o de alguno de los asesores en recolocación.
Lo primero que hay que evitar es autoflagelarse, sentir lástima de uno mismo. Lo que hay que hacer es empezar a pensar qué se puede hacer sin perder más tiempo.
Las empresas cuando hacen una reestructuración intentan que sea de la forma menos traumática posible, y especialmente en el caso de un empleado que lleva muchos años en la empresa, y tiene una edad complicada profesionalmente hablando. Entre las opciones que se pueden negociar con la empresa están la posibilidad de una jubilación anticipada o contar con los servicios de una empresa de recolocación.
La primera opción es muy buena cuando no tienes importantes problemas económicos y buscas, después de una larga carrera profesional, disfrutar de los tuyos y recuperar el tiempo "perdido".
La segunda opción, utilizar los servicios de una empresa de recolocación, es la más acertada cuando quieres seguir en el mercado laboral. El primer día que vas a una empresa de estas características puedes tener la sensación de estar fuera de lugar, "descolocado", pero enseguida tomas posición, tu autoestima vuelve a su ser y te das cuenta que en aspectos como ambición de desarrollo, iniciativa o asunción de riesgos, no hay quien te gane.
Haces un repaso de tu trayectoria, estudias tus logros y fracasos, los éxitos por los que te aplaudieron o incluso te ascendieron, y llegas a la conclusión de que con el paso de los años has logrado una experiencia consolidada, ya que has pasado por diferentes empresas y departamentos, y tienes claro cuáles son tus prioridades a la hora de aceptar un nuevo empleo. Los consultores de las empresas de recolocación sirven de guía y apoyo y te asesoran sobre los caminos a seguir.
También hay una tercera opción, y es cuando sientes que ya no quieres depender de nadie, y que acabas de recibir el empujón que necesitabas desde hace tiempo para emprender una nueva trayectoria profesional; es hora de crear tu propio negocio. Todos nos hemos planteado en algún momento de nuestra vida, llevar una idea de negocio a cabo, pero nunca hemos encontrado el momento. Es muy difícil dar el salto, el riesgo es importante, dejas de cobrar una nómina fija al mes, los tiempos no son buenos, es muy arriesgado. Pero ahora no hay excusas, tenemos tiempo, dinero, apoyo y sobre todo ganas de seguir en el mundo empresarial.
La edad profesional la determina la edad mental y no la edad cronológica, y todos sabemos que esta frase no es un tópico sino una realidad.
Carmen Quijano, Responsable de Servicios de Transición de Carrera de Right Management Consultants
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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