Víctimas del género
JESÚS KOCINA Los medios de comunicación mencionan dramáticas situaciones en la pareja. Quisiera hacer un comentario bajo el prisma alarmante y con cierto enfoque psicológico. Es obvio que nada tengo que objetar a calificaciones «machistas o feministas» sino simplemente reconocer la igualdad de derechos en hombre o mujeres sin la diferenciación de sexos, en el aspecto biológico.
En vísperas de la Revolución Francesa (siglo XVIII) presentó una escritora famosa (Olimpia de Souges) su proyecto «los derechos de la mujer» y desde entonces la mujer alcanzó insospechadas cotas en el marco social, cultural y ambiental que dan cuenta de su intención de conquista de la autonomía femenina y sus derechos con relación al hombre.
Ese ascenso cultural, social y ambiental es, a juicio de distinguidas personalidades, en el campo psicológico al considerar que son muchas veces fuente en fenómenos de índole psíquica o psicosomática: ansiedad, estrés, soledad, angustia, etcétera...
Otro motivo de discordia que resaltan es que la mujer de nuestros días permanece fuera del hogar quizá por causas muy justificadas, pero que evidentemente son motivo de discriminación del contacto con hijos y esposo pareja, lo cual también ocasiona una crisis que puede llegar a la separación y desmembración de la familia.
El prestigioso profesor Alonso Fernández, catedrático emérito de la Complutense de Madrid y Académico Nacional, en su obra «Ciencia del hombre y la cultura» subraya, en su estudio sobre mentalidad masculina y femenina: que el concepto vigente es muy distinto al siglo XVIII. Hoy la mujer es de una inteligencia más fluida verbal, imaginativa, ejecutiva y teórica se integra más en el mundo masculino. Esto define en gran parte la evolución de la mujer favorablemente a conseguir puestos de trabajo. Corrobora con este argumento la incorporación de la mujer a estudios universitarios, que es indudablemente impresionante. Hace 58 años que recogí mi licenciatura en Medicina y en la «orla» del conjunto formábamos 90 hombres y sólo una mujer, 32 años después, en la «orla» de mi hijo, se iguala la proporción de ambos sexos y en la actualidad el 90% (Facultad de Medicina de Oviedo y Salamanca) son mujeres.
Estos comentarios tan favorables en el aspecto social y cultural tienen también sus inconvenientes trascendentes. El profesor G. Marañón escribe: lo que gana cultural y socialmente la mujer lo pierde en influjo íntimo y abre las puertas de la desmembración de la familia.
Conclusión: que si mis amables lectores desean conocer mi humilde opinión sería ésta: llegaría a conseguir la mujer su autonomía pero necesita tiempo y modos de conciliación muy perfectos para no caer en el drama de las estadísticas actuales que con razón o sin ella llamamos «víctimas del género».
Jesús Kocina es médico.
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En vísperas de la Revolución Francesa (siglo XVIII) presentó una escritora famosa (Olimpia de Souges) su proyecto «los derechos de la mujer» y desde entonces la mujer alcanzó insospechadas cotas en el marco social, cultural y ambiental que dan cuenta de su intención de conquista de la autonomía femenina y sus derechos con relación al hombre.
Ese ascenso cultural, social y ambiental es, a juicio de distinguidas personalidades, en el campo psicológico al considerar que son muchas veces fuente en fenómenos de índole psíquica o psicosomática: ansiedad, estrés, soledad, angustia, etcétera...
Otro motivo de discordia que resaltan es que la mujer de nuestros días permanece fuera del hogar quizá por causas muy justificadas, pero que evidentemente son motivo de discriminación del contacto con hijos y esposo pareja, lo cual también ocasiona una crisis que puede llegar a la separación y desmembración de la familia.
El prestigioso profesor Alonso Fernández, catedrático emérito de la Complutense de Madrid y Académico Nacional, en su obra «Ciencia del hombre y la cultura» subraya, en su estudio sobre mentalidad masculina y femenina: que el concepto vigente es muy distinto al siglo XVIII. Hoy la mujer es de una inteligencia más fluida verbal, imaginativa, ejecutiva y teórica se integra más en el mundo masculino. Esto define en gran parte la evolución de la mujer favorablemente a conseguir puestos de trabajo. Corrobora con este argumento la incorporación de la mujer a estudios universitarios, que es indudablemente impresionante. Hace 58 años que recogí mi licenciatura en Medicina y en la «orla» del conjunto formábamos 90 hombres y sólo una mujer, 32 años después, en la «orla» de mi hijo, se iguala la proporción de ambos sexos y en la actualidad el 90% (Facultad de Medicina de Oviedo y Salamanca) son mujeres.
Estos comentarios tan favorables en el aspecto social y cultural tienen también sus inconvenientes trascendentes. El profesor G. Marañón escribe: lo que gana cultural y socialmente la mujer lo pierde en influjo íntimo y abre las puertas de la desmembración de la familia.
Conclusión: que si mis amables lectores desean conocer mi humilde opinión sería ésta: llegaría a conseguir la mujer su autonomía pero necesita tiempo y modos de conciliación muy perfectos para no caer en el drama de las estadísticas actuales que con razón o sin ella llamamos «víctimas del género».
Jesús Kocina es médico.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
www.Consultajuridicachile.blogspot.com
www.lobbyingchile.blogspot.com
www.el-observatorio-politico.blogspot.com
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