Redacción BBC Mundo |
Próximamente se decidirá si Venezuela o Guatemala -con apoyo de Estados Unidos- tendrá uno de los dos asientos no permanentes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reservados para países latinoamericanos cada año.
La elección la tomarán los miembros de la Asamblea General en voto secreto. El Consejo lo configuran 15 países: cinco permanentes con derecho a veto -EE.UU., Rusia, Reino Unido, Francia y China- y 10 no permanentes que ejercen el cargo por dos años.
¿Pero realmente es importante esta elección? Algunos expertos internacionales como Rory Miller, del King's College de Londres, afirman que su influencia es reducida y que supone un verdadero "dolor de cabeza" por estar a merced de presiones constantes de los países más poderosos para votar de una manera u otra.
Puesto fundamental
Sin embargo, otros como Carne Ross, experto sobre la ONU del prestigioso Chatham House de Londres y miembro de la delegación británica hasta 2002, discrepan.
Ross menciona en especial el programa nuclear iraní sobre el que la ONU se ha pronunciado oficialmente utilizado resoluciones presidenciales, que requieren unanimidad de los miembros del Consejo.
"Venezuela de miembro, al ser aliado de Irán, forzaría al Consejo a tener que usar resoluciones que deben ser aprobadas por nueve miembros y por tanto son más difíciles de alcanzar", afirmó Ross a BBC Mundo.
Ciertos casos pasados muestran el alto grado de influencia que los países no permanentes pueden llegar a tener.
Algunos observadores señalan, por ejemplo, que su oposición a una segunda resolución sobre la guerra de Irak en 2003 fue clave en restar credibilidad a la posterior invasión de ese país liderada por EE.UU. y Gran Bretaña.
¿Influencia constructiva?
"La fuerza de los no permanentes es principalmente negativa, en el sentido que pueden bloquear resoluciones", afirmó a BBC Mundo el ex secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar.
"Eso sí, cuando uno de ellos asume la presidencia (mensual) del Consejo, si el representante es hábil puede ser muy importante para conseguir consensos", añadió Cuéllar.
El ex diplomático peruano también mencionó su propia elección, junto a la de otros tres secretarios generales de países en vías de desarrollo, como resultado de la presión organizada por los miembros no permanentes del Consejo.
Según Cuéllar, la gran tarea pendiente es la reforma del sistema ya que "el Consejo no es representativo de la comunidad internacional", especialmente la necesidad de crear más puestos permanentes que deberían incluir a potencias como Japón e India y al menos a un país latinoamericano.
Pero afirmó no ser optimista que esta reforma que se viene discutiendo desde hace décadas vaya a prosperar "ya que los miembros permanentes están muy cómodos con el sistema actual".
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